Los escandalosos mensajes extraídos del teléfono del secretario privado del ex presidente Mauricio Macri, Darío Nieto, que fueron difundidos periodísticamente por el periodista Gustavo Silvestre, siguen generando todo tipo de repercusiones judiciales.

En las últimas horas, se supo que el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, le pidió a la fiscal de Lomas de Zamora, Cecilia Incardona, “las conversaciones de mensajería extraídas del dispositivo asociado a Darío Nieto”, el ex secretario privado de Macri, “en las que -según los medios de prensa- surgen referencias vinculadas a Marcelo D’Alessio o su abonado, incluidos audios o documentos que puedan haber intercambiado”.

En el teléfono celular Nieto se encontraron mensajes con Marcelo D’Alessio en 2018 y otros, de 2019, vinculados a un empresario de Vicentin. Los chats muestran que el ex presidente Mauricio Macri monitoreaba la plata que se le prestaba a la cerealera y controló lo que pasaba en la causa de las fotocopias de los cuadernos. En el block de notas del teléfono hay una anotación en la que queda claro que Macri le dio la instrucción a su secretario de que llame a autoridades para que le den diez millones de crédito a Vicentin, cuando la empresa ya no estaba pagando lo que debía.

El hecho impacta de lleno en el ex presidente, quien buscó a través de sus abogados invalidar estas pruebas que van surgiendo en la investigación. Sin embargo, la jueza federal María Servini rechazó el planteo de Mauricio Macri para impedir que se entrecrucen sus llamados telefónicos en la investigación por una asociación ilícita que persiguió y buscó acorralar judicial y financieramente al Grupo Indalo, de los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa.

A través de su abogado, Pablo Lanusse, el ex presidente había solicitado que no se avance en el cruce de llamados de su teléfono celular con otros exfuncionarios que integraban la supuesta “mesa judicial”, entre los que se encontraban Germán Garavano, José Torello, Mario Quintana y Fabián Rodríguez Simón.