Ciento treinta y cinco intendentes tiene la provincia de Buenos Aires. De ellos setenta y dos habían solicitado al gobernador pedidos para flexibilizar el aislamiento obligatorio en sus territorios; pero sólo veintiocho fueron autorizados, y con particularidades en cada caso.

La medida que oficializó el gobernador, pone blanco sobre negro en relación a las once actividades que el gobierno nacional habilitó a regresar a la normalidad, aunque respetando puntillosos protocolos de seguridad.

Catorce de las veintiocho fueron autorizadas a liberar la totalidad de las actividades anunciadas por el presidente; la otra mitad, sólo algunas de ellas. La flexibilización del aislamiento social llegó a los distritos de Alberti, Avellaneda, Chivilcoy, Ramallo, Coronel Rosales, Exaltación de la Cruz, Lobos, Morón, Lomas de Zamora, San Isidro, San Andrés de Giles, San Pedro, Saavedra, Suipacha, Adolfo Alsina, Balcarce, General Belgrano, Las Heras, La Plata, Laprida, Maipú, Mercedes, Necochea, Olavarría, Salliqueló, San Antonio de Areco, Tapalqué y Villa Gesell.

El gobierno informó además que evalúa, a través del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, las solicitudes los pedidos de algunos distritos para liberar las actividades productivas ligadas a la exportación y los procesos industriales específicos, aunque aún no hay respuesta para eso. Al mismo tiempo, como informó esta agencia, la Provincia analiza también habilitar excepciones no contenidas en el listado nacional, pero que fueron pedidas por las comunas.