En Chile, donde los reclamos contra el gobierno de Sebastián Piñera continúan siendo cotidianos más allá de la falta de repercusión en los medios internacionales, en la cámara de diputados se dio un hecho histórico: en dicha legislatura se aprobó un proyecto de ley que permite retirar hasta un diez por ciento del dinero de las Administradoras de Fondos y Pensiones (AFP), y contempla la creación de un fondo colectivo de pensiones, financiado por el Estado y los empleadores.

El sistema AFP se creó durante la dictadura de Augusto Pinochet y habilita a instituciones privadas a utilizar los fondos de los trabajadores para realizar inversiones, sin retribución en las ganancias, pero sí en las pérdidas. En total son parte del sistema cerca de 11,9 millones de ciudadanos y ciudadanas chilenas.

La posibilidad de que se transforme en ley esta iniciativa, genera positivas expectativas en amplios sectores de la comunidad chilena, que padece las secuelas del modelo pinochetista, muchas de cuyas caracterizaciones no fueron aún modificadas por los distintos gobiernos democráticos que se han sucedido en los últimos años.