Nota de opinión«Ni revolución, ni Libertadora: Fusiladora»
16 septiembre, 2022
La República Argentina tiene dos hitos históricos independentistas, el primero el 25 de mayo de 1810 en donde se da su Primer Gobierno Patrio y el segundo 9 de julio de 1816 en el cual se declara formalmente la Independencia de las entonces Provincias Unidas del Rio de la Plata
En rigor de verdad desde esos mismos inicios se puso en evidencia la división de los varios sectores políticos, económicos, y territoriales.
No solo al conformarse su Primer Gobierno, con dos sectores bien marcados, (Saavedristas y Morenistas) sino incluso en su Declaración de la Independencia, puesto que el Primer Grito Independentista fue realizado con anterioridad el 29 de junio de 1815, en el Paraje La China, Provincia de Entre Ríos, participando las Provincias de Córdoba, Santa Fe, Corrientes, “las Misiones”, obviamente Entre Ríos y convocado dicho Concilio por el Líder y Protector de los Pueblos Libres, el General José Gervasio Artigas de la Banda Oriental (Hoy Uruguay).
Este reconocimiento era inadmisible para “los Porteños” que desoyeron dicha resolución convocando a un nuevo Congreso con participación activa de Buenos Aires, procediéndose a la declaración formal de la Independencia de lo que sería luego la República Argentina.
Por supuesto nunca la historia oficial explicó la ausencia de Artigas, en ese Congreso en Tucumán, dado que el Gobernador Sarratea había autorizado y ofrecido recompensa a quien le l diera muerte donde lo encontrasen..
Las disputas entre Unitarios y Federales llevaron a un largo proceso de luchas intestinas los cuales, con diversos matices y modalidades han perdurado, de hecho, hasta nuestros días.
El período de enfrentamientos perduró desde 1816 hasta el período denominado de la “ Organización “, en el año 1852, con la realización de un Congreso Constituyente, la sanción de una Constitución Nacional, la delimitación de Provincias, y Territorios Nacionales, la conformación en definitiva de un Gobierno Representativo, Republicano y Federal.
Muchas han sido las variantes de este periodo, cuyo análisis excede el estrecho marco de este trabajo, pero sin duda que los enfrentamientos de las diversas facciones en pugna se mantuvo presente, incluso con la violación del estado de jurídico y vulneramiento del derecho a elegir y ser elegidos por el sufragio popular
Ello así hasta la sanción de la denominada Ley Sáenz Peña (número 8817 del 10 de febrero de 1912) por la cual se reconoció y estableció el voto secreto, universal y obligatorio (aunque aún no definía el voto femenino el que se concretaría en la década de los 50).
Hasta ese entonces el sistema electoral argentino era fuente de todo tipo de abusos y violación del derecho del sufragio
Esta reforma y nuevo sistema legislativo fue el punto de partida de la asunción de la clase media al Poder (como bien lo graficara el historiador argentino Hernández Arregui) al obtener en el año 1916 el triunfo la Unión Cívica Radical accediendo a la Presidencia de la Nación su Líder don Hipólito Yrigoyen
Podemos señalar, como principio, que el gobierno radical Yrigoyenista, fue reconocido por la ciudadanía y, de hecho, consumada la continuidad de dicho régimen, mediante la elección de un nuevo Presidente de ese sector (aún no se admitían las re elecciones), el Dr., Marcelo T, de Alvear, y la posterior elección por un nuevo periodo de Hipólito Yrigoyen al cesar aquel en 1928.
El 6 de setiembre de 1930 comienza un nuevo período de enfrentamientos al derrocarse al Gobierno Constitucional de Hipólito Yrigoyen por un movimiento encabezado por las Fuerzas Armadas, argumentando parálisis, ineficacia y corrupción.
Previo a ello se intentó asesinarlo. En nombre de la “libertad”… no fue el único caso de intento de magnicidio en nuestra historia.
El Presidente depuesto fue inmediatamente encarcelado, sin orden judicial, y remitido a la Isla Martin García sita en el Rio de La Plata,( previo pasar detenido en un cuartel militar en la ciudad de La Plata), hasta el mes de mayo de 1933 conjuntamente con otros pesos políticos.
Comienza un largo período de fraudes electorales que duraría hasta el año 1946.
Generándose un enfrentamiento entre “radicales” y “conservadores” la antinomia de estos tiempos
Como prueba palmaria de las pugnas políticas existentes y para definir este período, los que ocupaban de hecho el Gobierno y luego sus defensores postreros, lo denominaba “La Década del Fraudo Patriótico” y los partidarios el Yrigoyenismo y radicalismo “La Década Infame”
El Movimiento Yrigoyenista comienza un período al cual ellos designaron de “Abstención Patriótica” toda vez que no existía ningún tipo de garantía de respeto a los procesos electorales y de elección y/o renovación de los cargos públicos electivos.
En consecuencia participaban de los comicios los sectores conservadores (partidarios del Gobierno de Facto) y algunos sectores provenientes del socialismo paradójicamente más cercano al gobierno que a las clases populares.(se decía que recogían las “migajas del fraude”).
Gobierno Constitucional de 1946
Así se mantiene la situación imperante con gobiernos ilegítimamente electos hasta el movimiento histórico del 17 de octubre de 1945 con el cual se da comienzo al principio del fin del régimen fraudulento imperante desde la caída del radicalismo.
Como referencia debe señalarse que ante el encarcelamiento y remisión a la Isla Martin García ya indicada, del entonces Coronel Juan Domingo Peron, a la sazón Secretario de Trabajo y Previsión, la población esencialmente de sectores del conurbano a la Capital Federal procedieron a concentrarse en la Plaza Mayo – frente a la Casa del Gobierno Nacional – reclamando su liberación.
Ante lo imprevisible de la situación el entonces Presidente de Facto, General Edelmiro Farrel, conviene con el Coronel Peron llamar a elecciones libres en un plazo razonablemente perentorio.
Esas elecciones son finalmente celebradas el 24 de febrero de 1946, obteniendo un sólido triunfo la formula Juan Domingo Peron y Hortensio Quijano utilizando, esencialmente la estructura jurídica del “Partido Laborista”, frente a Tamborini-Mosca bajo el paraguas de la denominada “Unión Democrática” en la cual se habían aglutinado la mayoría, de los partidos políticos existentes.
En este período hubo un respeto irrestricto a los derechos electorales de la ciudadanía, de hecho se implementó el voto femenino mediante ley 13010 del 23 de setiembre de 1947, lo que permitió que las mujeres pudieran votar por primer vez en los comicios del 11 de noviembre de 1951. Incluso se conformó el Partido Peronista Femenino, como herramienta electoral del oficialismo de entonces bajo el impulso de la esposa del Presidente Perón, María Eva Duarte de Perón.
No obstante ello, las diferencias entre oficialismo y oposición dieron lugar a un nuevo cisma: el de peronismo y anti peronismo.
Los sectores anti peronistas comenzaron a realizar acciones tendientes a derrocar al Gobierno de entonces, llegando incluso a atentar contra la vida el Presidente al bombardear la casa de Gubernamental, dando muerte a más de 300 civiles que circulaban por Plaza Mayo y miles de heridos (en junio de 1955).
Todas esas situaciones dieron lugar, sin duda alguna, a acciones de ambos lados contendientes.
Un nuevo Golpe en 1955
Así las cosas hasta el 16 de setiembre de 1955, fecha en la que finalmente es derrocado el Presidente Constitucional Juan Domingo Perón, quién se asilara en la Embajada Paraguaya y luego se trasladase a ese país comenzando un largo derrotero de exilio que duraría 18 años.
Es dable recordar acá las elocuentes palabras del dirigente del Partido Intransigente, Dr Oscar Alende, quién con enjundia y valentía ejemplares denunciara – en vísperas del Golpe de 1976- la ayuda pedida y obtenida de los golpistas del 55 al Gobierno del Reino Unido, desde donde se le proveyeron armamentos, munición, etc., para derrocar al Gobierno Constitucional
Derrocado el régimen constitucional peronista asume un Gobierno Militar Provisional encabezado por el general Lonardi quien al propiciar una acción pacificadora, Ni Vencedores ni Vencidos llegó a decir, fue inmediatamente cesanteado – se argumentaron razones de salud- asumiendo un nuevo Presidente el entonces General Pedro Eugenio Aramburu, propiciador de una persecución de los sectores peronistas y demás fracciones populares y conculcamiento de los derechos electorales de gran parte de la ciudadanía argentina y por ende, negación de los derechos humanos más elementales.
Así las cosas, se derogó la reformada Constitución Nacional sancionada legitima y republicanamente en el año 1949, convocándose a una nueva Convención en el año 1957 con el objeto de legitimar la derogación de la anterior Constitución y luego convocar a elecciones ilegitimas y amañadas desde que no se permitió participar al Movimiento Nacional Justicialista, proscriptas sus estructuras así como también sus dirigentes muchos de los cuales fueron detenidos.
Daba comienza, o continuaba la negación de los derechos humanos fundamentales en la Argentina y la proscripción de gran parte de la ciudadanía, el que duraría más de 18 años.
En el camino, sectores ciudadanos y militares intentaron restablecer el orden republicano y constitucional pero fueron salvajemente asesinados en junio de 1956.
Hubo gobiernos seudo constitucionales electos por la ciudadanía, pero en realidad era producto de una nueva modalidad de fraude, dada la prohibición imperante, al menos hasta el 23 de setiembre de 1973.
EMILIO AUGUSTO RAFFO