La quinta sección electoral agrupa a 27 distritos, del total de 135 que conforman la provincia de Buenos Aires. La importancia de lo que ocurra en dicha geografía es determinante para el resultado que arrojen las urnas en la provincia, el próximo domingo. Si bien el foco suele colocarse en la zona del conurbano con las potentes primera y tecera secciones electorales, la suma de estos 27 distritos (entre los que sobresale Mar del Plata, cabecera del municipio de General Pueyrredón) interesa y mucho a propios y extraños.

Qué puede ocurrir fronteras adentro de cada uno de esos 27 distritos, en los que la inmensa mayoría de los alcaldes buscan ser reelectos (23 son candidatos a un nuevo período) es también un interrogante político que se dilucidará en las urnas.

Un párrafo especial merecen los municipios donde los actuales jefes comunales fueron en las primarias los candidatos individualmente más votados, pero afrontan igualmente un gran desafío: superar el domingo la sumatoria de las boletas opositoras con las que compitieron en agosto. En esa disyuntiva están cuatro alcaldes de Unión por la Patria. Son los casos de Javier Gastón en Chascomús, Sebastián Ianantuony en General Alvarado, Gustavo Barrera en Villa Gesell y Carlos Rocha en General Guido. En esas comunas, los cuatro alcaldes han trajinado puerta a puerta los domicilios de sus vecinos, y se ilusionan con mejorar aún más sus números de las primarias, confiando además en que en política dos más dos no suele ser cuatro, ya que no todas las listas de Juntos por el Cambio se sumarán de forma automática. Además, en cada uno de estos cuatro municipios, está por verse qué decisión electoral asumirán los ciudadanos que en agosto votaron fuerzas políticas que no llegaron a octubre. Como siempre, el cuarto oscuro del domingo, terminará con las dudas y especulaciones.

LOS QUE LA TIENEN MAS FACIL

En la trinchera de Unión por la Patria, hay otros intendentes que la tienen más sencilla. Son los casos Francisco Echarren en Castelli; Juan Manuel Alvarez en General Paz; Alberto Gelené en Las Flores y Héctor Olivera en el pequeño Tordillo. De cualquier forma, cada uno de ellos buscará mejorar aún más sus números de agosto, para consolidar sus gobiernos locales, y por qué no, buscar algún tipo de proyección seccional a futuro.

En igual condición de imaginaria tranquilidad –aunque en política, suele recomendarse no dormirse en los laureles- están varios intendentes de Juntos por el Cambio, que perfilan como para ser reelectos sin inconvenientes. El histórico radical Miguel Lunghi todo indica que volverá a ganar en Tandil. Con las particularidades de cada caso, lo mismo a priori puede decirse de Emilio Cordonnier en Ayacucho; Osvaldo Di Napoli en General Belgrano (aunque aquí Alejandro “Piru” Eijo del peronismo puede dar una sorpresa); Esteban Santoro en General Madariaga; Arnaldo “Lalo” Harispe en Lezama (aquí, la inquieta peronista Lorena Silva no deja de conversar personalmente con los vecinos); Matías Rappallini, de Maipú; José Castro, de San Miguel delMonte; Maximiliano Suescun, de Rauch; y Miguel Gargaglione, de San Cayetano.

DOS CASOS ESPECIALES, POR RAZONES DIFERENTES

Consideración especial merece el distrito de General Pueyrredón, cuya ciudad cabecera es Mar del Plata. Allí, el dirigente del PRO Guillermo Montenegro busca un nuevo mandato. Los casi setecientos mil habitantes que tiene la comuna, transforman lo que allí suceda en decisivo desde todo punto de vista, para el resultado final de la sección.

Desde Unión por la Patria, con la candidatura a intendenta de la peronista Fernanda Raverta, se ilusionan con dar el golpe. Si bien la diferencia en las primarias fue de unos 30.000 votos a favor del actual intendente (Montenegro logró el 40,08% con 139.878 sufragios y Raverta el 31,47% con 109.763 votos positivos) el desarrollo de la campaña en las últimas semanas sumado a algunas desavenencias en el oficialismo municipal, permiten alentar expectativas en la oposición.

A mitad de camino entre Mar del Plata y la CABA, sobre la autovía 2, está el distrito de Dolores. Allí, la pelea por la intendencia es voto a voto, y el peronismo está ante una gran oportunidad: la de destronar al polémico radical Camilo Echevarren. Sólo 750 votos de diferencia separaron al intendente de su adversario Juan Pablo “Patita” García. Pero un dato adelantado en exclusiva por este portal puede ser determinante. Se trata de la decisión del vecinalismo de raíz peronista (la agrupación Primero Dolores) de no participar en las generales, luego de haber logrado más de 900 votos en agosto. El propio actual concejal Gonzalo Tavela (quien fue el precandidato a intendente) anunció su retiro de la contienda. Es un secreto a voces que sus votantes, se inclinarán mayoritariamente por García, quien asi podría ser el nuevo intendente.