El 9 de Julio de 2020, Aniversario de nuestra Independencia, se llevó a cabo un banderazo nacional, con epicentro en la Capital Federal y en algunas capitales de provincia, fuertemente promocionada por los periodistas autodenominados “independientes” y los medios donde trabajan y algunos (pocos por suerte) dirigentes de la oposición acérrima al gobierno peronista de Alberto Fernández.

Los objetivos de la marcha fueron tan disímiles, como inexplicables algunos de ellos. Libertad individual y de prensa, fin de la cuarentena, Vicentín, prisiones domiciliarias, defensa de la propiedad privada, no al comunismo, no ser como Venezuela. Todas consignas vagas, sólo títulos con un denominador común: el odio de clase.

Todos los que marcharon, sin excepción, fueron los que apoyaron durante cuatro años el gobierno neoliberal y desfalcador de Mauricio Macri y que no se bancan que nuevamente el peronismo les haya ganado en primera vuelta, recuperando el poder para el pueblo.

Los que quisieron pudieron marchar, violando la cuarentena, sin que nadie los detuviera, sin un solo policía que se interpusiera en su camino o los detuviera. Muchos tenemos en la memoria las plazas militarizadas de Macri ante cualquier marcha opositora. También recordamos las tapas de diarios hegemónicos ilustrando la barbarie que según su visión significaba salir a la calle a reclamar por derechos que les habían quitado.

Libertad de prensa. ¡Jodeme!. Periodistas procesados, otros que utilizaban servicios de inteligencia para producir programas, otros que dicen en los diarios de EE.UU lo que no se atreven a decir acá porque sus patrones no se lo permiten, otros  que te comen la cabeza diciendo que un asesinato cruel fue para buscar un tesoro. Ninguno de ellos y otros tantos que no vale la pena nombrar han sido amordazados o censurados. Por el contrario, hoy tienen un Presidente que se les anima a todos, no como el anterior que sólo daba entrevistas a medios amigos y con preguntas pautadas. ¿Dónde está la afectación a la libertad de prensa? Estos mismos que marcharon ayer en defensa de la libertad de prensa, fueron los que agredieron a periodistas, en nombre de la libertad.

Hoy no existe una Mesa Judicial como la que funcionaba en el anterior gobierno. Hoy el Poder Judicial toma sus decisiones sin presiones del Poder Ejecutivo. Macri llegó al colmo de decir en entrevistas que algunos jueces no habían fallado conforme lo que habían acordado y no se le movió un pelo a periodistas, dirigentes y sus seguidores que marcharon el 9 de Julio. Hoy que la Justicia actúa libremente y falla conforme a derecho y eso no les gusta, cuestionan las decisiones judiciales y cacerolean desde la comodidad de un country.

Tenemos un gobierno popular que a poco más de dos meses de asumir, el 1° de marzo ante la Asamblea Legislativa, reseñó su programa de gobierno para revertir el desastre político, económico, social y cultural que dejaron cuatro años de neoliberalismo. Ese incipiente gobierno, a los quince días se encontró con una pandemia que le hizo virar 180° el rumbo que se había fijado. Y eligió un camino. Eligió el camino de la vida, a sabiendas que el derrumbe económico sería demasiado grave.

Se sufre el derrumbe de la economía y la crisis golpea sin distinguir posiciones económicas o clases sociales. Sería necio negarlo.

Pero la gran mayoría del pueblo argentino, sabe que tienen un gobierno ocupado y preocupado en diseñar caminos que permitan recuperar lo perdido en materia económica y social, en recuperar las Pymes, el consumo, el poder adquisitivo del salario.

Hay un gobierno que de golpe se encontró con una de la mayores crisis que el mundo haya padecido, pero que trabaja día a día en la implementación de planes y programas, en acuerdo con todos los actores  involucrados (empresarios de la industria, del campo, de las pymes, sindicales, de los Movimientos Sociales, etc), que puedan ayudar a salir, lentamente, de esta fenomenal crisis. No olvidemos que conforme los organismos internacionales, todos los países del mundo verán caer su crecimiento. Argentina no será la excepción.

Frente a este Gobierno que trabaja día a día, enfocado sólo en buscar las mejores soluciones económicas y sociales, para que nuestros compatriotas que hoy sufren pérdidas de todo tipo y que culpa de una pandemia ven alejarse sus ilusiones y muchos otros perder lo que construyeron durante años, vamos a encontrar siempre, sectores minoritarios de la Argentina, como los que marcharon en el Día de la Independencia y no se ruborizaron cuando Macri le pidió perdón al Rey de España por habernos independizado.

Estos sectores van a existir siempre. No seamos ilusos, ni pregonemos el fin de una grieta que existe desde 1810. Los sectores concentrados del poder en la Argentina nunca van a dejar de resistirse a la pérdida de sus privilegios y en esa lucha no les va a importar como siempre ha ocurrido, que los que no son de su clase puedan ascender socialmente. “Como tantas veces, serán acompañados (lamentablemente) por sectores sociales que quieren ser lo que no son, pero son lo que no quieren ser” (José Pablo Feinmann).

Si convenimos que existe y existirán siempre en nuestro país, sectores minoritarios que no se resignarán a perder sus privilegios, acompañados por minúsculos sectores de la sociedad que creen que por seguirlos serán como ellos, sin darse cuenta que en realidad los denostan , los denigran y los utilizan en beneficio propio, no tenemos que preocuparnos demasiado, sí ocuparnos.

Debemos ocuparnos en sostener y apoyar al gobierno de Alberto Fernández en todos los terrenos. En los medios, en las redes sociales, en el barrio, en el club, en la fábrica, en la industria, en el comercio, en la cola del supermercado, sabiendo que tenemos un Presidente que gobierna para todos.

Encontraremos enfrente grupos minoritarios cargados de odio y a los que nunca vamos a convencer; sigamos el camino que nos propuso el Presidente el 10 de diciembre de 2019, un camino de paz, armonía, comunidad organizada que sea la plataforma de despegue para una equitativa distribución de la riqueza.

Como dijo el antropólogo social Alejandro Grimson, ANTE EL ODIO, CORAJE Y TEMPLANZA

 Eduardo Isasi : Abogado. Ex secretario legislativo de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. Militante político