El gobierno municipal de La Plata, a cargo del reelecto intendente de Juntos por el Cambio Julio Garro, afronta cada vez más complejas dificultades para cumplir con el normal pago de los salarios de su personal. Las alarmas ya hace varias semanas se encendieron en el edificio de calle 12 y 51, sobre todo pensando en el compromiso que se avecina: el pago del medio aguinaldo. La crisis económica y social potenciada por la cuarentena derivada de la pandemia del Covid-19, generó en la ciudad de las diagonales lo previsible: una caída sostenida del cobro de las tasas municipales, con el consiguiente perjuicio inmediato para la recaudación propia de la comuna.

El alcalde que fuera durante los últimos cuatro años uno de los protegidos políticos de la ex gobernadora María Eugenia Vidal, busca ahora sosiego y respaldo en el actual gobernador Axel Kicillof, de quien requiere ayudas económicas extraordinarias, como por caso la administración provincial brinda a otro intendente opositor en apuros, tal el caso del marplatense Guillermo Montenegro.

Pero en la gobernación, Kicillof y su grupo más cercano de colaboradores (entre los que sobresale el jefe de gabinete de ministros Carlos Bianco), miran con detenimiento los números municipales platenses. Y allí, aparecen los problemas para Julio Garro.

Es que Kicillof –al fin de cuentas, un economista- mira los números presupuestados en su momento por el intendente de Juntos por el Cambio, y los compara con lo finalmente ejecutado. Ello lo hace poniendo la lupa en los datos duros del 2019 en el distrito que ejerce como capital provincial. Para ello, el bloque de concejales del peronismo platense, aportó para quien quiera conocerlo su análisis de la Rendición de Cuentas período 2019 de la Municipalidad de La Plata.

Garro tiene que explicar por qué durante un 2019 que tuvo más del 35% de pobreza y con una inflación que llegó al 54%, subejecutó partidas claves como  salud, desarrollo social, seguridad y justicia.

En materia de salud, la Municipalidad de La Plata no invirtió 236 millones de pesos, subejecutando así durante el año pasado lo presupuestado en un  63,5%.

En cuanto a Desarrollo Social, la subejecución fue del 63.7% (153 millones menos).

Finalmente,  en el área de Seguridad y justicia, el presupuesto fue subejecutado en un 40% (679 millones menos).

En paralelo a esto, otras áreas fueron sobre ejecutadas, por decisión directa del intendente Garro.  La Secretaria de Gobierno en un 186%  (565 millones más); la Secretaría de coordinación en un 136% (70 millones más); y la Secretaria de Espacios Públicos 132% (895 millones de más).

Esos números que los ediles peronistas platenses miran con detalle en el marco del estudio de la rendición de cuentas en el deliberativo platense, exponen una deuda acumulada en la ciudad fundada por Dardo Rocha sólo en el 2019 de algo más de seiscientos millones de pesos. Esta cifra superó con creces la deuda que se había acumulado en el 2018.

En este contexto de números y datos económicos elocuentes de la realidad financiera de la Municipalidad de La Plata, el intendente Garro necesita imperiosamente de la ayuda económica de la provincia de Buenos Aires, para hacer frente a obligaciones básicas, como los sueldos de la planta comunal del mes de junio, y el medio aguinaldo. Para ello, la provincia según pudo saberse, ya giró al municipio la friolera de trescientos millones de pesos; sin embargo, la cifra parecería no ser suficiente.