El secuestro del ex vicepresidente de Paraguay Oscar Denis, reinstaló en la consideración mediática a la guerrilla del  Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). La confirmación de los hechos sucedidos en el vecino país por parte de las hijas del secuestrado, quienes hicieron público el hecho y anunciaron las exigencias de los captores, es un hecho de trascendencia internacional, que complica a la actual administración del presidente Mario Abdo Benítez, del Partido Colorado. El gobierno paraguayo acaba de recibir en Asunción a enviados colombianos, a quienes se señala como especialistas en la lucha contra organizaciones armadas, quienes colaborarán con Paraguay para intentar solucionar el conflicto

El EPP exigió la liberación de dos de sus líderes a cambio de entregar al ex vicepresidente Óscar Denis, secuestrado junto a su chofer Adelio Mendoza, de 21 años. Los hechos sucedieron el miércoles 9 de septiembre, en la localidad de Bella Vista Norte, del departamento de Amambay. Sobre el chofer, el EPP ya informó que será liberado en las próximas horas.

Una de las hijas del ex vicepresidente secuestrado, muestra el mensaje enviado por los captores

Los guerrilleros exigen que se libere en un plazo de 72 horas a Carmen Villalba y Alcides Oviedo, dos de sus líderes. Pidieron además que se repartan provisiones por un valor de dos millones de dólares a cuarenta comunidades humildes de Paraguay. «En caso que no cumplan en ocho días, el caso quedará como cerrado y el retenido fusilado», advirtieron los secuestradores en su mensaje a la familia. Todo esto debe ser entregado a comunidades de los departamentos de Canindeyú, Concepción, Amambay y San Pedro.

Oscar Denis fue elegido vicepresidente de Paraguay en 2012, tras lo que fuera el «golpe blando» que obligó a la dimisión del entonces democrático presidente Fernando Lugo. Tras la forzada salida del poder de Lugo, asumió en su lugar Fernando Franco, y Denis (del Partido Liberal) fue puesto en el cargo de vicepresidente.

El secuestro sucedió días después de que fuerzas del estado paraguayo irrumpieran en un campamento del EEP el 2 de septiembre, con un trágico saldo, como fue la muerte de dos jóvenes niñas de sólo once años de edad, argentinas de nacionalidad e hijas de uno de los dirigentes del movimiento guerrillero.

El secuestro del ex vicepresidente Denis se produjo a 32 kilómetros del campamento atacado y a ocho de unas instalaciones que el EPP incendió al día siguiente de la operación militar.

Sin que existan precisiones al respecto, un militar paraguayo, el coronel Héctor Grau, quien actuó en el operativo del 2 de septiembre y que terminó con la muerte de dos niñas de once años, afirmó en las últimas horas -según narra el diario paraguayo ABC- que en territorio argentino se creó una “guardería” de combatientes de la guerrilla, que además reclutan menores. La información fue difundida además, días atrás, por el portal argentino Infobae. Hasta el momento, el gobierno argentino de Alberto Fernández no se pronunció públicamente sobre estas afirmaciones; tampoco se sabe qué postura asumió la cancillería argentina a cargo de Felipe Solá. Ante la gravedad de estas afirmaciones, no parecería descabellado que el estado argentino solicite precisiones al gobierno paraguayo.

Foto del campamento del EPP desarticulado por el ejército paraguayo. Allí murieron dos argentinas de once años de edad

El EPP es un organización guerrillera, de ideología marxista con fuertes influencias ambientalistas. Oficialmente, opera en Paraguay desde el año 2008, aunque cuenta con antecedentes desde la década del noventa.

Si bien el estado paraguayo afirma tener información y poder controlar al EEP, lo cierto es que el reciente secuestro, reinstala a la organización en la consideración pública. La inteligencia guaraní considera que el EEP está integrado por un máximo de ciento cincuenta personas, con incidencia en la zona noreste del país, en especial en dos departamentos: San Pedro y Concepción. El estado de abandono y vacío que el estado tiene en esos inhóspitos y alejados parajes, genera que la adhesión a la organización crezca entre los sectores campesinos.

(La foto central de esta nota es de archivo: corresponde a integrantes del EPP, en el año 2017)