Artemisia Gentileschi , la primera pintora feminista de la historiaEl doodle de Google de hoy rinde homenaje a la artista barroca

Artemisia Gentileschi , la primera pintora feminista de la historia

El doodle de Google de hoy rinde homenaje a la artista barroca

8 julio, 2020 Desactivado Por Viviana Peña Balladares

 

La pintora nació en Roma, el 8 de julio de 1593 y falleció en Nápoles hacia 1654, aunque no hay precisión sobre la fecha exacta. Gentileschi es conocida por sus representaciones de heroínas de la historia, muchas de las cuales parecen reflejar los prejuicios y las dificultades económicas que enfrentó la artista en su vida. . Por sus mensajes y relevancia, es considerada la primera pintora feminista de la historia.

Artemisia tenía enormes dones como narradora de historias y aportó a sus cuadros una perspectiva feminista sin precedentes a los temas tradicionales, algo que la historia tardó mucho en reconocer. Tomó mucho tiempo para que se escribiera sobre ella en los libros. Sus pinturas llamaron por primera vez la atención de un público más amplio recién en la década de 1970”, explicó Letizia Treves, curadora de una muestra que se planeaba realizar en abril de este año en Londres.

Su pasión por el arte fue inculcada desde pequeña. Siguió los pasos de su padre, el pintor Orazio Gentileschi, que en sus obras seguía las líneas del reconocido Caravaggio. Artemisia también replicó esa estética en sus producciones, donde prima el uso de luces sobre los rostros de los personajes principales, en tanto que el fondo se muestra oscuro.

Se destacan los cuadros que hizo de Cleopatra, Judith y Betsabé, en los cuales algunos autores identificaron rasgos feministas. Firmó su primera obra en 1610, con 17 años. El cuadro, que se llama Susana y los viejos y es de la colección Schönborn, fue atribuido durante muchos años a su padre.

Las academias profesionales de Bellas Artes en ese entonces eran sólo para los hombres. Como mujer no tenía la oportunidad de formarse en esas instituciones porque estaba prohibido, por eso su padre contrató un tutor privado: su amigo y colega Agostino Tassi. En mayo de 1611, Tassi violó a Artemisia. Al año siguiente, Orazio lo denunció ante un tribunal en Roma.

De aquel proceso, que duró varios meses, quedó documentación donde se relata la traumática situación que vivió la artista. Tassi fue condenado por ese delito a un año de prisión y al exilio de los Estados Pontificios. Poco después Artemisia se casó con el pintor florentino Pierantonio de Vincenzo Stiattesi. Fue un matrimonio arreglado por su padre. Al poco tiempo, ambos se mudaron a Florencia. Artemisia fue la primera mujer en hacerse miembro de la Accademia di Arte del Disegno de esa ciudad.

Artemisia se convirtió en una destacada pintora. Se movía entre los artistas más destacados de esos tiempos, trabajó para la corte y tuvo la protección de personajes muy influyentes como la duquesa Cristina y el duque Cosme II de Médici.

Entre sus producciones del período florentino se destacan La conversión de la Magdalena, así como Judith y su doncella. Hay una segunda versión de este cuadro que se llama Judith decapitando a Holofernes, que es considerada su obra maestra.

La artista se caracterizó por hacer, en ciertas oportunidades, dos versiones de una misma obra. Además del ejemplo ya mencionado está el caso de su obra María Magdalena como Melancolía, cuya primera versión está en la Sala del Tesoro de la catedral de Sevilla y la segunda, en el Museo Soumaya, en la Ciudad de México.

Artemisia y Pierantonio tuvieron cuatro hijos y una hija, Prudenzia, que fue la única que llegó a la edad adulta. Los problemas económicos que enfrentó en Florencia, a raíz de numerosas deudas contraídas, y las dificultades con su marido, la llevaron a la artista a separarse de su pareja y mudarse a Roma.

Allí, se abocó a trabajar y logra un mejor pasar económico para poder sostener a Prudenzia y otra hija que tuvo en 1627. Ninguna de las dos siguieron su amor por la pintura. En 1630 Artemisia se trasladó a Nápoles, una ciudad donde pasaron varios artistas de la época y donde habían mejores oportunidades laborales.

En esa ciudad pintó La Anunciación, que está en el Museo de Capodimonte y pintó Nacimiento de san Juan Bautista que hoy en día se encuentra en el Museo del Prado. A su vez, trabajó en cuadros dedicados a San Jenaro en el anfiteatro de Pozzuoli para una catedral. La pintora permaneció el resto de su vida en Nápoles, salvo por algunos viajes esporádicos y una breve residencia en Londres.

No se sabe con precisión en que fecha murió. Inicialmente se pensó que fue en 1653, pero hay evidencia de que siguió trabajando incluso hasta un año después. Se estima que podría haber muerto en 1656, año en que una plaga devastó Nápoles dejando gran cantidad de muertos.

Su tumba se encontraba en la iglesia de San Juan de los Florentinos, en Nápoles, que fue demolida tras la Segunda Guerra Mundial. Su obra fue olvidada tras su muerte. Recién en el siglo XX y más hacia los 70 se comenzó a poner de manifiesto la relevancia de sus trabajos y, sobre todo, los simbolismos feministas que se han sabido interpretar en los cuadros.

En su obra predominan las mujeres vistas desde una perspectiva que podría considerarse feminista. Como ejemplo, algunos especialistas mencionan la particularidad del cuadro Susana y los viejos. A diferencia de lo que se solía retratar que era la escena del baño de Susana, Artemisia decidió mostrar el momento en que se quiere ir, asustada por las miradas lujuriosas de los ancianos que la rodeaban. Por otra parte, en el cuadro Judit y Holofernes, que muestra el momento en que Judit decapita a Holofernes, se la presenta como una mujer decidida y fuerte, y no débil ni vulnerable como se podría haber esperado que estuviera retratada.

Hay otros cuadros donde se muestra que la autora buscaba cuestionar los estándares que regían en aquel entonces en torno a las mujeres.

Artemisia se destacó por su arte en una época donde las mujeres tenían múltiples limitaciones: desde la prohibición a la formación académica hasta las dificultades para lograr trabajar por su cuenta. En ese contexto, Artemisia logró ser una artista de renombre y alcanzar independencia económica.