La semana política que marcó el cierre del mes de agosto y el comienzo de septiembre, estuvo caracterizada por un enorme raid mediático del presidente de los argentinos Alberto Fernández. Desde aquel maratónico reportaje de tres horas de duración en el programa de Luciana Rubinska y Robertito Funes por la señal de C5N que batió records de audiencia hasta su presencia en el mítico programa “A Dos Voces” de TN, la máxima autoridad del país concedió entrevistas a radios y programas diversos. En todos ellos, uno de los temas centrales fue el de la seguridad, y el anticipo de lo que en el andar de la semana se concretaría: el anuncio de un ambicioso programa especial con millonaria inversión económica, destinado a combatir el flagelo del delito, con especial acento en las zonas calientes del conurbano bonaerense.

Los primeros nueve meses de la gestión de gobierno, han estado enmarcados por múltiples dificultades. Con la situación de la pandemia en el centro de la escena, otras realidades han motivado naturales dificultades para Alberto Fernández, las cuales puede enorgullecerse el mandatario, han ido encaminándose en algunos casos con positivos resultados, como por caso la acuciante situación de la deuda externa, incrementada en cuatro años a valores estratosféricos por su antecesor en el cargo.

En paralelo y en otros temas, chispazos internos entre los propios, sumaron ruidos imposibles de hacer desaparecer más allá de la enorme capacidad presidencial para el consenso y el tono cordial. Uno de esos ruidos fue generado por la ministra de seguridad de nación Sabina Frederic y su par bonaerense Sergio Berni; nobleza obliga decirlo, el particular estilo del médico y militar, tan afín a declaraciones contundentes que lo muestran como alguien que no se calla y que a sí mismo se ha definido como lo que es (un soldado de CFK), sumó mucho más para ese “ruido” que los aportes de su colega de nación, la antropóloga Frederic.

Pues bien: con tanta agua corrida bajo el puente en el tema seguridad, con tantos chisporroteos, con el recuerdo reciente de los sucesos televisados del ministro bonaerense en el Puente La Noria y con el doloroso tema de la toma ilegal de tierras en el tapete político y mediático de estas horas, Berni –el super ministro de Axel Kicillof- sumó un contundente respaldo a su accionar, para cerrar él personalmente, la semana con una sonrisa.

No es menor que en la semana en donde Berni señaló a Emilio Pérsico y al “Chino” Navarro, máximos dirigentes del Movimiento Evita, de estar detrás o conocer el tema de cómo surgen las tomas de tierras que se han incrementado en territorio bonaerense, el ministro reciba un contundente respaldo del propio presidente de la nación.

Dijo Alberto Fernández en las últimas horas: “Yo lo conozco hace muchos años. Cuando llegamos al Gobierno con Néstor, en el 2003, teníamos todos los días un piquete en cada esquina. En ese momento, Néstor me dijo que tenía un médico, y ex militar, que sabía de esto. Y nos dio una mano bárbara (…) Tengo mucho respeto por él porque es un hombre que le mete mucha garra al trabajo. Nunca lo vi condecorar a Chocobar”.

Con ese respaldo, y con la enorme responsabilidad de conducir una fuerza policial altamente deslegitimada por múltiples y válidas razones acumuladas durante años (que incluyen las sospechas de involucramiento de algunos de sus hombres y mujeres en el reciente caso de la muerte del joven Astudillo Castro), Sergio Berni intenta dar respuesta a la necesidad de mayor seguridad de los bonaerenses. Su alto perfil mediático, su presencia permanente en el territorio y su “hacerse cargo” de los conflictos que surgen en una amplia y heterogénea provincia, le suman y mucho para justificar ese espaldarazo presidencial. El tiempo –porque nada de fondo puede cambiarse de la noche a la mañana- expondrá el carácter y la importancia de los resultados alcanzados.