La Organización de Estados Americanos (OEA) poco menos que oficializó lo que se sospechaba: su claro acompañamiento desde los orígenes de lo que terminó siendo el golpe de estado en Bolivia, a las acciones que derivaron en el mismo y en la instalación de un gobierno de facto. El secretario general de la OEA Luis Almagro, mantuvo un encuentro en Washington con el referente opositor boliviano Luis Fernando Camacho, uno de los dirigentes que encabezó las revueltas en Bolivia que terminaron con la renuncia forzada del presidente Evo Morales. Según las propias palabras de Almagro, el encuentro fue para conversar sobre “la transición y las venideras elecciones”.

Casi en coincidencia con el arribo de Evo Morales a la Argentina (donde permanecerá en condición de refugiado político, según confirmó el canciller argentino Felipe Solá, en el mediodía de este jueves 12 de diciembre) en Washington se dio la reunión de referencia: “Me reuní con Luis Fernando Camacho, a quien le reconocemos su compromiso con la democracia boliviana. Dialogamos sobre el proceso de transición y próximas elecciones”, escribió en su cuenta de Twitter el dirigente de la OEA. El mensaje estuvo acompañado por una foto en donde se puede ver al ex presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz con una gran sonrisa.

En Bolivia se llevarán a cabo elecciones presidenciales, sobre cuyas características nada puede afirmarse con certeza, y en las que se le impedirá a Evo Morales participar: más aún, el ex presidente boliviano no puede regresar a su tierra, porque amenazan con detenerlo, y no son pocos los que sostienen que de hacerlo, su vida correría peligro.

Camacho por su parte confirmó que se postulará como candidato a presidente en las próximas elecciones; el dirigente golpista le agradeció a Almagro “por su objetividad e imparcialidad en claro beneficio de la democracia latinoamericana y de nuestro pueblo”. Dijo que en el encuentro tuvo “la oportunidad de agradecerle” y destacó su “trabajo impecable”.