Agua: Ante bajante histórica del río Paraná, Argentina le pedirá a Brasil que habilite el paso por las represas

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Ante bajante histórica del río Paraná, Argentina le pedirá a Brasil que habilite el paso por las represas

16 abril, 2020 Desactivado Por Germán Costanzo Castiglione

Una sequía histórica secó las Cataratas del Iguazú, dejó sin agua a parte de Misiones, otorgó menos energía a las represas argentinas, provocó muerte de peces en el Río Paraná y encareció la logística en el puerto de Rosario. En buenos términos, Cancillería hará un pedido a Brasil para normalizar la situación.
El canciller Felipe Solá le pedirá en los próximos días a Brasil que habilite el paso de agua a través de sus numerosas represas hidroeléctricas para compensar la bajante histórica en el Río Paraná.
Así se lo adelantaron a El Cronista que el gobernador de Misiones , Oscar Herrera Ahuad, y algunos diputados nacionales le expresaron la preocupación a Solá por la falta de agua en distintos ríos.
Como consecuencia de una sequía histórica durante el verano en Brasil, los ríos Iguazú, Paraná y Uruguay están con los niveles más bajos de los últimos 90 años.
El faltante de agua se ocasionó en un déficit de precipitaciones en el cordón montañoso Serra do Mar, a escasos kilómetros del Océano Atlántico, en el este de Brasil.
El Río Iguazú nace en las cercanías de Curitiba, en el estado de Paraná, y desemboca en el Río Paraná en la Triple Frontera (Puerto Iguazú del lado de Argentina, Foz do Iguaçu por Brasil y Ciudad del Este por Paraguay) y tiene en su curso seis represas hidroeléctricas, que cerraron sus compuertas: Foz de Areia, Salto Segredo, Salto Santiago, Salto Osorio, Salto Caxias y Baixo Iguaçu.
De acuerdo a lo que averiguó este diario, los equipos técnicos de la Cancillería de Argentina mantienen un buen diálogo con sus pares de Brasil, comandados por Ernesto Henrique Fraga Araújo.
Entre ellos mantuvieron teleconferencias y concluyeron este fin de semana, tras una reunión de los técnicos de Itaipú (represa que comparten, aguas arriba del Paraná, Brasil y Paraguay) que el faltante de agua es por un fenómeno natural y no fue forzado.
El Río Paraná está seco en la Triple Frontera. Al fondo, el Puente de la Amistad, que comunica Foz de Iguazú (Brasil) con Ciudad del Este (Paraguay)
Esto provocó diversos problemas en la Argentina: se «secaron» las Cataratas del Iguazú(tienen el menor caudal de 2006 y además están cerradas por la cuarentena obligatoria, dada la pandemia de Covid-19 -coronavirus-), dos ciudades de Misiones se quedaron sin agua potable, las represas hidroeléctricas Yacyretá y Salto Grande tienen menos recursos para generar energía y el puerto de Rosario no tiene suficiente profundidad.
De esta forma, se encarecen la logística y la energía en Argentina y complican el aparato productivo. Incluso, hay reportes de muerte de pecespor la bajante en los ríos, con un alto impacto al medio ambiente.
«Hay una sequía general en la región que afecta a todos los países de la cuenca. En los próximos días habrá una reunión más formal para que las represas de Brasil habiliten el paso del agua para que no se sequen el Paraná y las Cataratas», respondieron en Cancillería ante la consulta de El Cronista, y remarcaron que «hay buena predisposición» del país vecino.
Fuentes de la embajada de Brasil en Argentina, en tanto, aseguraron que «no hay ninguna noticia de retención anormal de agua en Brasil que perjudique el flujo hacia la Argentina».
«Al revés, al tomarse conocimiento de la situación, en carácter extraordinario y para mitigar los efectos de la sequía en Argentina, el caudal del río Iguazú fue aumentado por el lado brasileño en la medida de lo posible. La sequía en la región tiene proporciones históricas: desde junio de 2019, las precipitaciones en toda la región vienen bastante por debajo del promedio histórico.
Según la última «Resenha Energética Brasileira», publicada por el Ministerio de Minas y Energía de Brasil en mayo de 2019, con datos actualizados a 2018, la matriz eléctrica del país que ahora gobierna Jair Bolsonaro depende en un 61,6% de la energía hidroeléctrica, que es la fuente de generación más barata disponible.
Al depender del agua para generar energía a bajo costo,Brasil contuvo ese recurso escaso en sus represas y contribuyó al bajo caudal de los ríos, aunque lo determinante fue el hecho natural de la sequía.
En un documento del Instituto Nacional del Agua (INA) fechado el pasado martes 7 de abril, se resume que «resulta muy significativa la reducción de las lluvias sobre casi toda la alta cuenca del río Paraná
en Brasil, la cuenca del río Iguazú y toda la cuenca del río Uruguay».
«Se destaca que los núcleos de lluvia más importantes son muy erráticos y no hay una persistencia de eventos en ninguna subcuenca. La gradual disminución de los montos acumulados de lluvia va acentuando el cuadro general de sequía y bajantes. La persistencia de este escenario obliga a comparar con situaciones precedentes en la historia registrada de los últimos 50 años», se amplía en el documento del Ministerio de Obras
Públicas.
«Como dato adicional, cabe mencionar que 2020 es el tercer verano consecutivo sin alcanzar niveles operativos normales en dichos embalses, obligando a una reducción de las descargas de todo el sistema», se agrega.
El pronóstico no es auspicioso: en Rosario, el polo de donde parten las exportaciones agropecuarias de Argentina al mundo, el nivel del Río Paraná estará por debajo del metro de profundidad (0,98 metros), mientras que la próxima semana se ubicaría en apenas 90 centímetros.