Convicciones y militancia Raverta, la mujer que conduce ahora el ANSES, pero sigue pensando en ser la intendenta de Mar del Plata
3 mayo, 2020
Fernanda Raverta tiene cuarenta y tres años. Hace, tan sólo 365 días atrás, iniciaba su camino para intentar convertirse en la primera mujer intendenta de Mar del Plata. Aquel objetivo quedó trunco, porque por escaso margen, el macrista Guillermo Montenegro le arrebató el triunfo en las elecciones de octubre de 2019.
Lo impresentable y repudiable nota ¿periodística? del diario La Nación (esa que habló del “gen montonero”) nada dijo de una joven mujer que consecuente con sus ideas, acaba de regresar al ANSES, varios años después de que siendo apenas una treinteañera, le tocara conducir la sede del organismo que se ubica en el puerto marplatense, la ciudad que asegura entre sus íntimos, va a gobernar, más temprano que tarde.
Muchos pensaron –incluso en la siempre agitada interna del amplio abanico peronista marplatense- que derrotada que fue en los últimos comicios, la estrella de la militante de la Agrupación H.I.J.O.S. (condición que Raverta reivindica con emoción que contagia) iba a tender no a apagarse, pero sí a bajar en sus niveles de brillo.
Lejos de eso, Raverta fue convocada para organizar el vasto y complejo Ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires. El gobernador Axel Kicillof –con el siempre omnipresente visto bueno de Cristina Fernández de Kirchner- le otorgó tamaña responsabilidad apenas se dio el cambio de gobierno, allá por diciembre pasado. En sólo cinco meses e incluso pandemia del Covid-19 mediante, Raverta demostró óptimas capacidades para timonear el barco en tiempos de tempestad, atendiendo carencias de los millones de necesitados que pueblan la provincia de Buenos Aires, en particular el GBA y las grandes urbes del interior bonaerense, entre las que sobresale “su” Mar del Plata. Beneficiario de su labor resultará ser su compañero de agrupación política Andrés “Cuervo” Larroque, el desde hace un tiempo vecino del barrio platense de Villa Elisa, que la sucede al frente del ministerio provincial.
El “salto” a las grandes ligas, que supone su convocatoria a la conducción del ANSES formalizada por el presidente Alberto Fernández, no puede negarse como otra cosa que un enorme reconocimiento para Raverta; el mismo implica –obvio es decirlo- una proporcional responsabilidad. Tan cierto es que el ANSES sólo brinda buenas noticias a millones de personas, como real que un traspié puede generar enormes dolores de cabeza. Alejandro Vanoli –su antecesor- es botón de muestra de ello.
Fernanda Raverta, esa mujer de andar sencillo que supo apenas asumió el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad caminar el depósito del área en el barrio platense de Tolosa y mezclarse entre sonrisas y anécdotas con sus más de treinta trabajadores que hoy mascullan tristeza por su partida, tiene ahora la responsabilidad de manejar la caja económica más grande del Estado argentino, que eso es el ANSES. Más de 2.400 millones de pesos de presupuesto; cerca de 8 millones de personas que perciben el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE); o casi 7 millones de jubilados y pensionados. Tres números concretos que ayudan a explicar el volumen de lo que significa ANSES.
Esa mujer de aparentemente frágil pero de firmeza inconmovible para perseguir sus objetivos, que ostenta ser Licenciada en Trabajo Social recibida en la Universidad Nacional de Mar del Plata, supo decir hace algunos años en un documental, entre sollozos, que en aquella guardería cubana de La Habana con la que el diario La Nación intentó estigmatizarla, le enseñaron entre juegos y risas «a ser solidarios, buenas personas y amigo de los amigos».
Allá va Raverta, concretando una nueva mudanza, ahora desde La Plata a Ciudad Autónoma de Buenos Aires, al igual que hace poco lo hiciera desde Mar del Plata a la capital provincial. Sin embargo, y aunque falte para ello, quienes saben de sus deseos y convicciones, tienen claro que el camino tiene una única terminal confirmada, y que el tiempo dirá si esa será efectivamente en el 2023; la ciudad de los más de 650.000 habitantes, las múltiples y variadas playas, el turismo popular y las crecientes desigualdades. Esa donde Raverta se imagina intendenta: Mar del Plata.