Las positivas repercusiones en el AmbienteUna especialista en calidad del aire sostiene que el Covid-19 brinda una gran enseñanza a la humanidad
2 mayo, 2020
En medio de la pandemia mundial declarada producto del Coronavirus, tal vez la única consecuencia positiva de la misma sea la recuperación de la naturaleza y el respiro que la humanidad le está dando al planeta. Distintos índices y mediciones así lo confirman, como también los hechos diversos que se observan en todo el globo, tanto en la fauna como en la flora mundial.
El diario El Eco de la ciudad de Tandil, publicó una entrevista a Beatriz Sosa, quien es especialista en estudiar la calidad del aire e integrante del Centro de Investigaciones y Estudios Ambientales (Cinea), de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional del Centro (Unicen). En la misma, se brindan importantes precisiones sobre estos alentadores sucesos, que obligan además a la humanidad a reflexionar sobre cómo se relaciona con el planeta y con las restantes especies que lo habitan.
Para la especialista, esta situación de la pandemia por coronavirus puede ser vista como una oportunidad para repensar las formas de vida en la ciudad y en el mundo.
“Sin dudas, en medio de esta dolorosa situación que se vive a nivel mundial y que nos afecta colectiva e individualmente, las noticias ambientales en estos días traen una cuota de aliento, un premio al aislamiento, donde disfrutamos de observar los beneficios que se registran para el aire, el agua, el suelo, los animales y la vegetación; nos queda el desafío de asegurar estos cambios positivos a futuro”, explicó.
Sus respuestas ante las consultas del diario serrano, son las siguientes:
-El ambiente en tiempos de cuarentena. ¿Dónde centrar la atención en el contexto del Covid-19?
-Parece que estas semanas tenemos un nuevo protagonista, que es el ambiente y nuestra mirada con mucha atención a la naturaleza.
-¿Qué es el ambiente?
-Hoy más que nunca tenemos un buen ejemplo para entender claramente que cuando nos referimos a ambiente no lo hacemos como sinónimo de naturaleza. Si bien el hombre como especie le pertenece, tiene la capacidad de diferenciarse por su alta demanda de recursos y su capacidad para ejercer presiones con impactos negativos sobre el sistema. Así el concepto de ambiente queda definido por elementos de la población y su entorno natural y una infinita gama de interacciones entre ambos. El sistema ambiental es complejo y dinámico.
-¿Qué es un problema ambiental? ¿Por qué en esto días hablamos de que estamos dando un respiro al ambiente? ¿o será a la naturaleza?
-Los problemas ambientales son desequilibrios que surgen con la interacción de las actividades humanas y el medio natural donde estas se desarrollan. Lo real es que el respiro se lo estamos dando a la naturaleza, cuando bajamos la presión que ejercemos sobre ella debido a la merma de actividades por la cuarentena. Pero también le damos un respiro al ambiente y a nosotros mismos dentro de esa naturaleza; como actores motores de la interacción que define al término ambiente, también recibimos los impactos positivos o negativos de estos cambios en el nivel de actividad.
-¿Cuáles son las áreas que nos importan hoy abordar en el contexto del Covid-19 y cómo se relacionan esto con lo ambiental?
-Con toda la información que abunda sobre el tema son en general fácilmente identificables. Si vemos el aspecto socioeconómico se pueden mencionar el impacto en los mercados financieros, en el comercio, en el trabajo, en la tecnología y en lo político, entre otros. El tema es cómo haremos para, sin desatender todo ello, preservar la salud evitando los contagios mientras se encuentra una cura y la vacuna. Podemos incluir aquí al ambiente cuando tenemos una mirada más amplia y revisamos qué pasa en el medio que nos rodea, incluyendo la naturaleza. En esta mirada, un recurso natural que toma protagonismo, por ejemplo, es el aire. ¿Qué está sucediendo con la calidad del aire? Este protagonismo responde a que se pueden observar cambios rápidamente para grandes áreas. Un ejemplo de público conocimiento es que se ve el Himalaya desde lugares que habitualmente no se puede ver. En Argentina estamos viendo cómo la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) trabaja a contrarreloj para poder contarnos como ello está evolucionando. Estos cambios son un beneficio para el ambiente en dos temas muy importantes la salud y los impactos en el cambio climático.
-¿Qué pasa con la calidad del aire en Tandil?
-Sería erróneo pensar que los problemas de contaminación del aire conciernen sólo a las grandes ciudades o metrópolis. La generación eléctrica y de calefacción así como el transporte son responsables de dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero según ha informado la Agencia Internacional de Energía el año pasado. Estudios que llevé adelante entre 2012 y 2015 en el marco de mi tesis doctoral aportaron información sobre el estado de la calidad de aire en la ciudad. En líneas generales, podemos decir que cuando hay posibilidad de medir en Tandil concentraciones de contaminantes en la atmósfera ya se encuentran signos de contaminación por las actividades urbanas.
-Estos niveles de contaminación ¿cómo se ven afectados en estas semanas de cuarentena?
-Sin duda el efecto es positivo. Tandil tiene un importante parque automotor, cuenta con un transporte público que ofrece más recorridos que otras ciudades vecinas de similar tamaño, pero aún así el uso del vehículo particular es muy elevado. Además, una gran proporción de vehículos es diésel (en 2013 era el 54 por ciento), que emiten partículas menores a un micrón, y son muy perjudiciales para la salud. Sin dudas el acatamiento al aislamiento de la población ha mejorado nuestro aire urbano. Consulté con especialistas de la Conae si podemos ver los efectos de este cambio de la actividad vehicular en Tandil en imágenes satelitales, pero aún se está evaluando si esta herramienta es la adecuada para estudiar dichos cambios en ciudades no tan extensas en superficie como la nuestra. Habrá que esperar a ver cómo evolucionan las actividades y si podemos tener información útil de estas imágenes para nuestro caso.
-¿Cómo podemos ver estratégicamente, en relación al ambiente, una oportunidad de mejora si comparamos un antes y un después del Covid-19?
-Creo que lo principal es no desviar la atención y atender lo más urgente que es la salud; todos estamos alineados en que es nuestra prioridad. Hablar en términos estratégicos significa tomar decisiones y planificar acciones que permitan alcanzar determinados objetivos a futuro. En el área que mejor conozco, el recurso aire, implica identificar los factores que son una amenaza a la salud y actuar sobre ellos. Existen eventos puntuales y muy significativos como el Covid-19 que evidencian muy rápidamente impactos negativos cuando no hay certidumbre de lo que sucede en nuestro ambiente o qué soluciones podemos dar a ello. Pero también, existen otros eventos que conocemos mejor y sobre los cuáles podemos tomar decisiones y actuar antes de que sean críticos. En 2013, la OMS y la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC) determinaron que la contaminación del aire exterior es cancerígena para el ser humano; la mezcla de contaminantes presentes en el aire implica un riesgo a la salud pública, y se relaciona estrechamente con las partículas provenientes de la combustión.
En definitiva, y para ir cerrando, el transporte es uno de los factores más críticos que debe gestionarse correctamente para evitar el contagio mientras intentamos recuperar la normalidad de nuestras actividades. Al mismo tiempo es la fuente principal de contaminación del aire en las áreas urbanas. Los cambios rápidos que se han dado en la calidad de aire en estos días indican que su degradación es un impacto reversible y en un breve período de tiempo; pero, por sobre todo, nos muestran una vez más que depende de nosotros el cambio y que es un trabajo conjunto. Cuando hablamos de transporte y sus impactos en la salud estamos todos incluidos. No sólo las grandes corporaciones. Es un cambio de paradigma que requiere cambiar hábitos, patrones de conductas, de pensar en una movilidad urbana sostenible y de salirnos de ciudades que se preparan para un creciente parque automotor a otras que se preparen para modos no motorizados o con energías más limpias.