Alberto Fernández en el continente blancoLa Antártida es «un enclave vital de la soberanía territorial y política» de la Argentina
22 febrero, 2023
Durante su discurso, el mandatario anunció la creación de una corresponsalía itinerante de Télam en la Antártida argentina y aseguró que «Malvinas es una causa nacional, porque el Atlántico Sur y, sin dudas, nuestro territorio antártico son un enclave vital de nuestra soberanía territorial y política».
El presidente Alberto Fernández realizó este miércoles un viaje histórico a la Base Marambio de la Antártida, a la que consideró «un enclave vital de la soberanía territorial y política» de la Argentina y donde reafirmó el compromiso de su Gobierno en la «conservación del ecosistema antártico» y en la defensa de los recursos estratégicos de ese continente.
«El crecimiento de nuestra Argentina tiene proyección hacia el Sur y visión bicontinental y parte del desarrollo nacional depende de la defensa de sus componentes estratégicos», expresó el Presidente, durante un discurso que pronunció en la base científica permanente Marambio y que fue difundido por cadena nacional, en el que además anunció la creación de una corresponsalía itinerante de Télam en la Antártida argentina
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El Presidente, quien viajó a la Antártida esta mañana desde la ciudad fueguina de Ushuaia, remarcó que el continente austral es «un enclave vital de la soberanía territorial y política» de la Argentina.
Con este viaje a la Antártida, que busca resaltar el carácter bicontinental del país, Fernández se convirtió en el cuarto jefe de Estado en pisar ese suelo austral nacional. El primero fue Arturo Frondizi, en 1961.
El continente antártico, a partir del Tratado Antártico de 1959, fue resguardado para la cooperación internacional con fines científicos, de uso exclusivamente pacífico.
En su discurso, el Presidente hizo eje en los legítimos derechos sobre las islas Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur, al sostener que son «una causa actual» y que van más allá de «la memoria de la guerra» en el Atlántico Sur, de 1982, en la que Argentina enfrentó al Reino Unido.
En Marambio, principal puerta de entrada de la logística argentina a la Antártida, el jefe de Estado estuvo acompañado por el canciller Santiago Cafiero y los ministros Jorge Taiana (Defensa), Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social), Daniel Filmus (Ciencia, Tecnología e Innovación), Carla Vizzotti (Salud), Juan Cabandié (Ambiente) y Jaime Perczyk (Educación).
También fueron de la partida la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona; el vicejefe de Gabinete Juan Manuel Olmos, y la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti.
«Es hora de volver a poner la vista en el sur; Malvinas es una causa actual y es más que la memoria de la guerra: es una causa nacional porque el Atlántico Sur y, sin dudas, nuestro territorio antártico son un enclave vital de nuestra soberanía territorial y política»Alberto Fernández
En la comitiva oficial que llegó a la Antártida estaban asimismo el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Juan Martín Paleo; el jefe de la Fuerza Aérea, Xavier Isaac; su par de la Armada, Julio Horacio Guardia, y el jefe del Ejército, Guillermo Pereda.
«Más y mejor ciencia y protección del medioambiente significan mejor conocimiento de nuestros espacios; en medio de la crisis climática, estos hielos, este cielo son una promesa al planeta«, enfatizó el Presidente y subrayó «el compromiso argentino con la conservación del ecosistema antártico».
«Ustedes marcan la continuidad de 119 años de presencia permanente e ininterrumpida de la Argentina en el continente antártico», señaló Fernández y expresó así su agradecimiento hacia el personal militar y científico de la base.
Recordó, asimismo, que la presencia argentina «ininterrumpida» en la Antártida data de 1902 y que desde el 22 de febrero de 1904, día en que se estableció el Observatorio Meteorológico en las Islas Orcadas del Sur, «sólo cuatro presidentes» visitaron el lugar.
«Soy el primero en hacerlo luego de más de veinte años y por esto también me embarga una profunda emoción», destacó.
Mencionó también que la Argentina y Chile presentaron un proyecto para el «establecimiento de un área marina protegida en la zona de la Península Antártica».
«La Primera Expedición Científica a la Antártida Continental Argentina destinada a crear una base permanente partió el 12 de febrero de 1951 del puerto de Buenos Aires; el entonces presidente Juan Domingo Perón y Eva Duarte despidieron a quienes iban a crear el Instituto Antártico, la primera institución científica a nivel mundial dedicada exclusivamente a la investigación», detalló.
Fernández subrayó que Perón «sabía que la ciencia es soberanía» y aseguró: «No hay desarrollo posible sin producción científico-tecnológica» y, por eso, «la Antártida es un centro de investigación científica de gran importancia para la humanidad y para nuestro país».
«Es hora de volver a poner la vista en el sur; Malvinas es una causa actual y es más que la memoria de la guerra: es una causa nacional porque el Atlántico Sur y, sin dudas, nuestro territorio antártico son un enclave vital de nuestra soberanía territorial y política», concluyó.
En otra parte de su discurso, el jefe de Estado ponderó que Argentina «ostenta un rol protagónico, que es fruto de una ardua labor diplomática, científica y logística» en la Antártida.
«Hemos sido honrados con el establecimiento de la sede de la Secretaría Ejecutiva del Tratado Antártico desde 2004. Fue y es, indiscutiblemente, un reconocimiento internacional a que la Argentina está comprometida con los principios básicos de mantenimiento de la paz, cooperación científica internacional y protección del medio ambiente, para nuestro bienestar y el de las generaciones futuras», puntualizó.
En ese contexto, manifestó que «más y mejor ciencia y protección del medio ambiente significan mejor conocimiento de nuestros espacios» y afirmó que «en medio de la crisis climática, estos hielos, este cielo son una promesa al planeta. Por eso reafirmamos el compromiso argentino con la conservación del ecosistema antártico».
Asimismo, dijo que: «El mundo de hoy observa una guerra desatada en Europa sin conocer hasta dónde llegarán los daños que ella provoque» y advirtió que la «amenaza nuclear vuelve a asomar ante una humanidad que mira impávida como se expande la violencia y la muerte en un mundo que acaba de sobrevivir a una pandemia».
«Pareciera que los muertos en Hiroshima y Nagasaki no pesan en la conciencia de los agresores», lamentó y expresó que la «paz mundial es para nosotros un imperativo» y «preservar la paz depende de todos y cada uno de los que habitamos el planeta».
El Presidente, asimismo, insistió en que «en un momento en que el mundo es pura incertidumbre, la Antártida es zona de paz y una imagen del futuro».
«Esta tierra, antes mítica, hoy está al alcance de nuestra ciencia y tecnología, de nuestra planificación estratégica y de nuestra capacidad de proyectar. Las tareas que se llevan a cabo hoy en la Antártida son vitales para la humanidad», consideró.
Así destacó que «esas tareas las estamos haciendo nosotros, la Argentina del trabajo cotidiano, la Argentina que viaja hacia un futuro de libertad».
«Argentina despierta, Argentina está en movimiento. Argentina es mirada por el mundo como el símbolo de todo lo que podemos lograr juntos. Por eso desde el final del mundo, vengo a hablarles de nuevos inicios, de principios. Comienza un mañana de paz y prosperidad. Unidos, lo estamos haciendo posible», concluyó su discurso el Presidente.
En tanto, en una entrevista con Radio Nacional desde la Antártida, el jefe de Estado remarcó que «hacía 23 años que ningún Presidente venía y esto es una forma de sentar soberanía», señaló que «el mundo ve a la Antártida como una tierra de futuro, muy poco explorada» y manifestó que «tenemos que profundizar el desarrollo y la investigación científica en Antártida».
«El Estado tiene que estar presente y debe promover la investigación. Es lo mejor que le puede pasar a la Argentina: desarrollar y conocer. Y hacerlo también en favor de la defensa del ambiente, tan castigado por los países más industrializados», expresó y dijo que «estas inversiones son donde gana la sociedad plena. Acá se desarrolla conocimiento y ese conocimiento se vuelve ventaja para la sociedad toda».
Los puntales de la gestión de Alberto Fernández en la Antártida argentina
El Gobierno nacional diseñó desde 2019 una política de acciones en busca de «afianzar los derechos argentinos de soberanía en la Antártida» argentina, como parte de una estrategia nacional.
La centralidad de la gestión del presidente Alberto Fernández pasó por la ejecución de las campañas antárticas de verano, entre octubre y abril de 2019-2020, 2020-2021, 2021-2022 y 2022-2023 (esta última en curso), indicaron a Télam fuentes de la Cancillería.
Asimismo, se conformó el Centro Interinstitucional en Temas Estratégicos Antárticos y Subantárticos (Citeas) en Ushuaia, integrado por el Instituto Antártico Argentino dependiente de la Cancillería (IAA), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet)y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Untdf), entre otros organismos.
El objetivo es la generación de conocimientos básicos y aplicados en temas estratégicos de la región antártica y subantártica, aportando información científica para la toma de decisiones de políticas públicas, el desarrollo de tecnologías para el manejo de los recursos naturales y servicios, y el resguardo de su patrimonio cultural y natural.
También, la creación de la subsede de la Secretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de la Cancillería en Ushuaia para optimizar las funciones y los servicios que cumple el Estado argentino en relación con la soberanía sobre Malvinas.
Otro puntal es la creación de «Laboratorios Antárticos Multidisciplinarios» para ampliar las capacidades de infraestructura de los laboratorios administrados por el Instituto Antártico Argentino en las bases antárticas Orcadas, Esperanza y San Martín y los Refugios Vega y Cerro Nevado, con una inversión de 200 millones de pesos implementada en el marco del programa «Construir Ciencia» del Ministerio de Ciencia en coordinación con la Cancillería y el Ministerio de Defensa (en curso).
Igualmente, la presentación de la Cancillería ante la Secretaría del Tratado Antártico de la Evaluación Medioambiental Global correspondiente a los trabajos de reacondicionamiento de la Base Petrel, que deberá ser evaluada por las Partes del Tratado Antártico y de su Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente durante su reunión de fines de mayo de 2023.
Se suma a ello el desarrollo del ciclo «Cultura es Soberanía» del Ministerio de Cultura con una agenda artística con diversas actividades destinadas a la población que reside en la Antártida mediante presentaciones teatrales, musicales, de danza y de cine para «promover el bienestar» de quienes cumplen funciones en la Antártida.
También, el establecimiento de un espacio cultural de la Biblioteca Nacional en la Base Carlini que proveerá material de lectura para esparcimiento, como parte de la política de federalización de esa institución.
Otra medida será el incremento del servicio de telecomunicaciones satelitales de Arsat a las bases antárticas nacionales, que se suma al ya existente en las bases Carlini, Marambio, Esperanza y Orcadas.
Y, finalmente, la ejecución de un programa de telemedicina para quienes trabajan en las bases antárticas argentinas.
En sintonía, el Gobierno nacional trabaja en la elaboración de una «estrategia nacional antártica (solo existen planes anuales antárticos) que permitan proyectar en el tiempo una acción coherente, eficaz y productiva de la presencia antártica de Argentina de acuerdo a los nuevos desafíos y realidades geopolíticas internacionales», sintetiza un documento de la Cancillería.
También «se propondrá la redacción de una nueva Ley Antártica (la vigente es de 1969) que refleje jurídicamente estas decisiones y prioridades».
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Por eso el país reivindica soberanía sobre el denominado «Sector Antártico Argentino», definido por los meridianos 25º y 74ºde longitud Oeste, entre el paralelo 60º Sur y el Polo Sur, que forma parte del territorio de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Ley 23.775) y está sujeto al Tratado Antártico.
«Este instrumento internacional fue firmado en 1959 por doce países (incluida la Argentina) y permitió reservar el continente para la paz, la ciencia y la cooperación internacional; asimismo, ofreció un marco para regular la actividad en la Antártida y, en virtud de su Artículo IV, estableció una fórmula de salvaguardia para los reclamos de soberanía, que incluye el de la Argentina», explicaron a Télam fuentes de la Cancillería.
Argentina «fundamenta su reclamo de soberanía sobre este sector en virtud de la contigüidad geográfica y geológica con el territorio sudamericano, la instalación y ocupación permanente de bases antárticas, el desarrollo de actividad científica por más de un siglo y la herencia histórica de España, entre otros elementos», indicaron fuentes del Palacio San Martín.
Existen seis países que presentaron reclamos territoriales específicos en la Antártida al momento de firmarse el Tratado Antártico además de Argentina: Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelandia y Reino Unido.
Otros dos países, Estados Unidos y la entonces Unión Soviética (hoy Rusia), se reservaron el derecho a efectuar reclamos territoriales en el futuro.
De acuerdo a información proporcionada por la Cancillería, Argentina administra 13 bases en la Antártida, de las cuales siete son permanentes (operativas todo el año) y el resto, temporarias (operativas sólo en verano).
De ellas, dos son administradas por la Cancillería: Base Carlini (permanente) y Base Brown (temporaria).
Las otras bases son administradas por el Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) del Ministerio de Defensa: Base Orcadas, Base Marambio, Base Esperanza, Base San Martín, Base Belgrano II y Petrel(permanentes); y las bases temporarias Melchor, Decepción, Cámara, Primavera y Matienzo (temporarias).
En todas estas bases argentinas, la ciencia antártica depende del Instituto Antártico Argentino (IAA), organismo de la Cancillería.
Existen adicionalmente unas 32 bases de otros 18 países que también se encuentran en el Sector Antártico Argentino; no todos los países del Tratado tienen bases en la Antártida.
FUENTE:TELAM