Cuarentena, hambre y organización popular
5 abril, 2020Cristian Medina, referente de Somos Barrios de Pie en La Plata-Berisso-Ensenada y referente de la UTEP
Estos tiempos que estamos atravesando, con una pandemia del COVID-19 que representa una amenaza para miles de personas y que exige el cumplimiento del aislamiento social obligatorio y una cuarentena estricta que es por ahora la única prevención posible, es el mayor desafío que enfrentamos como colectivo social en toda nuestra historia. Hubo otros momentos en que se requirió unidades coyunturales, expresiones sociales para enfrentar modelos y gobiernos antipopulares y/o dictaduras, pero esta situación pone en juego al conjunto de la sociedad.
El Coronavirus y sus efectos letales llegan al país en un momento muy sensible. La gestión de Alberto Fernández recién está en sus primeros cien días, período donde se tomaron medidas que estaban empezando a reactivar el mercado interno y levantando levemente la economía. Entonces es lógico pronosticar un nuevo enfriamiento de la actividad, ya que comercios y fábricas permanecerán cerrados como determina el decreto presidencial.
Pero hay un gran sector de la población, la de las/os trabajadoras/es de la economía popular, que no pueden llevar delante de la misma manera esta cuarentena de lo que la hacen los extractos medios. Condiciones habitacionales de hacinamiento, en muchos casos sin servicios básicos que garanticen el buen vivir, familias numerosas con gran cantidad de personas dentro de los grupos de riesgo más vulnerables a la pandemia (ancianas/os, niñas/os mal nutridas/os).
La mayor deuda que tenemos desde el regreso de la democracia es, sin duda, la pobreza estructural que ha ido avanzando, salvo en determinados períodos donde se han generado millones de puestos de trabajo y se había apuntado a fortalecer la producción interna (2003-2009). Sin embargo, los cuatro años de Macrismo, donde hemos visto restaurarse un proyecto neoliberal, llevaron a un aumento de los índices de pobreza y desocupación, de la mano de una alta inflación (como no se registraba desde principios de los 90) y una brutal transferencia de recursos de las clases populares hacia los sectores concentrados (grandes exportadores y especuladores financieros). El ajuste hizo que en diciembre de 2019 casi el 36% de la población sea pobre, datos que no se veían desde la crisis del 2001/02.
Volvieron a abrirse, en consecuencia, comedores y merenderos en barrios donde ya no había, y en los que ya existían comenzaron a tener cada vez más vecinas/os que se acercaron a buscar un plato de comida.
En este panorama fue clave el rol de las organizaciones sociales, que fueron las que llegaron a todos los puntos que el Estado no podía o no quería llegar. También esas organizaciones lograron un gran marco de lucha y unidad en las calles, claves para conseguir la Emergencia Social y la Emergencia Alimentaria, unidad que luego se profundizó en el marco electoral en la conformación del Frente de Todos, que derivó en la derrota del Neoliberalismo y en la victoria del pueblo organizado.
En este contexto, la cuarentena nos presenta un nuevo reto que los movimientos populares estamos enfrentando con la misma militancia, dedicación y amor con la que actuamos siempre. Seguimos sosteniendo los centros comunitarios, en pos de que a ninguna persona le falte una vianda, esa persona que vive del día a día, de las changas, del pequeño comercio, encuentra en cada comedor, en cada merendero un espacio de contención y de ayuda para sobrellevar esta problemática. Pero desde ya que las tareas se realizan siguiendo las recomendaciones de salud, seguridad e higiene: evitar grupos grandes de personas, utilizar insumos sanitarios (alcohol en gel, guantes, barbijos) que se hace difícil poder conseguir, respetar las distancias del aislamiento social obligatorio.
En este sentido, vemos con muy buenos ojos los anuncios que ha realizado el Gobierno Nacional, que garantiza ingresos extraordinarios para las/os trabajadoras/es de la economía popular y para beneficiarias de la AUH. La gran cantidad de inscriptas/os en el programa Ingreso Familiar de Emergencia demuestra las necesidades que existen entre una gran parte de la sociedad que aún hoy no recibe beneficio alguno, y lo que reafirma lo oportuno de la medida.
SOMOS Barrios de Pie organiza más de 30 comedores en el Gran La Plata (La Plata, Berisso y Ensenada), región de las más afectadas por los últimos años de ajuste, donde vemos que casi el 55% de chicas/os presentan problemas nutricionales, donde indicadores sociales negativos están por encima de la media nacional. En estos lugares entregamos diariamente viandas, meriendas, almuerzos, donde las/os compañeras/os extreman los cuidados tanto de ellas/os mismas/os como de las personas que retiran. Organizamos la solidaridad para que a nadie le falte un plato de comida en esta situación complicada que estamos atravesando.
En las ciudades donde estamos presentes hacemos distintas valoraciones sobre cada gestión municipal. En La Plata hace cinco años gobierna Julio Garro de Cambiemos, donde hemos visto un gran abandono de los abriros populares, como también la estigmatización y la represión hacia las/os trabajadoras/es de la economía popular y despidos amsivos de trabajadoras/es municipales en dependencias claves, como son las Direcciones de Género y de Niñez. Apoyamos a los intendentes Fabián Cagliardi en Berisso y a Mario Secco en Ensenada, mientras el primero se hizo cargo luego del desastre que significó el gobierno de Jorge Nedela y ha empezado a tomar decisiones claves para abordar los problemas de los barrios populares, el mandatario ensenadense ha construido un partido pujante, no sin problemas, pero que trata de resolverlos a través de una gran cercanía con las/os vecinas/os.
Más allá de diferencias o coincidencias, como organización social y como parte de la UTEP (Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Economía Popular), SOMOS Barrios de Pie reafirma su predisposición de ser parte, como viendo siendo, de los Comités Municipales de Emergencia y en cada uno que se haga en localidades y barrios populares, donde podamos volcar nuestras peocupaciones e inquietudes pero también nuestras propuestas, para elaborar junto a funcionarias/os, representantes sindicales, de la salud, sociales, eclesiásticos, de clubes de barrios, de pequeñas/os productoras/es las medidas y las acciones que se necesitan para abordar la Emergencia Social, Sanitaria y Económica que deriva de la pandemia y la cuarentena. El Coronavirus y el Dengue representan un gran problema para el país en general y esta Región en particular,
pero como convocó el Presidente Alberto Fernández de ésta salimos Tod🌞s Junt🌞s.