En 1989 se emitió en los EE.UU el capítulo debut. Viva reconstruye cómo la familia amarilla llegó aquí dos años después, y cómo los adoptamos en las calles y en las redes. Además, curiosidades “argentas” de la serie, que en nuestro país se emitió por primera vez el 8 de febrero de 1991. Cómo el producto fue ofrecido a Canal 13, y este los descartó; sólo así Telefé pudo concretar uno de sus mayores negocios televisivos.

A treinta años de la aparición por primera vez de Los Simpsons en la televisión norteamericana, el fenómeno debe analizarse desde distintos ámbitos, entre otros la sociología, como para intentar explicar las razones y los motivos de una permanencia tan extendida, que llevó a la serie a ser la más longeva de la multinacional Fox.

Llegada a nuestro país en los inicios de 1991, cuando Carlos Menem transitaba sus primeros meses como presidente de los argentinos, Antonio Alegre era el presidente de Boca Juniors y Néstor Kirchner era electo por primera vez como gobernador de Santa Cruz, la serie Los Simpsons sigue siendo un fenómeno de audiencia pocas veces visto. Para muchos, la razón por la cual la familia de Homero penetró tanto en nuestra cultura, tiene que ver con sus inocultables similitudes con nuestra argentinidad promedio.

Como prueba de esta condición de argentinos de Los Simpsons, vale señalar que uno de los mayores estudiosos del programa, y que llegó a ser consultado para el documental oficial sobre la serie en 2009, es argentino. Además, la cuenta en español de Twitter mejor informada sobre la familia de Springfield es también de un argentino.

Hay quienes vieron la veta comercial de la cuestión, y entonces tenemos en nuestro país dos connacionales (Sergio Brikman y Lucas Puyau) que crearon una fábrica de cerveza bautizada Duff, igual a la que consume Homero Simpson. Fue un éxito, hasta que Fox se dio cuenta de que algo del negocio se les estaba escapando y entonces ordenó legalmente la inhibición de la marca. Lo mismo pasó con un bar en Ituzaingó, que en 2017 Damián Díaz y su padre construyeron y pusieron a funcionar con gran éxito… hasta que Fox los llamó al orden.

Matt Groening es un dibujante de Portland, Estados Unidos, que hacía fines de la década del ochenta había comenzado a volverse un nombre popular en el mundo gráfico alternativo gracias a una tira que publicaba de forma periódica.

A Groening esa tira le significó una convocatoria para la televisión, y fue entonces que se le ocurrió crear una familia disfuncional. A  la hora de bautizar a los personajes y todo en medio del apuro por ofrecer algo interesante en su nuevo desafío laboral, pensó en su propia familia: en su papá Homer, en su mamá Marge (Marjorie, en los documentos) y en sus hermanas, Lisa y Maggie. Así nacieron Los Simpsons. Tal vez no muchos lo sepan, pero muchas de las calles de Portland se convirtieron en apellidos de personajes, como la avenida Flanders o la calle Burns.

Los Simpsons originalmente aparecían como un segmento dentro de otro programa, pero debutó como programa propio  el 17 de diciembre de 1989, en horario central y con episodios de media hora. Lo novedoso de lo suyo era entre otras tantas cosas, estar apuntado a público adulto, pese a ser un dibujo animado.

El negocio que logró Telefé, quedándose con la franquicia en nuestro país, pudo darse como suelen generarse los grandes negocios: de manera absolutamente circunstancial. El empresario

argentino Aníbal Vigil, por entonces director de Editorial Atlántida, estaba de vacaciones en los Estados Unidos cuando vio algunos minutos del programa en una habitación de hotel. Vigil era uno de los dueños de Telefé, que tenía apenas dos años de privatizado como canal de televisión en Buenos Aires. De regreso en nuestro país, entregó a Gustavo Yankelevich, quien era el gerente de programación de Telefe, un aviso publicitario de la tira norteamericana.

Lo insólito de la cuestión es que semanas antes, Fox había ofrecido su producto a Hugo Di Guglielmo, cabeza de canal Trece, ya por entonces en manos del multimedios Clarín. Sin embargo, el dibujo animado no gustó en la emisora del solcito y Yankelevich no sólo pudo comprarlo sino que lo hizo por un precio muy bajo. Yankelevich adquirió los episodios de media hora de Los Simpson por 200 dólares cada uno y desde entonces, 8 de febrero de 1991, no dejaron de pasarse por esa pantalla. La serie tiene tantos rasgos argentinos que en vez de llamarse Los Simpson podría llamarse Los Pérez, Los López o Los García, y sería perfectamente razonable y comprensible.

Otro dato que aunque parezca increíble liga de una manera indisoluble a Los Simpsons con nuestro país, es la relación de pareja que desde hace más de diez años mantiene el creador de la tira, Matt Groening, con la artista argentina Agustina Picasso.

Las redes sociales son otra muestra del fanatismo que Los Simpsons generan entre los argentinos. Desde cuentas de Instagram como @simpsonfalopa (excepcional catálogo de dibujos de los personajes hechos en paredes porteñas) hasta otra de Twitter como @Data_Simpsons, que es popular en toda América Latina, y la mantiene en incógnito un tímido “Franco”, así a secas. Tiene 26 años, vive en Ensenada y estudia Comunicación Visual en la Facultad de Bellas Artes de La Plata. Comenzó la cuenta en enero de 2018 y hoy ya tiene casi 70 mil seguidores.

Las vinculaciones de Los Simpsons con nuestro país a lo largo de sus historias son repetidas. Está el capítulo donde se hace referencia al tres veces presidente constitucional de los argentinos Juan Domingo Perón como un dictador, y se señala que estuvo casado con Madonna, o la referencia a la guerra de Malvinas. Sólo por citar dos ejemplos del plano de lo político.

Lo cierto es que Los Simpsons siguen siendo un éxito a la hora del rating, en cada tarde de sábado por la pantalla de Telefé, o en la señal de cable Fox, sin importar día y horario. Tanto que más allá de múltiples estudios, nadie logra acertar una respuesta única, a un fenómeno tan argento como el que protagonizan Homero, March, Bart, Lissa y tantos otros personajes, a los que en parte, consideramos todos, como parte de nuestras familias.