Club Social ResistenciaVibrante y diversa edición de a.362, la feria de arte de Chaco que mantiene su crecimiento
18 octubre, 2024
La feria internacional de arte de Chaco, a.362, finalizó su tercera edición con una propuesta vibrante, renovada y como un ejemplo claro de la vitalidad del mundo artístico que existe por fuera del circuito de la ciudad de Buenos Aires. El fin de semana del 11 al 13 de octubre, el Club Social Resistencia reunió a más de 30 espacios, entre galerías y proyectos artísticos.
En este nuevo encuentro, a.362 presentó novedades con respecto a las ediciones anteriores en cuanto a que hubo un mayor énfasis en las propuestas del arte contemporáneo de la región, sobre todos nuevos creadores, en un mix en el que también se presentaron a artistas consagrados de la provincia.
En su propuesta expositiva, esta edición se diferenció a la de 2023, cuando convivieron los artesanos tradicionales, que mostraban sus saberes en boxes dentro del espacio expositivo general, mientras que en la de este año esta cohesión se presentó en lugares separados como parte de una evolución lógica.
“En principio la feria tomó como una dirección de presentar puentes con Brasil, Paraguay y Bolivia, tratando de rescatar unas raíces, pero no fosilizadas, sino actualizadas. Hoy, hay un espacio que reivindica esas tradiciones, pero decidimos que eso que se ve en todas las ferias, desde la Feria del Libro a las de turismo, donde ves la artesanía o incluso en lo popular, en las calles, debía estar separado”, explicó Diego Fischer, curador del encuentro, a Infobae Cultura.
Y agregó: “La idea era que esa ancestralidad se cruzara con una idea de innovación o de creación que vaya más allá de su cultura. Entonces, creo que eso es lo más importante”.
Hay, en ese gesto, un statement sobre que la conexión está allí, a poca distancia, pero el énfasis está colocado en la feria de arte, en la promoción de una escena, a partir de sus creadores y obras, con el deseo de ser vistos y, por supuesto, vender.
Y es que establecer una cultura de una feria de arte no es nada sencillo, aún en la culturalmente riquísima Resistencia, ciudad repleta de esculturas a partir de la exitosa tradición de la bienal internacional que se realiza desde 1988. Porque no es lo mismo presentar a la obra como objeto a ser admirado en el espacio público, a convertirla en una ñeri dentro del hogar.
Hay allí un trabajo de machacar una mirada -equivocada- que existe con respecto al acceso al objeto. En ese sentido, la feria presentó -en su gran mayoría- obras en pesos y a costos accesibles, incluso con la posibilidad de hacerlo en cuotas. Para romper esa pared, entre el deseo y la acción de compra, muchas veces solo hay una pregunta de distancia. En ese sentido, a.362 se presenta como una feria amigable y asequible para el público.
La feria —organizada con fondos privados y por iniciativa de los miembros del Club Social, una asociación civil sin fines de lucro, bajo el comité directivo de Marilyn Cristofani, Alejandra Meana y Carlos Nicolini, y que contó con decenas de colaboradores— forma parte de la escena del Gran Norte del país, que se encuentra en franco crecimiento y que comienza a tener una mayor visibilidad a partir de encuentros como la pionera ArteCo (Corrientes), que va por su sexta edición, o la Feria de Arte Salta, que este año tuvo su debut.
Estas felices irrupciones en el mapa posibilitan que muchos artistas puedan recorrer caminos alternativos de un federalismo que, en el mundo del arte, es más bien reciente y con mucho por desarrollar aún. Así, los artistas alejados del AMBA pueden, por ejemplo, seguir produciendo en sus lugares de orígen, dialogando con unas idiosincrasias y con sensibilidades que no son las del hormigón, la anomia o la alienación.
Sin embargo, eso no significa que se encuentren del todo ajenos o aislados, ya que -como explicó Fischer- “los artistas contemporáneos actualizaron su imagen a partir de tener el vínculo con las redes sociales y redes en todos sentidos” y “están mirando su propio paisaje, pero también cómo otros resuelven otros paisajes, otras ideas en relación a las propias”.
Así, como índice de una escena que aún se está formando, en a.362 se podía observar una predominancia de proyectos, asociaciones entre artistas, por sobre galerías establecidas. Este es otro indicador del efecto de la existencia de la feria en la comunidad artística y cómo, el evento, más allá de su plataforma comercial, es un instrumento vital para la organización y profesionalización de las nuevas camadas que encuentran en la colaboración una ventana de visibilidad.
“Cada territorio tiene su propia feria, por lo que tiene que encontrar una manera de mostrarse. Entonces, pensamos la zona del Gran Norte con sus lenguajes posibles, pero sin olvidarnos que estamos en un mundo conectado donde la identidad no es una cosa fósil, sino una construcción que tiene un devenir”, sumó Fischer.
En ese repensar, entre la tradición, la identidad y las miradas hacia un mundo que se extiende, en pensamientos y prácticas más allá del terruño, en a.362 se observó una enorme diversidad de lenguajes artísticos. De búsquedas.
De Resistencia hubo 15 espacios, como las galerías Chorizo, que ya tuvo presencia en arteba, Noni Andresen o Garra con propuestas disímiles y muchos proyectos como Pulpa, “que surgió a partir de la convocatoria”.
“Ya habíamos participado como grupo en la edición anterior y para esta se reformó un poco la estructura del grupo, pero se mantuvo la esencia a partir de un trabajo individual que ya se viene desarrollando y se aunaron ideas en una propuesta más integradora”, dijo Gustavo Mendoza, escultor que trabaja de manera escultórica “con plástico, principalmente con materia prima, intervenido con termofusión”.
Por su parte, el ceramista local Juan Pablo Arias, que trabaja sobre el imaginario regional, con animales y figuras míticas, en obras al horno de eléctrico, bruñidas y ahumadas, a las que va moldeando sobre capas, sostuvo que “era importante que las obras dialoguen y que quede armónico”.
De la ciudad chaqueña Puerto Tirol, Espacio Yaraconda se presentó con trabajos de Erick Pértile, Sabrina Preukschat, Victoria Silva, Mauro Olivera y Horacio Javier Flores. “Somos artistas que trabajan el concepto de un crecimiento en silencio, con la naturaleza como eje central: Pértile, sobre la fauna chaqueña; Olivera, en dibujos inspirados en temas más fantásticos; Preukschat, en la fotografía, y Silva sobre la artesanía en relación al sol”, relató Flores, quien indaga con “un organismo vivo, el micelio de hongos” en máscaras, pavas y fotografías.
Desde Corrientes, la galería El Vivero tuvo una propuesta con obras de Leo Guardianelli, Ailén Chaco e Ingrid Petterson a las que les dio “aire” para ser apreciadas, bajo el nombre Radiografías del Espíritu, con “la crisis en el sentido psicológico como parte del desarrollo de la persona” como hilo narrativo, dijo Guardianelli.
Por El Vivero, que existe desde hace 3 años y funciona dentro del centro cultural Espacio Marino, donde además hay obras de teatro, recitales y festivales, ya pasaron 35 artistas, “en su gran mayoría emergentes”, comenta Alejandro Vallejos, coordinador. Y agregó: “La galería funciona prácticamente las 24 horas, los siete días de la semana. Se puede visitar en cualquier momento, lo que es algo particular”.
Por su parte, el también correntino Proyecto Mesa armó un living, con las obras colgadas como si fuera un hogar, con una presentación que buscaba “una estética que pueda abarcar todo lo que queríamos mostrar y que resalten las obras”, explicó Santi Repetto, sobre el spot en el que también estuvieron Claudio Ojeda, Emme Canteros y Ana Paula Bellano, y en el que se combinaron cerámicas, pinturas, afiches, fotografía intervenida, ilustraciones impresas sobre el lienzo y textiles, con una fuerte presencia de las tradiciones desde una perspectiva de la cultura pop de la provincia.
“Nos dimos cuenta que nuestra obra tenía mucho en común, y armamos el proyecto para presentarnos en distintas ferias de todo el país”, dijo Repetto sobre el grupo.
En a.362 también hubo propuestas más allá de la región, de CABA, Salta o Rosario, como el caso de Colectivo Moiras, que reunió a Verónica Saucedo, Melina Mansilla, Maximiliano Venturini y Leonel Petrovelli, que se presentaron como un “colectivo de gestión, de curaduría, no como de producción artística”.
“Somos artistas gestores, pensamos la curaduría, los conceptos, las relaciones de las obras, pero no tenemos espacio físico, no somos una galería y por eso también decimos que el no-lugar son todos los lugares”, sostuvo Venturini, quien exhibió dos series autobiográficas.
“Parto del concepto del deseo, ese ser deseante ante el no-amor y las relaciones a través de la app de citas Grinder, que produce el encuentro de hombres con hombres, donde por un lado están los que buscan la posibilidad de una charla, de una relación afectiva, y por otro el encuentro casual”, comentó sobre unas delicadas piezas que simulan ser diapositivas realizadas a partir de la superposición de capas de tul, que al proyectarse una luz sobre ellas revela un grado de sofisticación en el detalle sorprendente.
Entre otros de los espacios alejados de la región, pero con espíritu colaborativo, se encontraba Galerías bonaerenses, el brazo comercial de Junta, la red de galerías de la provincia de Buenos Aires que aúna desde espacios de investigación y difusión, pero no todos precisamente de venta.
“Nos asociamos para encontrar estrategias de comunicación y de coordinación para poder tener una plataforma de visibilidad y de venta dentro de estas ferias, ya que es muy difícil para cualquier galería del interior de la provincia tener una llegada a lugares centrales como arteba o a ferias más grandes. Sin embargo, con un desarrollo basado en la colaboración y de no competencia podemos ir generando propuestas que van rotando artistas y espacios”, explicaron Sonia Gómez, de Isidoro, de Coronel Suárez, y Juan Bruto, de Cresteo, de Sierra de la Ventana, sobre el emprendimiento que nuclea también a galerías de Sierras Bayas o Las Flores, entre otras localidades.
Para el curador Fisher el rol de las ferias en este nuevo ecosistema resulta fundamental, ya que consideró que “se transformaron en un lugar de formación para los artistas” y que permite “mirar lo que hace otra galería, qué se produce, cómo se vende y entonces entienden que la venta no es algo ingenuo y que hay que poder sostener por un lado las ideas, pero también ser permeables para que alguien pueda empatizar y adquirir esas obras”.
En una época en la que la importancia y necesidad de la educación pública se pusieron en disputa desde una parte de la sociedad, ferias como a.362 revelan la trascendencia de la formación para construir profesionales en el arte.
“La Universidad Nacional del Nordeste, que nuclea Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones hace más de una década creó la Facultad de Artes Combinadas, que no es menor. Se crearon carreras de diseño, diseño industrial, turismo. Todo eso hizo que se configurara y cambiara el mapa, porque lo que se van construyendo artistas. Entonces, intelectualmente esos desarrollos que tienen que ver con conocer teorías del campo del arte contemporáneo, se empiezan a ver en estas ferias muy potentes, analizando cuestiones de género, que tiene que ver con violencia, identidad, territorio o ecología”, dijo Fisher.
Durante el evento, además, se entregaron diferentes premios para incentivar el desarrollo tanto de artistas como de galerías. El Premio InSitu, ya una institución en las ferias del país, creado por Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez, fue para los locales Nicolás Santiago y para COVEN ART GALLERY, de Valentina Villalba, Cesia Zacarías, Agostina Morello, Valentina Fleitas y Katya Romano, “una galería de mujeres por mujeres para mujeres que se creó como un espacio para artistas emergentes” que tiene un año de funcionamiento y que trabajan a partir de “la sinergia entre diferentes materialidades y disciplinas del arte”.
Por otro lado, el Premio de Residencia La Nave, organizado por las galerista Gachi Prieto y el artista Andrés Waissman, que consta de una estadía de entre tres y cuatro semanas en el espacio de Escobar, fue para Erick Pertile y Cristian Badaró.
Durante la ceremonia de entrega de la que participaron, entre otros, los organizadores de la feria, los mecenas de las premios, el gobernador de la provincia, Leandro Zdero, prometió que para la edición 2025 se sumará el Premio Adquisición para construir un acervo artístico local.
[Fotos: Juan G. Batalla]