Las políticas llevadas adelante en sus primeros cien días de gobierno por parte de Javier Milei, profundizaron de manera acelerada el delicado cuadro que afectaba a la economía nacional. La profundización de la recesión durante el primer trimestre derivó en una drástica reducción de los puestos de empleo, en particular en el sector de las pymes, que es el que explica el 70% de la actividad económica del país.

Durante el verano 2024, fue moneda corriente la reducción de horas extras, adelanto de vacaciones y hasta suspensiones. Ahora, con el inicio del otoño, los despidos ya son una realidad, en paralelo además a las cesantías masivas que el propio estado nacional dispone –y dispondrá- en distintos organismos públicos.

La suma de ambas situaciones –restricción de puestos de empleo en los sectores público y privado- tiene una única consecuencia: profundización de la recesión, caída del consumo y pésimo panorama para el futuro.

Este panorama del sector privado es generalizado a todas las ramas, pero en particular a la industria (con una caída promedio de ventas del 64% en el primer trimestre) y sobre todo a la construcción, esta última impactada de lleno por la insólita decisión de la administración de Javier Milei de paralizar por completo la obra pública, uno de los motores centrales de la recuperación económica en otras etapas del país (por ejemplo, el período 2003/2010, el último de mayor y más rápida recuperación de la economía argentina, en todos sus niveles).

Sólo en la construcción, la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco) informó que se perdieron desde el 10 de diciembre a la fecha, un total de cien mil puestos de empleo registrados.

SUPERAVIT FISCAL, A COSTA DEL HAMBRE DE MILLONES

Las políticas del gobierno apuntan exclusivamente a reducir aún más el gasto público y sostener el superávit fiscal logrado durante el primer bimestre del año. El objetivo parece alcanzarse, pero a costa de millones de argentinos sumidos por debajo de los índices de pobreza y aun de indigencia (esos porcentajes de ciudadanos que se “caen” del sistema, se multiplicaron de manera exponencial en el último trimestre).

Como históricamente ocurre cuando se aplican este tipo de recetas económicas, el rubro textil es uno de los primeros afectados, entre otras cosas por la puesta en marcha de la apertura de las importaciones. Fuentes de este sector confirmaron que hasta el momento “hay relevados más de 1.000 empleos afectados, entre suspensiones y despidos en unas 40 empresas textiles”, además de las tantas que están con recortes de turnos/horas extras y evaluando los pasos a seguir.

De acuerdo a lo publicado por el portal Infobae, otro sector severamente afectado de los industriales, también con una mayor concentración en el mercado interno, es el de madera y muebles. Un estudio realizado por la Cámara de Fabricantes de Muebles, Tapicería y Afines (Cafydma) durante la última semana de marzo a 50 socios (producen en Santa Fe, la mayoría, y el resto en Capital Federal) reflejó que el 30% tuvo en los últimos dos meses caídas de ventas del 70%; otro 30%, entre 50% y 60%; y el 40% restante, entre 30% y 40%. La encuesta reveló que el 70% de los empresarios está aplicando suspensiones del personal, totales o parciales, o lo está evaluando para afrontar la crisis de actividad.

DESPIDOS Y SUSPENSIONES EN LONGVIE

Una de las firmas del sector que oficializó esta decisión días atrás fue Longvie, que decidió suspender a la mitad de sus trabajadores en las plantas que tiene en Catamarca y Entre Ríos. La medida se aplicará hasta mediados de abril y los empleados cobrarán alrededor del 80% del haber bruto. En esas fábricas, la empresa produce lavarropas, termotanques, calefones y estufas.

Un informe periódico de “Tendencias Económicas y Financieras”, una consultora especializada en monitorear mediante estadísticas y encuestas la situación económica, indicó que en febrero se registraron en el país un total de 16.480 despidos, frente a ninguno en el mismo mes de 2023 A su vez, las 16.553 suspensiones contabilizadas se explicaron por falta de insumos importados y desacuerdo en las negociaciones paritarias que paralizó la actividad de las plantas pesqueras en Puerto Madryn, Chubut y disparó paros metalúrgicos de 24, 48 y 72 horas en las plantas siderúrgicas en las tres primeras semanas de marzo. La información fue destacada este miércoles 27 de marzo por el portal Infobae.