Se trata de uno de los más de 20 microómnibus comprados en Alemania a comienzos de los años 50, utilizados para el turismo social que permitió conocer el mar a miles de personas.
Se lo pudo ver ya remozado -hace unas semanas- cuando se reinauguró el Hotel VI de la Unidad Turística Chapadmalal. Uno de los más de 20 micrómnibus que la Fundación Eva Perón importó desde Alemania a comienzos de los años 50, recobró su austera fisonomía luego que trabajadores del complejo turístico decidieran restaurarlo.
Estos Mercedes trasladaron a muchos y muchas que por primera vez tocaron el mar. Cuando dejaron de usarse para turismo social, se habían refuncionalizado para el traslado del personal de los hoteles y como transporte escolar para la población de la zona.
Ya en desuso, a principios de la década del 90, fueron desapareciendo y -casi seguro- desguazados. Salvo uno, que quedó estacionado en un tinglado del Hotel III por casi dos décadas, víctima del abandono que sufrieron también los edificios y los servicios sociales.
Hace casi un año, como parte del plan de obras para poner en valor el complejo financiado por el Gobierno nacional, se le encomendó a Daniel Colello (restaurador patrimonial del complejo) reparar el colectivo, que ya mostraba faltantes de piezas y los asientos comidos por las ratas.
La museóloga Silvia D’Aría, autora de la iniciativa del “Museo Eva Perón de Chapadmalal”, resalta el trabajo de Colello: “Lo recuperó de manera perfecta. Los asientos, la pintura, todo”.
D’Aría explica en dialogo con Télam que hoy el micro está resguardado en lo que fue una usina eléctrica, donde está proyectado por el Ministerio de Turismo de la Nación que sea la sede definitiva del Museo. “Queremos recuperar la historia y la memoria del complejo y del turismo social”, afirma.
Mientras tanto, organizan visitas guiadas para quienes quieran conocer el histórico vehículo. Quienes vayan, notaran un detalle apenas se paren frente al Mercedes. En la trompa, un reloj tiene fijadas las manecillas: marca las 20:25.