Curada por Roberto Amigo«RED Pallière», la muestra que rescata la historia pictórica suramericana del siglo XIX

Curada por Roberto Amigo

«RED Pallière», la muestra que rescata la historia pictórica suramericana del siglo XIX

5 noviembre, 2023 Desactivado Por Germán Costanzo Castiglione

Se trata de una muestra que rescata la obra de una familia de artistas desde el concepto de red, con obras de colecciones privadas y públicas nacionales. Como parte de ese laborioso trabajo de rastreo realizado por el investigador Amigo, esta exposición tiene como valioso la reunión de obras que fueron recuperadas y traídas al país por coleccionista.

«RED Pallière» curada por Roberto Amigo, es la primera muestra que el Museo de la Colección Amalita dedica al siglo XIX en sus 15 años de vida, una muestra que rescata la obra de una familia de artistas desde el concepto de red, en un diálogo incipiente entre Europa y Suramérica e interviene el espacio de la colección permanente del museo de Puerto Madero, actualizando y repensando un circuito artístico distante y esquivo.

La exposición que podrá visitarse hasta mediados de febrero reúne un cuerpo de obras únicas, como indica el curador: un 95% de colecciones privadas, algunas del Museo Nacional de Bellas Artes y de la Colección del museo, en la exposición inaugurada bajo el título «RED Pallière Pintura, familia y amistad en el siglo XIX».

«Se llama RED Pallière porque me interesan las relaciones de un pintor tanto con la familia como la amistad, y planteo las relaciones entre Europa y Sudamérica de manera no tan lineal como se suele plantear en la historiografía»Roberto Amigo

 

La muestra está integrada por obras de colecciones privadas y públicas nacionales, y como parte de ese laborioso trabajo de rastreo realizado por el investigador y lo fortuito surgido de subastas, esta exposición tiene como valioso la reunión de obras que fueron recuperadas y traídas al país por coleccionista, muchas que se creían perdidas o eran desconocidas. Esto permitió descubrir la faceta de pintor francés Jean León Palliêre, por ejemplo, al que se lo conocía más por las litografías y dibujos, y fue un uno de los grandes artistas que se inspiró en los paisajes y personas de su tiempo durante su estancia en el país.

La muestra se compone de 45 obras colgadas y otras 32 seleccionadas de un álbum mostrado en parte con divertidas caricaturas, y distintas pequeñas obras de la familia Pallière, entre óleos y acuarelas.

 

La familia y la amistad

Se trata de dos núcleos temáticos: el familiar y el de la amistad. La exposición da inicio con un par de pinturas y presenta en una vitrina obras de distintos integrantes de la familia, recogidos en un álbum de viajero (datados entre 1817 y fin de siglo XIX) que fue conservado bajo el apellido familiar y fue subastado en Marsella, y para sorpresa del comprador, contenía variedad de autorías y épocas.

«Se llama RED Pallière porque me interesan las relaciones de un pintor tanto con la familia como la amistad, y planteo las relaciones entre Europa y Sudamérica de manera no tan lineal como se suele plantear en la historiografía», explica Amigo.

Por otro lado, se trata de «obras que se encuentran en colecciones argentinas privadas salvo siete obras del Museo Nacional de Bellas Artes», indica el curador y considera que es una «oportunidad única» para verlas reunidas, sobre todo porque en general casi no han sido exhibidas y provienen de colecciones de Bonifacio del Carril, González Garaño o Perea que se expusieron en 1935, y ahora están en otras manos.

El primer núcleo se detiene en la familia de artistas desde el siglo XVIII con el maestro cerrajero que tiene dos hijos: uno de ellos es el abuelo de Jean Léon, llamado Jean Baptiste, creador de la obra más antigua exhibida, la acuerala, Le retour désiré (1780); además de pequeñas obras de gran valor histórico realzadas por el pintor y grabador Arnaud Julien, el padre del futuro artista cuando éste viajo en 1817 junto a la comitiva portuguesa de la princesa austríaca Maria Leopoldine von Habsburg-Lothringen que viajaba a Río de Janeiro para casarse con el futuro Emperador Pedro, de Brasil.

También están las exquisitas caricaturas realizadas por el hermano del artista dedicado a la vida militar, y otras piezas realizadas por la rama femenina de la familia: Augustine, Marguerite y Louise Pallière.

 

Una carta fue el punto de partida de la muestra

El punto de partida de la indagación que demandó por lo menos dos años de trabajo hasta llegar a «RED Pallière», está en una carta que el agente francés, protector de los intereses de su país en el Río de La Plata, John Le Long, le dirigió a Mr. Vignancourt, y que fue publicada en el diario La Tribuna del 26 de febrero de 1864.

En esa misiva Le Long se refirió a las obras más importantes de Pallière: Tropa de carretas en la pampa, El payador (en una escena de amor filial), Idilio criollo (una pareja), La cuna que es rescatada como «un óleo encantador», y Señoras porteñas en la iglesia, todas las cuales están reunidas en la muestra.

En esa importancia que reviste este artista en la historia del arte nacional, hace ya muchas décadas, en 1935, este pintor francés en tierra Argentina fue recuperado por última vez en la exposición monográfica de Amigos del Arte, por el coleccionista Alejo B. González Garaño.

El contexto de un siglo pasa a primer plano, como con la actual muestra dedicada a Eduardo Sívori en el Museo Nacional de Bellas Artes -que se explicita en las investigaciones realizadas por Amigo desde hace tiempo- y que completan el conjunto de óleos, acuarelas e ilustraciones con sus respectivos códigos QR, expuestos en el subsuelo del museo de Puerto Madero, a resguardo de la intensa luz exterior, y en vecindad con la importante Colección Amalita Lacroze de Fortabat.

Tal como detalla en uno de sus artículos académicos el curador, con el arribo de pintores franceses al Río de la Plata en el siglo XIX, se implanta un «modo de representación de los tipos rurales» en el cual «la mirada orientalista» determina una iconografía del gaucho ante la evidencia de una semejanza con los nómadas beduinos del norte de África y Medio Oriente.

En esta línea se encuentran las obras de Raymond Quinsac de Monvoisin, León Ambroise Gauthier, Léon Pallière y Marie – Gabriel Biessy, a los cuales el autor relaciona con los textos literarios como los de Domingo F. Sarmiento y el establecimiento de variaciones de una «pintura costumbrista desde la literatura gauchesca hasta el impacto de la literatura de folletín»; además de un ida y vuelta en las representaciones entre el nuevo mundo y Europa.

Entre las obras se destacan las de León Ambroise Gauthier (París, 1822 – Samois, 1901) El gaucho cantor (1856) que da cuenta del orientalismo compositivo; La Cuna (1862) de Jean Léon Pallière o La porteña en el templo (fechada hacia 1864) -óleo que perteneció a la colección del comerciante Jaime Llavallol-, y las respectivas versiones en acuarelas sobre el mismo motivo más mundano que religioso.

Otras son El payador (1864) adquirida en una subasta y se ubica por primera vez en la historia junto a Idilio criollo (1861), un cuadro icónico que junto a Interior del Café de París pertenecen a la colección del Bellas Artes.

Pero realmente impactante es Tropa de carretas en la pampa (1860) realizada por Pallière junto al paisajista argentino-irlandés Henry Sheridan (Ranchos, 1834 – Buenos Aires, 1860) que aportó su maestría al retratar el cielo. Se trata de un óleo conocido por haber sido mencionado por Eduardo Schiaffino (artista e impulsor del Museo de Bellas Artes), que despejó toda interpretación cuando en 2019 fue subastado en Londres por Christie’s y adquirido por un coleccionista. La obra permaneció en la familia Sheridan y se desconocía su paradero, y es exhibida por primera vez en público desde 1859.

Otro dato interesante aporta Amigo: «Pallière y Sheridan expusieron conjuntamente en 1859, más de sesenta pinturas», en lo que constituye un hecho poco habitual para la época.

También está El payador conocida como El guitarrero, Gaucho cantando o Bajo el alero, que permaneció en una colección privada británica de los descendientes del ingeniero irlandés Robert Crawford (1831 – 1914) que tuvo a cargo la construcción del ferrocarril del sud, y hasta su reciente aparición «era solo conocida por su reproducción en el álbum Pallière Escenas americanas, reproducción de cuadros, aquarelles y bosquejos, publicado en 1864.

También se exhibe el retrato que Jean León Pallière hizo de Pierre Pallière (1842), su hermano, perteneciente a la Colección Amalita, y la pintura Le frère quêteur (El hermano mendigo) que expuso en el salón parisino de 1875, aparentemente ya con influencias americanas.

Pallière, que era un gran viajero, tenía un archivo de dibujos y acuarelas, bocetos, sobre los que basaba sus composiciones, por ello, los dos ranchos que se exhiben novedosamente juntos son tan similares, como lo son «El payador» e «Idilio criollo» recreando lo rural como un «territorio no contaminado», cercano a lo prístino.

Entre las «obras clave para el arte argentino e icónicas dentro de la historiografía» están «Tropa …» una pintura muy trabajada por Eduardo Schiafino en su libro fundante de la historiografía argentina donde la describe y reproduce, lo que permitió que fuera conocida, cuenta Amigo. Y agrega, «El payador» se conoce por la litografía, e «Idilio criollo» porque Julio Payró escribió un estudio sobre Pallière hacia los años 1970, y la obra fue comprada por el Fondo Nacional de las Artes, la última adquisición realizada por el Estado de este tipo de obras, refiere crítico.

«RED Pallière» que cuenta además con la asistencia curatorial de la historiadora del arte Victoria Rodríguez do Campo, se podrá visitar hasta febrero en Olga Cossettini 141, Puerto Madero, de la ciudad de Buenos Aires, de jueves a domingos de 12 a 20.

 

FUENTE:TELAM/Por Marina Sepúlveda