En Argentina, al igual que en México, el estrés por calor puede tener un impacto significativo en la salud de las personas. Los cambios drásticos en el clima, especialmente las altas temperaturas, pueden causar enfermedades y estrés por calor¹².

El estrés por calor reduce la capacidad de trabajo y afecta las relaciones sociales¹. La exposición prolongada y crónica al calor extremo representa un serio riesgo para la salud humana, así como un desafío económico y social significativo¹. Este fenómeno puede derivar en efectos negativos en diversos sistemas, incluyendo infraestructuras y el bienestar físico de las poblaciones¹.

Las personas más vulnerables son aquellas expuestas a condiciones de calor tanto exógeno como endógeno, es decir, tanto en ambientes abiertos como en sitios cerrados sin sistemas de refrigeración adecuados, y quienes realizan labores físicas intensas¹. Esta exposición constante al calor puede incrementar el riesgo de enfermedades no transmisibles como la Infección Respiratoria Aguda (IRA) e insuficiencia renal crónica (ERC)¹. Además, provoca un deterioro en la capacidad laboral, lo que se traduce en pérdidas económicas y afectaciones en la dinámica social y familiar¹.

A largo plazo, una exposición crónica al calor en los entornos laborales puede ocasionar enfermedades cardiovasculares y renales, cáncer, afecciones respiratorias y problemas de salud mental³.

Es importante tener en cuenta que el Ministerio de Salud de la Nación ha emitido recomendaciones ante la ola de calor, ya que puede tener un impacto en la salud de leve a alto, sobre todo para grupos de riesgo (niños y niñas, adultos mayores de 65 años con enfermedades crónicas como cardiovasculares, respiratorias, diabetes y obesidad)⁴.

1publicaciones.srt.gob.ar2infobae.com3ilo.org4argentina.gob.ar5bing.com6infobae.com