SaludPor qué hacer ráfagas de actividad de un minuto podría reducir el riesgo de muerte prematura
15 diciembre, 2022
Un grupo de investigadores australianos descubrió que solo tres o cuatro estallidos de ejercicio físico vigoroso durante las tareas cotidianas se asocian a una gran reducción del riesgo de muerte prematura, en especial por enfermedades cardiovasculares.
Una buena noticia para aquellos a quienes no les gusta el deporte, ni ir al gimnasio: un grupo de investigadores australianos descubrió que solo tres o cuatro rachas cortas de “resoplar y resoplar” durante las tareas cotidianas se asocian a una gran reducción del riesgo de morir prematuramente.
Según un nuevo estudio, publicado en la revista Nature Medicine, las actividades diarias de un minuto de duración, como correr para tomar el autobús, podrían ayudar a prolongar la vida. El trabajo, dirigido por un equipo del Centro Charles Perkins de la Universidad de Sídney, es el primero que mide con precisión los beneficios para la salud de la “actividad física vigorosa intermitente en el estilo de vida”, o VILPA (por sus siglas en inglés).
La VILPA consiste en sesiones muy breves de actividad física intensa -de uno a dos minutos- que realizamos con entusiasmo cada día, como correr para tomar el autobús, caminar mientras hacemos compras o participar con los más chicos de juegos que requieren mucha energía.
Los investigadores utilizaron datos de un rastreador de pulsera para medir la actividad de más de 25.000 “no deportistas” del Reino Unido durante una semana. Se trataba de personas que afirmaban no practicar ningún deporte, ni hacer ejercicio en su tiempo libre. A continuación, se realizó un seguimiento de los datos de salud de los participantes durante siete años.
Los resultados revelaron que solo tres o cuatro sesiones diarias de VILPA de un minuto de duración estaban relacionadas con una reducción de hasta el 40% de las muertes por todas las causas y relacionadas con el cáncer. También se asoció a una reducción de hasta el 49% del riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular, como infarto de miocardio o ictus.
Los mayores beneficios se observaron al comparar a los que practicaban entre cuatro y cinco sesiones diarias de VILPA con los que no lo hacían en absoluto. El máximo de 11 sesiones diarias se asoció a una reducción del 65% del riesgo de muerte cardiovascular y del 49% del riesgo de muerte por cáncer.
Emmanuel Stamatakis, autor principal del estudio y catedrático de Actividad Física, Estilo de Vida y Salud de la Población, afirmó: “Nuestro estudio demuestra que se pueden conseguir beneficios similares a los del entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT, por sus siglas en inglés) aumentando la intensidad de las actividades incidentales de la vida diaria, y cuantas más, mejor”.
Para el experto, “unas cuantas sesiones muy breves de tres o cuatro minutos al día pueden ser muy útiles, y hay muchas actividades cotidianas que pueden modificarse para aumentar la frecuencia cardiaca durante un minuto, más o menos”.
Según Stamatakis, la mayoría de los adultos de 40 años no hacen ejercicio ni deporte con regularidad, pero el estudio demuestra que la actividad diaria puede ser beneficiosa para la salud.
“Aumentar la intensidad de las actividades cotidianas no requiere dedicar tiempo, prepararse, pertenecer a un club ni tener habilidades especiales. Simplemente se trata de acelerar el ritmo al caminar o hacer las tareas domésticas con un poco más de energía”, añadió.
El equipo aseguró que los resultados del estudio son comparables a los de otro análisis de la actividad vigorosa de 62.000 personas que hacían ejercicio con regularidad. Esto sugiere que el hecho de que la actividad vigorosa se realice como parte de un ejercicio estructurado o de las tareas domésticas no importa en lo que respecta a los beneficios para la salud.
Paul Leeson, catedrático de Medicina Cardiovascular de la Universidad de Oxford, comentó sobre los resultados en diálogo con Daily Mail: “La diferencia de este trabajo es que los investigadores estudiaron la relación entre los patrones de ejercicio y la salud futura, independientemente de que el participante tuviera o no la intención de hacer ejercicio”.
“Los resultados -continuó- indican que la relación entre los períodos cortos de actividad vigorosa y la mejora de la salud en etapas posteriores de la vida es la misma, independientemente de que el ejercicio se haya realizado a propósito, como parte de un programa de ejercicio, o simplemente porque se haya realizado como parte de la actividad diaria, por ejemplo, corriendo para coger el autobús”.
Para el especialista, “la principal limitación es que estos datos son observacionales. Por lo tanto, no nos dice si añadir breves periodos de actividad vigorosa a nuestro estilo de vida, si no lo hacemos ya, reduce el riesgo”. “Los resultados solo nos muestran que el tipo de personas que tienen un estilo de vida que incluye breves periodos de actividad vigorosa, por la razón que sea, tienden a ser las mismas personas que viven más tiempo y evitan los infartos”, concluyó.
FUENTE:INFOBAE