INFORME DE UN ORGANISMO EUROPEOMuy peligroso: cada vez más cantidad de basura espacial orbita alrededor del planeta

INFORME DE UN ORGANISMO EUROPEO

Muy peligroso: cada vez más cantidad de basura espacial orbita alrededor del planeta

21 agosto, 2023 Desactivado Por Julio Giribaldi

Un informe de la Agencia Espacial Europea (ESA) precisó que ya hay 10.900 toneladas de chatarra espacial sobrevolando a más de 500 kilómetros sobre la Tierra, por lo que expertos argentinos proponen acciones como «aprobar una legislación internacional» para regular la actividad y mejorar la sustentabilidad de la industria espacial.

 

En el documento difundido el 11 de agosto, la ESA detalla que, desde el inicio de la carrera espacial -en 1957, cuando se lanzó el satélite ruso Sputnik-, ya se pusieron en órbita 15.760 satélites. De esos, la mitad continúa funcionando y la otra parte, inactiva, se habría convertido en chatarra.

La mayoría de estos residuos hoy sigue orbitando, con riesgo de impactar contra otros objetos operativos (de hecho ya se registraron 640 explosiones y colisiones en las últimas seis décadas) o, en algunos casos, caer en la Tierra, en medio del océano o en una zona poblada.

El fenómeno se convirtió en un gran tema de debate. Las principales agencias del mundo, como la NASA, de Estados Unidos, y la ESA, de Europa, junto con organizaciones no gubernamentales como la ONU y empresas privadas, impulsan acciones que van desde la implementación de leyes internacionales para regular la actividad, hasta el desarrollo de misiones sustentables.

La Argentina acompaña estas iniciativas desde la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), que representa al país ante la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos (COPUOS), de las Naciones Unidas (ONU).

La primera colisión espacial fue registrada en 1996, entre el satélite francés Cerise y un desecho del cohete Ariane-1 H-10, de la ESA.

No obstante la problemática tuvo un crecimiento exponencial a partir de 2007, cuando China disparó un misil desde la Tierra para romper en pedazos un satélite propio, a unos 860 kilómetros de altura, con el propósito de demostrar su poder bélico.

Dos años después se produjo el primer choque accidental, a 776 km de altitud, entre dos satélites, uno de comunicación estadounidense, de una empresa privada, el Iridium-33, y otro militar ruso, Cosmos 2251, fuera de servicio. Ambos eventos produjeron una enorme cantidad de basura que aún continúa orbitando y amenazando a otras misiones. A las altas velocidades a las que giran (27.000 kilómetros por hora), incluso los fragmentos más pequeños tienen un alto poder destructivo.

Con la mirada puesta en el futuro, distintos especialistas impulsan diferentes iniciativas innovadoras:
La primera de ellas apunta a modificar la estructura de los satélites, para que se puedan arreglar en el espacio, cambiando piezas averiadas para extender su vida y evitar que se conviertan en chatarra.
Otros proyectos se vinculan con el diseño de misiones que viajen hasta el espacio para recolectar los desechos, reingresarlos a la Tierra y reciclarlos.
La tercera iniciativa consiste en equipar a los satélites con ganchos, que permitan remolcarlos y reingresarlos a la superficie terrestre.