El censo en CABALocales cerrados, calles vacías y censistas casa por casa, las postales del operativo
18 mayo, 2022
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Por
Germán Costanzo Castiglione
Télam realizó una recorrida matutina por distintos barrios porteños, donde las plazas habitualmente colmadas se encontraban desoladas y solo se veía a censistas en las puertas de edificios y casas.
Plazas y calles desoladas, comercios cerrados con excepción de algunos bares en estaciones de servicio y encargados de edificios recibiendo a censistas para entregar los comprobantes de quienes completaron el formulario digital, fueron escenas que se repitieron este miércoles en la ciudad de Buenos Aires durante la jornada de feriado por el Censo Nacional 2022.
«No sabía si censarme o no, soy de Bolivia, vine a estudiar una Maestría hace dos meses y me quedaré un año, pero me acabo de enterar que sí y por suerte fue super rápido», comentó a Télam desde la puerta del edificio donde vive en Puerto Madero María Carolina Rivero, de 28 años, quien respondió las consultas del censista en pocos minutos.
El encargado del edificio donde vive Rivero, ubicado en Juana Manso 1636, contó a Télam que un grupo de vecinos que vive allí le encomendó los códigos alfanuméricos o comprobantes del censo digital para que se los entregue al censista.
«Cerca de 12 personas me dejaron el número porque prefieren que no los molesten y otros salieron, algunos me los mandaron por WhatsApp», explicó Héctor, oriundo de Florencio Varela, quien se censó digitalmente y en su domicilio será su esposa la que aguarde para entregar el comprobante.
Durante la recorrida de Télam por la Ciudad, lacensista Isabel Giménez, contó su experiencia previa a la jornada, mientras se dirigía a un centro de coordinación montado en el jardín Jin número 13, en el distrito escolar 4, en Calabria y Vera Peñaloza, de Puerto Madero.
«Nos capacitaron a través de un zoom pero ahora tenemos que llenar datos en una planilla y nos pagan 6 mil pesos por la jornada, que es hasta las 18 horas», dijo Giménez, quien trabaja en una cooperativa textil y pertenece a la organización social Movimiento Evita.
Allí, otra censista, Carolina Pinioreli, estudiante de la facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Buenos Aires (UBA), contó que recibieron «una capacitación a través de videos tutoriales» y que utilizarán una aplicación, llamada Censar, que les habilita las viviendas a censar, aproximadamente 34 cada uno.
En tanto, Alberto Braim, un vecino de 64 años del barrio de Caballito, optó por tomar un café en una estación de servicio de la zona, mientras su mujer esperaba al censista en su domicilio.
«Nos vamos a censar de forma presencial porque recién entramos ayer a la página del Censo y estaba colapsada, entonces aprovecho a tomar un café y a caminar un poco», compartió Braim, mientras otro vecino de la zona, Oscar Giordanino, desayunaba junto a su hija y contó que ellos realizaron el censo de forma digital «hace dos meses y sin problemas».
En una recorrida matutina por distintos barrios porteños, que incluyó Puerto Madero, Flores y Constitución, podían observarse los locales comerciales con sus persianas bajas, desde kioscos hasta supermercados.
Las plazas habitualmente colmadas en una jornada de sol, este miércoles se encontraban desoladas y solo se veía a censistas en las puertas de edificios y casas y agentes de policías en el operativo de seguridad.
El tradicional operativo presencial del Censo, que comenzó a las 8 y se extenderá hasta las 18, abarcará a 15 millones de viviendas en todo el país y a más de 45 millones de personas.
Cada censista tiene una pechera con el número 0800-345-2022, donde durante todo el día se podrán realizar consultas y denuncias; una credencial identificatoria con su nombre, apellido y número de documento, un código QR y una bolsa con el logo oficial del Censo 2022.
En esta ocasión, la estructura censal, en números, se desdoblará en 458.000 censistas de viviendas particulares, 60.000 jefas o jefes de radio, 50.000 agentes de viviendas colectivas y 18.000 asistentes de jefa o jefe de fracción en todo el país.
UNA ESCUELA DE CONSTITUCIÓN SE CONVIRTIÓ EN UN CENTRO DE COORDINACIÓN
La escuela primaria pública número 6, del barrio porteño de Constitución, fue uno de los centros de coordinación censal que funcionó en la Ciudad de Buenos Aires, donde la mayoría del personal de conducción escolar tuvo a su cargo la selección y capacitación de censistas, coordinación y del transferencia de los datos censados en planillas que irán a las diferentes Comunas.
«Los nueve jefes de radio, que coordinan a los 140 censistas de acá, somos personal de conducción de la escuela, y como se cayó el campus virtual de capacitación de los censistas, decidimos capacitarlos con tutoriales y documentos pdf sobre qué preguntar, a quiénes hay que censar, qué significa el censo y las planillas a completar», dijo a Télam la directora de la escuela primaria 6, distrito escolar 5, Daniela de Jesús, ubicada en San José 1985.
Según comentó la directora de la institución, el trabajo de los 140 encuestadores se realiza en un total de 10 manzanas y detalló que no utilizarán la aplicación «Censar» porque «internet se cae todo el tiempo, así que el resguardo de la información siempre se hace en planillas», dijo.
«Cerca del mediodía hacemos un corte, un registro preliminar, y nos comunicamos con los censistas para saber cuántos hogares censaron y los datos que ya tienen o restan hacer», agregó, y señaló que una vez que se terminan de resumir los datos de los censistas, las planillas viajan en cajas selladas a la Comuna 1.
En tanto, el jefe de fracciones, Gerardo Cadierno, que trabaja junto a la directora de la escuela, explicó que «la Ciudad de Buenos Aires está dividida en Comunas, cada una tiene una cantidad de fracciones determinadas y en el caso de la Comuna 1, son 29 o 30 fracciones».
«Una vez que los jefes de radio resumen los datos de las planillas de los censistas, yo soy el encargado de que esas planillas lleguen a la Comuna 1, y de ahí se llevan esos papeles a la oficina de estadísticas de la Ciudad», contó.
Con respecto a la aplicación Censar, Cadierno explicó que «es una herramienta que ayuda y cuando entrás al sistema, matchea con los datos de las planillas, simplifica el proceso pero puede fallar por internet y su acceso».
Dora Centurión de 57 años y vecina de Flores, paseaba por la avenida Avellaneda y Nazca, para encontrar un lugar donde comprar comida, sin éxito.
La zona, un lugar de locales comerciales y feriantes que suele ser punto de compras de muchas personas, esta mañana también se encontraba desértica y con todos los locales cerrados.
«Tengo que comprar comida y piedritas para mi gato y no creo que encuentre nada abierto, ayer todo el mundo salió al supermercado, pero yo no pude, ahora me voy a mi casa a esperar al censista», comentó la mujer, quien se ya había completado el formulario digital y solo debía exhibir el comprobante.
FUENTE:TELAM/POR EURÍDICE FERRARA