LIBROSLichi: «Las palabras no definen cómo gusto yo de la gente»
12 octubre, 2023
El músico, youtuber y comunicador debuta como escritor con «¿Cómo se llama esta canción de amor?» en el que va narrando su descubrimiento de la sexualidad, reflexiona sobre el lenguaje, cómo nos condiciona la mirada de los otros, y cuántas veces una persona puede salir del closet.
El músico, youtuber y comunicador Lichi debuta como escritor con «¿Cómo se llama esta canción de amor?«, un libro en el que va narrando su descubrimiento de la sexualidad y en el que a la vez reflexiona sobre el lenguaje, cómo nos condiciona la mirada de los otros, y cuántas veces una persona puede salir del closet.
Nacido en la localidad santafesina de Rafaela en 1992, Lisandro Manuel Ruiz Díaz es más conocido como Lichi gracias a su canal de YouTube, en donde tiene casi 95 mil seguidores y cerca de 400 videos publicados en los que habla, en general, de sexualidad y vínculos, a veces solo, a veces con Dani, su expareja, e invitados varios. Además, compone sus propias canciones, que pueden escucharse en varias plataformas.
Con «¿Cómo se llama esta canción de amor?» (Penguin Random House) acaba de debutar como escritor y reflexiona sobre el trabajo de escritura como un proceso creativo muy distinto al que se pone en marcha al realizar un video.
Para el músico y comunicador, el lenguaje «ayuda a que podamos identificar algunas cosas». «Cuando algo tiene nombre digo ‘ah, esto es algo. No estoy flasheando’. Entonces cuando veo que otra persona está en la misma y después otra y así digo ‘hay una comunidad’ y me siento representado. Ya existe, es algo. Es como las banderitas de cada sexualidad, que uno elige con cuál se siente representado», sostiene en charla con Télam en un bar del barrio porteño de Chacarita.
«Todos los términos que había estado encontrando (asexualidad, grisexualidad, demisexualidad y muchísimos más) definían una de esas infinitas maneras de correrse de esa norma, de lo esperado. Pero ¿quién o qué crea esas palabras? ¿Las personas o la norma?», escribe en el libro.
Con su canal de YouTube, sus cuentas en Twitch y en Instagram fue construyendo una comunidad con la que armaron un espacio para lograr un camino para encontrarse: «Hay gente que pasa años sin poder aceptarse y esto traba todo. Porque si no te podes entender a vos mismo qué le va a pasar a los otros si vos todavía no sabes quién sos», resalta.
Como parte de esa comunidad, por ejemplo, tiene un ciclo que se puede ver en su canal de YouTube los martes y en el que entrevista a personas que se identifican de distintas maneras dentro del espectro LGTBIQ+.
-¿Cómo fue el proceso de hacer un libro? ¿Hay otro tipo de reflexión sobre lo que escribís a diferencia de hacer videos o canciones?
-Es un proceso muy distinto porque es muy largo y muy personal. Me llevó casi un año de estar solo con la compu durante muchas horas. Es otro ritmo de generar algo, y además generar algo que va a durar mucho más tiempo que un video. De todos modos, no soy ajeno a sentarme a escribir porque trabajé en medios. Yo sabía sobre lo que quería escribir y era de todas las cosas que había hablado en los videos pero cuando lo bajé a la escritura, me encontré con algunas cosas y después aparecían otras y después más. Empecé a recordar cosas, a desbloquear imágenes, personas, nombres, anécdotas, cosas que hacía un año que estaban ahí guardadas y no pasaba por ahí. Fue un poco loco eso.
-En el libro citas una frase de Charly García que dice que un compositor que solo escribe canciones sobre cosas que le pasan no es un músico, es un periodista. ¿Cómo es ser tu propio contenido?
-Cuando empecé en YouTube todos los contenidos eran de personas que mostraban sus rutinas de maquillaje o qué habían desayunado ese día, a dónde habían ido o qué habían comido. Yo quería hacer todo lo contrario. Quería hacer algo útil. Y entonces grababa cosas y en los comentarios me pedían que contara más sobre tal o cual historia o me decían «eso que dijiste me representó». Entonces pensé: «quizás lo útil termina siendo que yo hable de mí». Pero no por lo personal sino porque tal vez se estaba esperando que alguien contara historias como las de ellos. Cuando conté que en mi adolescencia en Rafaela yo era el único gay y creía que también en el mundo, apareció gente de Puerto Rico, de Córdoba, de cualquier lado, que decía «me pasó lo mismo». Entonces me di cuenta de que yo era la fuente pero a la vez hablaba de personas que ni conocía.
-¿La salida del closet es en soledad?
-Siempre. Pero hay dos salidas: la primera es aceptarse y la segunda es con el resto. Hay gente que pasa años sin poder aceptarse y esto traba todo. Porque si no te podes entender a vos mismo qué le va a pasar a los otros si vos todavía no sabes quién sos.
-En el libro salís de varios closet. Y uno es cuando te asumís como bisexual.
-Cuando encontré esa palabra, en mi adolescencia, era una novedad. Me resultaba un término medio porque yo hasta ese momento no sabía que te podían gustar los varones y las mujeres. Y aunque yo ya sabía que era gay lo vi como una manera de sobrevivir, de poder decir que también me gustaban las chicas.
-Después decís «soy gay y tengo novia».
-El problema en ese momento fue que ya había dicho que era gay. Entonces fue «¿cómo explico esto si yo ya salí del closet? ¿Hay que salir de otro closet?». Y ahí me di cuenta de que a veces las palabras no definen cómo gusto yo de la gente.
-¿Estamos muy restringidos por el lenguaje?
-Yo creo que ayuda a que podamos identificar algunas cosas. Cuando algo tiene nombre digo «ah, esto es algo. No estoy flasheando». Entonces cuando veo que otra persona está en la misma y después otra y así digo «hay una comunidad» y me siento representado. Ya existe, es algo. Es como las banderitas de cada sexualidad, que uno elige con cuál se siente representado. Pero tampoco hay palabras para cuando te gusta más la mayonesa que el ketchup, pero no importa que no haya. No me siento presionado a encontrarla. Porque a nadie le importa. Porque no hay una norma para eso. Pero sí hay una norma para gustar de gente y de cierta gente. Entonces ahí, cuando no hay una palabra que explique por qué te saliste de la norma pero que a la vez es completamente normal, podes entrar en cortocircuito.
-En un contexto de campaña electoral en la que muchos derechos se están poniendo en discusión, ¿cómo analizás el cuestionamiento y la propuesta de eliminar la ley de Educación Sexual Integral (ESI)? ¿Qué pensás cuando escuchás candidatos que proponen eliminar la ley de Educación Sexual Integral (ESI)?
-Es malísimo. Es un miedo a que los niños sepan. Como que relacionan que un niño sepa esas cosas con la pedofilia y a mí me parece que es todo lo contrario. Un niño tiene que saber qué es lo que existe y qué es lo que puede hacer y pasar con su cuerpo. Y qué es lo que puede sentir su corazón. Que hay opciones que puede que no las esté viviendo ahora pero que, tal vez, las transite más adelante. ¿Cuál es el chiste de ocultarle a los niños que existen ciertas cosas? U ocultarle la sexualidad hasta que cumplan cierta edad. Como si supieran exactamente a qué edad la persona empieza a necesitar esa información.
FUENTE:TELAM