10 años del matrimonio igualitarioLas horas más oscuras del Papa Francisco
15 julio, 2020
Pasó hace una década, pero todo era muy distinto en aquella Argentina. Néstor Kirchner venía de ser derrotado en las elecciones del 2009 frente a Francisco de Nárvaez, en lo que había sido un durísimo golpe al entonces Gobierno, y el oficialismo buceaba para intentar relanzar su gestión. Jorge Bergoglio estaba a tres años de ser Papa, y en aquel entonces no sólo se llevaba pésimo con el kirchnerismo –sentimiento que era compartido- sino que estaba lejos de ser el cura sonriente y bonachón de la sotana blanca y que hoy maravilla a millones a través de las superproducciones de Netflix. Ese otro costado suyo, el más sombrío, fue el que apareció durante la votación de la ley del Matrimonio Igualitario en el 2010.
Cuando el kirchnerismo tomó e impulsó el proyecto de Vilma Ibarra, Bergoglio se encontraba en una posición muy delicada. Tenía una pésima relación con el Gobierno, estaba cruzado con la “línea Roma”, el ala más conservadora de la Iglesia local, y además sentía la presión de muchos fieles que le pedían a él, arzobispo de Buenos Aires y hombre al mando de la Conferencia Episcopal, que liderara la resistencia contra la ley.
Encima no podía buscar apoyos en la oposición: luego de que el entonces jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, no apelara a fines del 2009 una sentencia judicial que permitía el casamiento de la primera pareja homosexual en la Ciudad -contrariando a la sugerencia bergogliana- el vínculo había quedado muy tenso. De hecho, luego de ese primer matrimonio, Macri fue a visitar a Bergoglio al arzobispado porteño. La reunión fue catastrófica. “Usted faltó gravemente a su deber de gobernante y de custodio de la ley”, le espetó el cura. Después el futuro Presidente hizo trascender a los medios que no le había gustado para nada que lo retara “tres veces seguidas”, y además se difundió que Macri se había retirado antes de lo pactado de aquel encuentro. Dicen que los jesuitas guardan un particular sentido del humor, y muchos se acordaron de este cruce en el 2016, cuando Francisco hizo que el encuentro con el entonces Presidente,el famoso del rostro largo en el Vaticano, durara literalmente lo mismo que el del 2009: 22 minutos. Mensaje divino.
(Fuente: Infobae)