De acuerdo al informe de autopsia, los dos disparos fueron detonados a menos de cinco centímetros de la cara de la víctima. Una bala ingresó por el pómulo derecho y el otro por el ojo izquierdo.

Por lo que trascendió el móvil del crimen fue la venta de un lavarropas. Al parecer Ochoa le había vendido ese artefacto al anciano y como no funcionaba bien concurrió al domicilio para arreglarlo.

De acuerdo a una fuente con acceso a la causa, cuando estaban en la casa del anciano, identificado oficialmente como Ernesto Gabriel Bramajo (82), hubo una discusión, y Ochoa se retiró.

Luego sucedió que Bramajo lo persiguió, y tras increparlo sacó un arma de fuego y le pegó dos balazos a Ochoa.

El octogenario huyó del lugar tras el crimen, mientras que efectivos de la Estación de Policía de General Belgrano acudieron a la escena y el médico de una ambulancia constató la muerte de Ochoa.

El arma no aparece

El anciano fue detenido unos minutos después y quedó a disposición del fiscal Jonatan Roberts, a cargo de la UFI descentralizada de Chascomús.

El fiscal indagará este lunes a Bramajo para informar la acusación: homicidio agravado por el uso de arma de fuego.

Hasta el momento no se pudo determinar el calibre utilizado por el agresor ni se halló el arma homicida.