Las casas de apuestas online se convirtieron en la opción predilecta de los jóvenes para hacer dinero fácil. Sin embargo, este fenómeno ya captó la atención del Estado, que estudia si deberá cambiar la legislación del juego para prevenir la ludopatía.

“Actualmente se puede apostar sobre cualquier cosa, y creo que eso es peligroso. Hay campañas publicitarias todo el tiempo y no existe ningún tipo de mensaje de concientización. Las páginas ponen plata en marketing para que lo vendan influencers reconocidos y que son referentes para chicos jóvenes”, reflexionó Sebastián, de 26 años, sobre el fenómeno de las apuestas online en las que él mismo participa, con cifras que van desde los 25 mil hasta los 50 mil pesos.

Periodistas, equipos de fútbol y sitios web promocionan este nuevo mercado como una forma fácil e interesante de ganar dinero en todo tipo de deportes. No obstante, la exposición que tienen los jóvenes ante esta novedosa modalidad de apuesta causa preocupación en el Estado, cuyos organismos ya analizan el impacto que puede llegar a tener en este sector demográfico de la población.

“Los sitios de apuestas deportivas ejercen un particular atractivo entre los jóvenes que, una vez que acceden a las cuentas, se encuentran con un enorme abanico de posibilidades que van desde apostar cuántos tiros de esquina puede haber en un partido del fútbol hasta el resultado al término del primer tiempo”, explicó en diálogo con Télam Juan Gossen, director de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires.

Ariel tiene 23 años y se sintió atraído por las apuestas online mientras veía partidos de fútbol. “Lo que me llamó la atención fue que aparecían las publicidades de apuestas y quise intentarlo. Una o dos veces salió bien y seguí apostando un poco más”, señaló. La máxima suma que puso en juego fue de 15 mil pesos.

Similar es el caso de Sebastián: “no tengo un monto fijo. Depende del día, las ganas y el dinero, pero por lo general son 25 o 30 mil pesos. Una vez llegué a 50 mil”, puntualizó. No obstante, él admitió que tiene una visión pesimista respecto a obtener un margen de ganancias: “claramente nunca vas a ganar, porque está hecho para que no lo hagas. Vas a tener momentos de suerte y te podés llevar unos pesos, pero a fin de cuentas siempre estás en pérdida, si haces un balance general nunca ganás más de lo que apostás”.

Gossen reconoció que “todavía no existen estudios científicos que determinen con exactitud el universo de jóvenes con problemas de adicción al juego”. En ese sentido, insistió con “hacer una clara diferenciación entre el juego regulado, es decir sitios y plataformas que cuenta con la licencia correspondiente, y las plataformas de juego clandestinas o ilegales”.

El problema con estas últimas, según el titular de la defensoría, es que sus servidores están alojados en países en los que la regulación al juego es distinta a la de Argentina. “A los Estados se les dificulta poder tener un control efectivo y ello provoca que los apostadores puedan sufrir todo tipo de estafas y estén en una situación de absoluta vulnerabilidad”, añadió Gossen.

Cuando se le consultó por la posibilidad de sufrir una adicción al juego debido al constante uso de las casas de apuestas online, Ariel reflexionó: “ya no lo hago más, porque cada vez que miraba un partido sentía la necesidad de apostar, de esa adrenalina que te da saber que podés duplicar tu plata. Es como una trampa, se puede convertir en una adicción muy fácil”.

Sebastián, por su parte, aseguró que la adicción puede provenir “de la frustración”, y explicó: “porque no ganás, querés seguir hasta ver si lo revertís y claramente nunca va a pasar, porque está hecho para que pierdas”.

Finalmente, Gossen sostuvo que Argentina está “en una fase preliminar del impacto de la globalización de las apuestas”, y agregó que “se deberá analizar, a partir de cómo vaya evolucionando la actividad, si es necesario actualizar la legislación”