“Los principales afectados por el brote son niños menores de 10 años. Entre los 21 casos graves notificados, 12 presentaron cuadros de diarrea con sangre y nueve fueron hospitalizados”, detallaron.
No obstante, no se notificaron víctimas mortales asociadas al brote, pero se estima que los chocolates se distribuyeron en al menos 113 países, por lo que es probable que surjan casos adicionales en otras naciones.
En tanto, la ONU considera que todavía se necesita más información para “evaluar con mayor precisión la gravedad vinculada a este episodio, incluyendo datos sobre los síntomas”.
“Dado que la identificación de los casos existentes se realizó mediante técnicas moleculares punteras, que no se utilizan de forma rutinaria en todos los países, se apunta a la posibilidad de que una parte de los casos permanezcan sin detectar”, advirtieron.
El pasado 8 de abril la empresa Ferrero cerró su fábrica de chocolate Kinder en Bélgica, luego de retirar del mercado de varios países europeos, Argentina y Estados Unidos, algunos lotes de sus productos “Kinder Mini Eggs”, fabricados en el país belga, tras detectarse casos de salmonella en Europa en personas que consumieron estos chocolates.
Los síntomas de la salmonelosis se caracterizan por la aparición de fiebre alta, dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea con sangre, como se informó en la mayoría de los casos del brote actual.
Pese a que las infecciones por salmonella suelen ser leves y no requieren tratamiento, los niños y los ancianos corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por deshidratación.
Las medidas de prevención de la salmonelosis para el público son: lavarse las manos con agua y jabón, en particular después de haber estado en contacto con animales domésticos o de granja, o después de haber ido al baño; asegurarse que los alimentos estén bien cocinados; beber únicamente leche pasteurizada o hervida; no tomar hielo a menos que esté hecho con agua potable y lavar minuciosamente las frutas y verduras. (DIB) ACR