Alberto Fernández endureció su estrategia contra BlackRock La negociación por la deuda cayó en un pantano legal
24 junio, 2020
BlackRock es un criatura sagrada en Wall Street y una bestia negra en Olivos. Maneja billones de dólares alrededor del planeta, su CEO Larry Fink es amigo de Donald Trump, sueña con ser secretario del Tesoro con Joe Biden, y su peso en la reestructuración de la deuda externa argentina es tan preponderante que han tratado de seducirlo desde el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al exinterventor de YPF, Miguel Galuccio. No hubo caso: BlackRock y Fink se mantienen infranqueables y la negociación -de nuevo- entró en un impasse que puede mutar a default.Martín Guzmán -cuestionado por los acreedores privados y apoyado por Alberto Fernández- negocia con tres grupos distintos de bonistas que invirtieron 66.000 millones de dólares en la Argentina. Estos fondos de inversión tienen títulos de distinta naturaleza jurídica, y sus pretensiones son diferentes en lo táctico y coincidentes en lo estratégico.
Todos desean una quita menor a la presentada por el ministro de Economía, y cada uno
de ellos piensa en sus bonos como una unidad de negocio que deben preservar por encima del interés del conjunto. En este contexto, los acreedores privados en conjunto quieren que la oferta argentina establezca un bono por 53 a 55 dólares de Valor Presente Neto (NPV), mientras que Guzmán se plantó hace unos días en 49.90 dólares de NPV.
Al margen de las constantes exigencias para obtener una valuación de 53 a 55 dólares, los fondos de inversión tratan de preservar los derechos contenidos en sus contratos –”indentures”– y exigen que esos derechos adquiridos sean reconocidos en las disposiciones legales de los futuros bonos que se usarán para el canje que negoció Guzmán con las estrictas órdenes presidenciales.
(Fuente : Ambito Financiero)