Perspectiva¿Hasta cuándo seguirá la pandemia por coronavirus?
24 julio, 2021
¿Volveremos a abrazarnos? ¿Y a salir a la calle sin barbijos? ¿Tendremos que vacunarnos todos los años?, son algunas de las preguntas cotidianas. Aunque no tienen una respuesta precisa, especialistas dieron su visión al respecto.
¿Volveremos a abrazarnos? ¿Y a salir a la calle sin barbijos? ¿Tendremos que vacunarnos todos los años?, son algunas de las preguntas presentes en conversaciones cotidianas y aunque no tienen una respuesta precisa, diferentes especialistas dialogaron con Télam sobre una inquietud que podría resumir a todas: ¿Cuándo se termina la pandemia?
Tras alertar que «cualquier proyección de más de dos semanas es imposible porque no se puede extrapolar al futuro lo que sucede en el presente», el virólogo e integrante del Proyecto Argentino Interinstitucional de genómica de SARS-CoV-2 (PAIS) Humberto Debat sostuvo que «el futuro de la pandemia es un equilibrio complejo en tensión en el cual hay cuatro aspectos centrales que pueden modular lo que suceda».
«El primero de ellos es la evolución viral. Siempre está la posibilidad de la emergencia de una variante que por su tasa de mutación llegue a lo que se denomina ‘deriva antigénica’, es decir, que no sea cubierta por las vacunas que fueron desarrolladas para el virus originario de Wuhan», explicó en diálogo con Télam.
En ese sentido, dijo que «en estos meses vimos una disminución de la eficacia de las vacunas frente a las nuevas variantes para los casos sintomáticos pero los niveles de protección para casos severos, internación y muerte se mantuvieron extremadamente altos».
El segundo aspecto mencionado por Debat es el proceso de vacunación que define como «asimétrico y heterogéneo» a nivel mundial.
«Tenemos a la mitad del planeta como un reservorio del virus donde se sigue replicando y donde puede evolucionar y cambiar; en África, por ejemplo, sólo el 2,3% de la población recibió la primera dosis», detalló.
En este contexto, el especialista señaló que «además hay un control desigual y bajo de los reservorios en animales, y ya sabemos que el virus puede ser transmitido de humanos a animales, evolucionar ahí y volver, como sucedió con los visones en los Países Bajos».
«El tercer punto es el comportamiento humano, porque la pandemia también esta modulada por el nivel de aceptación o no de las medidas que se toman como políticas sanitarias gubernamentales; este factor genera una grandísima incertidumbre sobre lo que puede pasar en el mediano plazo», precisó.
En cuarto y último lugar, el virólogo marcó «la estacionalidad» que «si bien sabemos que tiene algún impacto todavía no lo entendemos bien pero hay una relación entre la temperatura, la humedad y el comportamiento del virus».
«En principio sí sabemos que ante el frío las personas se reúnen adentro sin ventilación y eso favorece la propagación del virus. Entonces la estacionalidad, como cuarto aspecto, tiene que ver con lo que suceda cuando la población esté inmunizada en gran medida y quizás tengamos épocas del año con brotes estacionales con bajos niveles de letalidad», apuntó.
Debat concluyó que una de las hipótesis «es que el virus se va a convertir en endémico, como otros coronavirus que existen que son estacionales y que generan entre el 5 y el 10 por ciento de los resfríos anuales; entonces al disminuir la letalidad, pasa a ser un virus más que no nos cambia la vida».
Ernesto Resnik, biólogo molecular argentino residente en Estados Unidos, se mostró optimista respecto al futuro. «El virus no se termina pero la pandemia tal cual hoy la conocemos va a terminar y relativamente pronto, dependiendo por supuesto del lugar geográfico del mundo en el que estás», indicó.
«Lo que vemos hoy es que en países como el Reino Unido, por ejemplo, donde el porcentaje de la población vacunada es muy alto, la Covid-19 se está transformando en una gripe controlable, es decir, hay un desacople entre infecciones y muertes, que es lo que queríamos», añadió a Télam.
«En países como Reino Unido,la Covid-19 se está transformando en una gripe controlable, es decir, hay un desacople entre infecciones y muertes, que es lo que queríamos»
ERNESTO RESNIK
Resnik mencionó que «la letalidad del SARS-CoV-2, que hoy estimamos en el 2% de las personas infectadas, en el Reino Unido se está acercando al 0,1%, similar a los porcentajes de la gripe común; es decir que esa transformación de la pandemia en una enfermedad respiratoria endémica como la gripe está comenzando a ocurrir».
El biólogo sostuvo que «además de las vacunas se está avanzando en tratamientos antivirales y hay tanto trabajo en estas investigaciones que en algún momento vamos a tener medicamentos que permitan bajar la carga viral ni bien comienzan los síntomas, y después la inmunidad adquirida por las vacunas hará el resto».
Sin embargo, alertó que «este escenario se basa en la inmunidad que tenemos gracias a las vacunas; el problema que se presenta hacia adelante son las variantes y si el virus sigue circulando de manera brutal en algunas partes del mundo donde la mayoría de la población no fue vacunada se corre el riesgo de que se generen mutaciones de tal magnitud que las vacunas que tenemos hasta ahora no funcionen».
Frente a esta posibilidad lo que se piensa es que «será un proceso cíclico, y que cada tanto, quizás cada año, habrá que volver a vacunarse».
«La pandemia se termina cuando se convierte en una ‘gripecita'», señaló por su parte el físico e investigador del Conicet Jorge Aliaga, quien analiza datos y estudia la pandemia desde su inicio.
«Yo diría, aunque no soy virólogo ni bioquímico ni biólogo, que parece que la vacunación la va ‘acorralando’. La velocidad de aparición de nuevas variantes corre un poco el horizonte, pero no volvemos al principio. Porque las vacunas no van a cero, sólo bajan un poco la eficacia», afirmó.
En diálogo con Télam, analizó que «si vas vacunando en todo el mundo y al mismo tiempo adaptando las vacunas deberías ir cada vez a un escenario más normal. Hoy tenemos enorme movilidad, frío y los casos no explotaron. Eso era impensable sin vacuna».
Entre los cambios de hábito que la pandemia debería dejar como aprendizaje sería la utilización de barbijos no todo el tiempo pero sí en momentos de brotes de enfermedades respiratorias o simplemente cuando se está resfriado como sucede desde mucho antes de la pandemia en varios países orientales como Japón.
«Sería buenísimo que esto ocurra; también la cultura de que el que se siente mal no vaya a trabajar, y si tiene que moverse en transporte público que utilice barbijo», aseguró Resnik.
«Pero no veo que esto esté sucediendo, por lo menos en Estados Unidos esto no pasa. Más bien lo contrario, si entrás a un lugar con barbijo te miran mal. Esperemos que esto se revierta y para eso vamos a necesitar buenas campañas», concluyó.