NOTA DE OPINIONGOBERNABILIDAD Y DIVISIÓN DE PODERES. EL ENOJO DE KICILLOF
27 diciembre, 2019
El 27 de octubre pasado, en las elecciones generales llevadas a cabo en la Provincia de Buenos Aires, el entonces candidato Axel Kicillof del Frente de Todos, se impuso holgadamente con el 52 % de los votos, sobre la candidata de Juntos por el Cambio María Eugenia Vidal. Un triunfo aplastante, arrollador, sobre quien aparecía cómo la nueva estrella de la política argentina.
Esa gran elección realizada por el Frente de Todos, sirvió para que dicha fuerza política, con el peronismo cómo locomotora, volviera a retomar el gobierno provincial, pero no le alcanzó para tener el control de la Legislatura . Ello producto de, la muy buena elección legislativa efectuada por el entonces Cambiemos en el año 2017, que le permitía conservar un gran número de bancas, tanto en la Cámara de Senadores, cómo en la de Diputados.
Ya en el ejercicio del cargo, Axel Kicillof envió a la Legislatura su proyecto de Ley Impositiva, que le permitiría, según su criterio, llevar adelante el primer tramo de su gestión.
Tal vez por inexperiencia, tal vez por estar erróneamente asesorado, a poco de andar, se llevó por delante una pared enorme en la Legislatura que le impidió contar con la ley que le daba los recursos para administrar la provincia. Ante el primer golpe en la gestión, habló de una afrenta a la gobernabilidad. Entendemos que para nada lo ayudaron al Gobernador sus legisladores, fundamentalmente en la Cámara de Diputados.
En la Cámara de Senadores, Juntos por el Cambio ostenta una mayoría importante, que va a obligar a la Vice Gobernadora a extremar los recursos para que, con diálogo y consenso, le permitan votar las leyes que requiera el Poder Ejecutivo.
No ocurre lo mismo en la Cámara de Diputados donde, el Frente de Todos sólo supera a Juntos por el Cambio por unas pocas bancas que, obligaban a los diputados oficialistas, a ser lo suficientemente abiertos para lograr la gobernabilidad que ahora reclama el Gobernador Kicillof.
Casi caprichosamente, entendemos que con el visto bueno del Gobernador, sus legisladores avanzaron sobre la Vicepresidencia que reclamaba para su espacio Juntos por el Cambio, hoy oposición. Para ello, llevaron adelante la alquimia política de varias firmas para el control administrativo de la Cámara.
Todos controlan a todos, dejando al Presidente de la Cámara sin el poder de conducir la misma. Esa falta de conducción, no imputable al Presidente sino al sistema que aprobó el Gobernador y sus legisladores afines, es el que hizo que fracasara la sesión que requería Axel Kicillof.
No hay un ataque a la gobernabilidad, hay bastante impericia de sus legisladores que, de no modificar su actitud, le van a traer más dolores de cabeza que satisfacciones al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.