¿Hoy no tienes tiempo de cocinar?Esta nutricionista te explica qué debes saber para elegir los platos preparados más saludables que se venden en los supermercados

¿Hoy no tienes tiempo de cocinar?

Esta nutricionista te explica qué debes saber para elegir los platos preparados más saludables que se venden en los supermercados

26 febrero, 2025 Desactivado Por Germán Costanzo Castiglione

El consumo de platos preparados creció un 6,6% en los hogares españoles durante 2024, consolidando la tendencia ascendente de los últimos años. Patricia Martínez Cargo, nutricionista y profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, nos explica cómo distinguir las alternativas más recomendables.

El sentimiento de culpa nos machaca cuando tiramos de ellos, porque sabemos que no son la opción más saludable. Sin embargo, quien más, quien menos, recurre a los platos preparados como solución de urgencia cuando se nos echa el tiempo encima, no nos queda energía para ‘inventar’ (cada uno tiene su propia razón) o, simplemente, no tenemos ganas de cocinar. Es más, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Platos Preparados (ASEFAPRE), el consumo de platos preparados creció un 6,6% en los hogares españoles durante 2024.

«La vorágine del día a día hace que cada vez se consuman más platos preparados. Conscientes de esta realidad, los supermercados han aumentado su oferta de este tipo de alimentos. Platos caseros en diferentes ‘stands’ refrigerados, envasados y refrigerados con mayor tiempo de consumo, alimentos enlatados o congelados son algunas de las opciones con las que nos podemos encontrar. Sin embargo, no todas estas alternativas son recomendables desde el punto de vista nutricional«, arranca por contar Patricia Martínez Cargo, nutricionista y profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.

¿Cómo hacer una elección inteligente? ¿Qué platos deberíamos evitar sí o sí? «Para tomar una decisión acertada, es fundamental saber leer la etiqueta de los productos envasados conforme a lanormativa española 1169/2011, que regula la información alimentaria para los consumidores. Esta ley establece la obligación de indicar de manera clara y precisa los ingredientes, la cantidad de nutrientes y los valores de referencia, una información que nos permite comparar productos y elegir la mejor opción», explica Martínez Cargo.

Según esta especialista, al analizar un producto envasado, debemos fijarnos en los siguientes aspectos:

1. Lista de ingredientes corta y comprensible: cuanto más sencilla sea la lista y más reconocibles sean los ingredientes, mejor.

2. Menos sal y grasas saturadas: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), no debemos superar los 5 gramos de sal diarios. Un plato preparado saludable no debería contener más de 1 gramo de sal por cada 100 gramos de producto.

3. Aporte adecuado de proteínas y fibra: un buen plato debe incluir proteínas de calidad y, al menos, 3 gramos de fibra por ración para garantizar la saciedad y mejorarla salud digestiva.

4. Evitar azúcares añadidos y grasas trans: algunos platos industriales contienen azúcares innecesarios que afectan la salud metabólica. También debemos evitar los aceites parcialmente hidrogenados, que pueden aumentar el riesgo cardiovascular.

5. Modo de preparación: es preferible elegir platos cocinados al horno, al vapor o asados, en lugar de fritos o rebozados.

Antes de analizar algunos ejemplos concretos muy del día a día, Patricia Martínez Cargo nos advierte de que «algunos platos preparados deberían consumirse con moderación o evitarse debido a su bajo valor nutricional, alto contenido en sal, grasas poco saludables y aditivos innecesarios. Aunque su disponibilidad en supermercados los hace atractivos, es importante conocer sus implicaciones para la salud y aprender a identificar versiones más saludables».

Dicho esto, vamos ‘al grano’:

1. Pizzas industriales (refrigeradas o congeladas). «Las pizzas listas para hornear suelen estar elaboradas con harinas refinadas de baja calidad nutricional, aceites vegetales refinados y grandes cantidades de sal y grasas saturadas. Además, los embutidos que incluyen muchas de estas pizzas, como pepperoni o beicon, incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y obesidad. Si optamos por masas integrales o ingredientes con más verduras y menos embutidos puede ser una buena opción para una comida ocasional».

2. Lasañas congeladas: «Las lasañas industriales suelen contener bechamel con aceites refinados, carnes procesadas con aditivos, quesos ultra procesados con grasas añadidas y una cantidad de sal que puede alcanzar el 40-50% del consumo recomendado diario en una sola ración. En este caso, recomendaríamos leer la etiqueta y buscar un producto sin aceites vegetales».

3. Purés industriales y cremas preparadas: «Aunque parecen opciones saludables, muchos purés y cremas industriales contienen almidones añadidos, potenciadores de sabor y grasas de mala calidad, lo que reduce su aporte nutricional y aumenta su densidad calórica sin aportar beneficios reales. Es mucho mejor coger las verduras de casa que estén a punto de pasarse y preparar una crema».

4. Fabada en conserva: «Las legumbres son una opción saludable, pero, en las fabadas industriales, el problema radica en los embutidos que incluyen, como chorizo y morcilla, que aportan grasas saturadas y sodio en exceso. ¿Mi consejo? Elegir legumbres en conserva al natural (garbanzos, lentejas, alubias) y combinarlas con verduras o proteínas más saludables».

En todo este ‘universo plato preparado’, esta nutricionista sostiene que «existen alternativas equilibradas que pueden facilitar la alimentación diaria sin comprometer la calidad nutricional. Productos como legumbres en bote al natural, verduras congeladas, pisto en conserva, tortillas sin aditivos, cremas de verduras frescas y pescado enlatado en aceite de oliva pueden ser aliados en la cocina, siempre que se elijan con criterio». La clave, vuelve a subrayar, radica «en leer bien las etiquetas, evitando ingredientes innecesarios, como azúcares añadidos, grasas de mala calidad y exceso de sal, y combinarlos con alimentos frescos para lograr platos equilibrados y nutritivos».