Sofía Rei: «En ‘Umbral’ quería explorar hasta el límite la idea de la mujer orquesta»
20 diciembre, 2021
La cantante y compositora argentina, que vive en Nueva York hace dos décadas acaba de presentar su nuevo registro que le llevó seis años de trabajo y en el que transmite su estilo en siete temas en los que convergen lo experimental, lo electrónico y el sentimiento latinoamericano.
La talentosa cantante y compositora argentina Sofía Rei, radicada en Nueva York desde hace 20 años, lanzó su nuevo disco, «Umbral», donde profundiza su inagotable búsqueda, expandiendo su voz en siete canciones que combinan lo experimental, lo electrónico y el pulso de la música latinoamericana
Se trata del sexto álbum de la intérprete -elogiado por la prensa especializada de Estados Unidos- que le llevó seis años de trabajo y en el que vuelca, despojada, su arsenal de recursos vocales, su creatividad y sus emociones.
Sofía Rei «La otra»
«‘Umbral´ representa un nuevo desafío en mi recorrido, una nueva exploración en términos de sonido, del encuentro entre la música de raíz y la electrónica, del encuentro de diferentes voces y experiencias mías y su condensación, en un disco que me identifica y representa quien yo soy en este momento», indicó Sofía Rei en charla con Télam.
Ecléctica y audaz, la artista que tocó con figuras como el compositor John Zorn (productor de sus cinco discos anteriores) invita a un viaje sonoro sorprendente en el que canta, profunda y potente, canciones atravesadas por el humor, el desamor, historias y reflexión. «Cuando empecé a trabajar en este disco, mi idea era explorar con dos equipos que ya venía usando (un procesador de efectos y un looper) la posibilidad de ser completamente autosuficiente y crear composiciones que pudiera tocar en vivo yo sola; quería explorar hasta el límite la idea de la mujer orquesta», apuntó.
Y agregó: «Quería subirme a un escenario y grabar las canciones en vivo, recrearlas, improvisar, mezclar y usar efectos por encima de mi creación espontánea, ser cantante, compositora, performer, improvisadora, DJ. Empoderamiento total».
Egresada como cantante lírica en el Conservatorio Nacional López Buchardo, luego indagó en el universo del jazz y la música contemporánea. En Nueva York, actualmente es docente en el Clive Davies Institute.
«La distancia y el contacto con otros me permitió un cambio de perspectiva que fue muy enriquecedor para mí y para mi trabajo creativo. Al mismo tiempo, me ha costado y me cuesta estar lejos por mucho tiempo.»Sofía Rei
Lleva editados «Ojalá» (2005),«Sube azul» (2009),«De tierra y oro» (2012), «El Gavilán» (2017, homenaje a Violeta Parra) y «Kéter» (2018, junto a JC Maillard). y además realizó innumerables colaboraciones.
Télam: ¿Cómo viviste la experiencia de trabajar con loops?
Sofía Rei: Por un lado me confinó a estructuras más simples. Pero al mismo tiempo me permitió traducir mis ideas musicales de una forma muy directa. Por más que toco charango, piano y un poco de percusión, mi instrumento es la voz, y es con lo que me siento más cómoda y más capaz. Poder construir canciones utilizando capas de voces me permitió hacer una traducción muy directa de mis ideas musicales.
Hice algunos shows sola en New York, en Bélgica, en Perú. Me dio mucha satisfacción personal poder sobrevivirlos, pero me hizo mucha falta la interacción con otros músicos.
T: ¿Cómo seguiste a partir de ahí?
SR: El formato fue cambiando. pero un buen día, mi amigo, colega, colaborador musical de muchos años JC Maillard, me propuso producir el disco y llevarlo aún más a un plano electrónico. Nos animamos y empezamos a trabajar tema por tema. Su aporte fue fundamental en el resultado del disco. JC cuenta con una imaginación súper frondosa y un conocimiento musical muy extenso desde el jazz, la música del norte de África, el flamenco, música de medio oriente, música clásica contemporánea, pop, electrónica. Creo que compartimos la curiosidad por cosas desconocidas, el no encasillamiento en ningún género y la exploración constante.
T: ¿Cómo fueron surgiendo los temas en el que conviven lo ancestral y lo moderno, y diferentes géneros? ¿Cómo fue ese trabajo para generar una armonía entre tantos colores y contrastes?
SR: Creo que lo ancestral y lo moderno siempre estuvieron presentes en mi música. El respeto y el amor por las tradiciones folclóricas y al mismo tiempo la inspiración en la música clásica, la exploración y experimentación constante y el intento de presentar mi música de la forma más auténtica posible sin esclavizarme dentro de jaulas de géneros..
T: ¿Todas las emociones y sonidos que se escuchan en «Umbral» se desprenden de un viaje que hiciste a El Valle de Elqui, Chile?
SR: Varias de las canciones tuvieron su puntapié creativo en el Valle del Elqui. Pero ya había empezado usando la tecnología que me permitió desarrollar las canciones de este disco desde mucho antes. Quise irme a Chile, en particular al Valle del Elqui, para desconectarme de New York, de la intensidad, del cansancio de muchos viajes. Quise estar sola en un lugar para descansar y componer. Cuando llegué a ese lugar, me enteré que Gabriela Mistral era de ahí, de Vicuña, y me dio mucha curiosidad leerla en su propio contexto. De ahí surgió la canción «La Otra», basada en su poema del mismo nombre donde ella describe ese mismo paisaje que tenía enfrente mío: los cactus, la montaña, las águilas, el sol radiante. Y una mujer que intenta liberarse de sus propias trabas, de su pasado, de las imposiciones para resurgir y renacer. Otras canciones eran parte de un ciclo de poesías mías que se llamaban «Cinco poemas cínicos».
T: El humor está muy presente en el disco.
SR: Estaba un poco frustrada con las letras de siempre, de amor edulcorado y poca profundidad. La vida es mucho más compleja que eso. Y estaba un poco enojada con el mundo también. Así que el humor empezó a filtrarse en las canciones y quedó plasmado en «Helvética 12», «La quinta pata» y «Negro sobre blanco»
T: ¿Cómo llevás el hecho de vivir tan lejos desde hace años?
SR: Vivir fuera de Argentina ha sido difícil en términos de afectos. Toda mi familia vive en Buenos Aires y yo soy la única alienígena tan lejos. Pero la experiencia de haber vivido todos estos años fuera ha sido de crecimiento, de expansión, de aprendizaje a nivel artístico y humano. La distancia y el contacto con otros me permitió un cambio de perspectiva que fue muy enriquecedor para mí y para mi trabajo creativo. Al mismo tiempo, me ha costado y me cuesta estar lejos por mucho tiempo. Claramente Argentina es mi casa con mayúscula. Emigrar implica abrir tu mente, aprender otros códigos que no son con los que te criaste, implica entender que nada es perfecto en ningún lado. Una de las cosas que más me haría feliz sería poder llevar este proyecto de gira por Argentina. Estamos trabajando en eso.
FUENTE: TELAM