Una huelga sin precedentes en la industria del cine se da ni más ni menos que en Hollywood, Estados Unidos. La inédita medida de fuerza se inició el pasado 13 de julio, y se mantiene en la actualidad. Desde el lejano 1980 no había una protesta tan concreta y contundente. La unidad entre actores, actrices y guionistas exigiendo derechos laborales y aumentos salariales impacta en una de las industrias más importantes de Estados Unidos.

La medida de fuerza fue votada por más de ciento cincuenta mil actores y actrices de Hollywood. El reclamo es apuntado a las grandes corporaciones del cine, en busca de mejores ingresos y condiciones laborales por parte de los actores y también de los guionistas.

Entre otros famosos actores y actrices, se encuentran de paro –y por ende dejaron de filmar y rodar escenas de las películas en las que se encuentran trabajando- Ben Stiller, Charlize Tezon y Meryl Streep.

Pero además, a la medida de fuerza que se mantiene en Hollywood se agrega la protesta de los últimos días de cientos de actores, incluidas estrellas como Steve Buscemi, Bryan Cranston y Jessica Chastain, que se congregaron en Nueva York, encabezando una disputa también por mejores salarios, con los grandes estudios de cine y televisión.

Como se indicó, las medidas de fuerza se iniciaron a mediados de mes; el sector que agrupa a los actores y actrices se declaró en huelga tras el fracaso de las negociaciones para alcanzar un nuevo acuerdo con la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) que agrupa a los estudios, uniéndose así a los guionistas que llevan en huelga desde mayo.

El 13 de julio, los líderes de Fundación SAG-AFTRA enviaron una carta dirigida a 2.700 de los actores con mayores ingresos del sindicato en donde explicaban las necesidades económicas por las que atravesarían algunos de sus compañeros durante la huelga.

Esto ha paralizado la producción, rodaje y promoción de proyectos audiovisuales. La medida se señala que afecta a salas de cine y canales de televisión extranjeros, pero también a todos los sectores de apoyo, de la misma manera que empresas de catering, construcción, renta de vestuario, limpieza, logística, transporte, y demás.

Los actores exigen regulación de la inteligencia artificial (IA), remuneraciones más altas en las compensaciones que reciben los artistas cada vez que un servicio de “streaming” vende los derechos de una producción a un nuevo mercado, así como aumentos en los salarios mínimos.

El sector “patronal” argumenta la imposibilidad de dar curso a los pedidos, indicando que el sector aun no logró recuperarse de los efectos nocivos que dejó la pandemia.

Según estimaciones de los empresarios, la medida de fuerza podría generar una pérdida de más de cuatro mil millones de dólares.