Nota de opiniónEl piloto de Perón en Junio de 1973

Nota de opinión

El piloto de Perón en Junio de 1973

20 junio, 2020 Desactivado Por Emilio Augusto Raffo

El mes de junio ha sido un mes particularmente nefasto para la vida y la historia de los argentinos.

En efecto, hace muy poco recordábamos los hechos dramáticos que originaran los bombardeos del 16 de junio de 1955, en los cuales, un grupo de salvajes e intolerantes a bordo de aviones de nuestra Aeronáutica y Marina de Guerra, con la supuesta intención de asesinar al entonces Presidente Perón, tiraron innumerables bombas sobre Plaza Mayo, originando uno de las matanzas más crueles y salvajes de muchos civiles que, pacíficamente caminaban por la misma, un día hábil y en horas del mediodía, con lo cual quedaba en evidencia que nada les importaba sobe la vida de las víctimas inocentes que caerían en aquella jornada.

¡Triste Bautismo de fuego para nuestra aviación.!

Un año después, el 14 de junio de 1956, por orden de la autodenominada Revolución Libertadora (que había derrocado al Gobierno Constitucional en setiembre de 1955), procedía a fusilar a ciudadanos argentinos y luego asesinar, entre otros, al General Juan José Valle, uno de los militares más insignes y patriotas de nuestro Ejército.

La carta a su asesino, Pedro Aramburu, es una demostración palmaria de su entrega y lealtad, pero también la forma más acabada de poner en evidencia la criminalidad de los responsables de su muerte, y el desprecio por la nacionalidad; hechos que – sus autores – adujeron siempre realizar en aras de la libertad, la civilidad, respeto a los derechos humanos,etc.

También en un mes de junio, el 28 de 1966, los mismos de siempre derrocaron otro gobierno constitucional, el de Arturo Humberto Illia.

En este 20 de junio recordamos, no sólo el regreso definitivo a la Patria del General Perón en 1973, sino también los hechos trágicos de aquella jornada en las cercanías de Ezeiza.

El mes de junio, ( el “mes “seis”) muy cercano a un designio mefistofélico según la idea de algunos conocedores del tema. La historia y los medios describirán en estas horas lo sucedido en aquella jornada, no es el motivo de estas líneas.

Digamos si que el avión que trasladaba desde Madrid al General Perón, al entonces Presidente Héctor J. Cámpora y a una nutrida comitiva se disponía a aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en cuyas cercanías una manifestación multitudinaria aguardaba su arribo en lo que se esperaba fuese una histórica fiesta popular.

Apuntemos también por rigor histórico, que ese reencuentro fue también impedido por obra de la Revolución Argentina aquel recordado 17 de noviembre de 1972 en virtud del accionar de Lanusse y Mor Roig (Ex Presidente de Diputados durante el gobierno radical de 1963), como también lo fuera el frustrado regreso en el año 1964 por obra del entonces Canciller Zabala Ortiz de la Unión Cívica Radical del Pueblo

El piloto del avión que conducía a Perón en 1973 era el Comandante Conan Doyle, quién fue unos de los primeros en pilotear los afamados “Aviones Pulqui” de industria nacional, en presencia de Perón en la década de 1950, de quién recibiera su sable de Alférez años antes.

Digamos también, como lo relata Luis Longhi en su “ Yo Conocí a Perón” ( Ediciones LEA 2014), Doyle se encontraba en condiciones de despegar en un Pulqui en junio de 1955 e interceptar a aquellos asesinos de Plaza Mayo, pero las condiciones del tiempo le impidieron despegar desde Córdoba. Pagó muy caro ese intento.

Lo cierto es que en aquella jornada de junio de 1973, y ante lo trágico de la situación que se producía en las cercanías del Aeropuerto Pistarini, el Presidente en Ejercicio, Vicente Solano Lima se comunica con el Dr Cámpora y lo impone de los hechos.

Dejemos relatar los sucesos al protagonista, el piloto de Perón, Conan Doyle, ante la comunicación de Solano Lima ¡se están matando no puede aterrizar en Ezeiza ¡

Dice Doyle: “ En un avión…no existe presidentes ni reyes, el responsable total y absoluto es el comandante y su plan de vuelo. Aquel plan de vuelo era terminante, ante cualquier contratiempo que surgiera en el Aeropuerto de Ezeiza, el segundo destino previsto era Morón. Cámpora me miró desesperado, abriendo los brazos, rogando por mi oportuna decisión. En ese preciso momento, se produjo otro acontecimiento inesperado. Por la radio se cruzó una frecuencia y se escuchó claramente: “ Aguila 1 Aguila 1”, ¿sabe lo que significa? “Aguila”, “Cuervo”, “ Zorro” son los seudónimos que se dan los aviones de caza. Comprenda que nuestra información sobre los acontecimientos en tierra era limitada, Esos aviones de caza podían ser tanto de protección como una amenaza. No hubiera sido la primera vez en la historia de nuestro país que algún panqueque perteneciente a las Fuerzas Armadas cambiara de bando a mitad de camino. Ninguno de los que estábamos en aquella cabina de mando éramos nenes de pecho. El Gobierno de Cámpora llevaba apenas unas semanas de desarrollo. La ideología de las Fuerzas Armadas no se había desmantelado en tan poco tiempo. Conocíamos el odio visceral hacia Perón. Entonces tomé conciencia no solamente de nuestro peligro de muerte sino además de que, quién fuera que hubiera enviado a los aviones de caza, escuchaba todas nuestras conversaciones con la torre de Control de Ezeiza. En ese momento tomé una decisión y mentí por radio nuevo destino: “ Nos dirigimos al Aeropuerto de La Plata”. Y acto seguido rumbeé directo al Aeropuerto de Morón, adonde deposité, sano y salvo, al primer Justicialista de esta tierra, el Teniente General Juan Domingo Perón…( en Yo Conocí a Perón, de Luis Longhi, pág 181).

Fue una jornada realmente cargada de dramatismo e intolerancia por parte de algunos, como lo fueron las otras brevemente reseñadas en estas líneas.

Es lo cierto que los sectores que resultaron víctimas de estos hechos soportaron estoicos la barbarie a lo largo de nuestra historia.

Por el contrario aquellos golpistas han permanecido acechando a la sociedad y, lamentablemente, hasta hace muy poco asociados a sectores que otrora bregaran por la legalidad.

EMILIO AUGUSTO RAFFO
Ciudadano