Nota de opiniónEl golpe del 6 de setiembre de 1930 y la grieta actual.

Nota de opinión

El golpe del 6 de setiembre de 1930 y la grieta actual.

6 septiembre, 2023 Desactivado Por Emilio Augusto Raffo

El 6 de setiembre 1930 se produjo el derrocamiento del Gobierno Constitucional de Hipólito Yrigoyen dando comienzo a una continuidad de interrupciones institucionales,   en los cuales la UCR fue nuevamente actora casi hasta nuestros días.

Se invocó para ello, supuestos actos de corrupción, falta de acción, etc. Etc.(estos y otros argumentos fueron utilizados una y otra vez para dar cabida a los golpes de estado).

 

Como corolario de ello se produjeron distanciamiento en los sectores de nuestra sociedad, así como en el pasado, unitarios y federales, personalistas y anti personalistas, este accionar produjo lo que hoy se denomina “la grieta”, radicales y conservadores, peronistas y antiperonistas, divisiones que ni siquiera fue posible evitar hasta en los propios sectores reaccionarios, basta recordar azules y colorados.

 

Y de esta maquiavélica división, algunas veces mediática y muy bien orquestada, es difícil poder abstraerse (yo el primero).

En estos días, en donde la tormentosa crisis económica y política que se cierne sobre nuestra República nos tiene en vilo quise detenerme un instante y ver el accionar de los seguidores del viejo caudillo derrocado puesto de manifiesto, esencialmente, desde la Convención de Gualeguaychu hasta el presente.

 

Recuerdo no obstante, aquellos principios dogmáticos del radicalismo, como por ejemplo los de la individualidad partidaria en los que se escudaron para no tolerar el acercamiento de los entonces líderes nacionales.

Si bien, por circunstancias que no es el caso destacar, no he participado en política, mantengo una entrañable amistad con militantes y dirigentes del radicalismo, como de otros sectores ideológicos de nuestro país.

 

Sin ánimo de coadyuvar a la profundización de las divisiones existentes debo resaltar que, como siempre, he respetado todas las ideas, y en el caso, los principios revolucionarios y progresistas y, por que no “populistas” (termino hoy injustamente denostado precisamente por los sectores reaccionarios que alteraran el orden establecido) que enarbolara históricamente la UNION CIVICA RADICAL, resaltando el accionar de pro hombres como Leandro N Alem, Hipólito Yrigoyen , Amadeo Sabattini, Moisés Lebhenson , Crisologo Larralde, y más recientemente Ricardo Balbín, Raúl Alfonsín, por nombrar algunos de los más destacados, pero no alcanzo a entender – por más que no me canso de preguntar – cuál es la razón que por mera conducta partidaria, se estén arriando banderas y principios otrora irrenunciables del partido derrocado en 1930, y luego en 1958 y 1966 y del golpe financiero (luego denominados fondos buitres) de 1989 dejando de lado aquel famoso apotegma “que se quiebre pero que no se doble”.

 

Basta recordar a un reconocido dirigente de la UCR que renuncio a su cargo de Ministro por no tolerar la política económica que se iniciaba en el Gobierno de la Alianza de De la Rúa y hasta hace

 

poco aplaudía el fin del populismo y las políticas neoliberales que ayer denostaba. Pareciera que hoy vuelve sobre sus pasos al anunciar públicamente su parece e indicar que “Massa parece dar más garantías que Milei ”

 

En realidad, cuando se critica a los radicales que evidencian una gran ceguera, fanatismo o sumisión, no debe incluirse a los muchos que aún mantienen sus principios enhiestos y a aquellos prohombres antes recordados, sino a los que en el presente parecen más cercanos a quienes derrocaran al viejo e infatigable luchador y que propiciaran los distintos golpes de estado, con los que en definitiva mantienen una alianza desde hace más de 8 años, y parecieran querer mantener aunque sean un furgón de cola

 

Incluso en estos días, nos sorprendemos que en espacios destinados al sostenimiento de nuestro sistema Republicano se agite el tambor del terrorismo de Estado, como una muestra más, lamentable por cierto, del intento de socavar y romper el Pacto Democrático que las fuerzas políticas llevaron adelante y que sostuvieron férreamente y codo con codo en aquellos aciagos momentos e Semana Santa de 1987, reeditado luego en Monte Caseros y Villa Martelli. El silencio guardado por muchos de ellos ante el intento de asesinato de la Vicepresidenta de la Nación y la pasividad judicial en los procesos en los cuales irrenunciablemente se debería investigar, son muestra de ese distracto.

 

Pese a ello, desde algunos sectores de la sociedad se clama por una verdadera unidad y sostenimiento de la democracia.

 

Es de esperar que algunos escuchen ese llamado

 

A 93 años del golpe de 1930 vaya el llamado a la unidad, respeto y a la lucha de los principios rectores de la defensa de nuestra soberanía y justicia social

 

 

EMILIO AUGUSTO RAFFO, CIUDADANO