Se espera que en las próximas horas se realice el anuncio, una vez que quede definido el valor del bono, que se pagaría en abril y abarcaría a 5 millones de jubilados y pensionados sobre los 8,4 millones de todo el sistema.
En el Gobierno hubo un importante debate porque en el informe del Staff del FMI, emitido el pasado viernes 25, explícitamente luego de señalar que el Gobierno seguirá aplicando la fórmula de movilidad agregan que “deben evitarse las subas discrecionales de las jubilaciones y pensiones ya que pueden socavar las metas fiscales y la sostenibilidad del sistema”.
Las subas “discrecionales” son los bonos que el Gobierno estuvo otorgando en 2020 y 2021 por fuera de los aumentos trimestrales para compensar a un sector de los jubilados y pensionados por la mayor inflación. El último bono se pagó en diciembre y fue de $ 8.000.
Sin embargo, la disparada de la inflación alteró la realidad de los jubilados y pensionados y los pronósticos del Gobierno.
A mediados de febrero, al difundirse el porcentaje de la primera movilidad del año para el período marzo-abril-mayo, el Presidente Alberto Fernández aseguró: “Anunciamos el primer aumento de la movilidad jubilatoria de 2022. Es de un 12,28% en jubilaciones, pensiones y asignaciones y alcanza a más de 16 millones de argentinas y argentinos. Todas las jubiladas y jubilados empezarán el año ganándole a la inflación”.
La realidad es que fue un pronóstico apresurado porque en tan solo 2 meses la canasta de alimentos básicos de Capital y GBA aumentó el 13,5% y podría rondar el 18/20% en el trimestre si se le agrega lo que se espera para marzo. Son entre 6 y 8 puntos por encima de la suba trimestral de las jubilaciones y demás beneficios.
El valor de esa canasta básica alimentaria es relevante para los que ganan la jubilación mínima de $ 32.630 o menos (PUAM de $ 26.104 o Pensiones no contributivas de $ 22.841) y para los que cobran la AUH quienes destinan una proporción mayor de sus bajos ingresos a la compra de los alimentos.
Para los porteños, la suba de los alimentos básicos fue superior: 17,3% entre enero y febrero, de acuerdo a la Dirección de Estadística y Censos de CABA. Con el dato de marzo superará holgadamente el 22%: 10 puntos o más por encima del aumento previsional del trimestre.
Por su lado, en 2 meses la canasta de pobreza subió el 10,1% y la inflación promedio el 8,8%. Con lo que se espera para marzo, la canasta de pobreza superaría el 15% y la inflación promedio podría ubicarse en torno del 14/15%, en ambos casos por encima del 12,28% de aumento jubilatorio.
Así, el ritmo de aumento de los precios distorsiona y retrasa los aumentos trimestrales previsionales que intra-trimestres terminan perdiendo frente a una inflación que, además, lejos de retroceder viene en ascenso, superando las marcas anteriores.
A la pérdida del poder de compra de estos meses, se agrega que de no cobrar un bono compensatorio jubilados y beneficiarios de haberes bajos y prestaciones sociales deberían esperar hasta junio para empezar a cobrar el siguiente aumento, con los haberes más deteriorados por la suba de los precios de abril y mayo.
La fórmula trimestral de movilidad combina la suba de los salarios y de la recaudación, sin garantía si la inflación resulta superior. En 2020 y 2021 hubo bonos para las jubilaciones más bajas que no se integraron a los haberes, en tanto los de haberes medios y más altos no tuvieron ninguna compensación.
Luego de la fuerte caída del poder adquisitivo previsional entre septiembre de 2017 y diciembre 2019 del 19,5%, con los aumentos diferenciados por decreto de 2020 ( de entre el 24,3 y 35,3%) hubo una caída adicional para los haberes medios y más altos de hasta el 8,9%.
Tanto en 2020 como en 2021, por el retraso frente a la inflación, el Gobierno otorgó bonos sólo a las jubilaciones y pensiones más bajas, que no se integraron a los haberes, mientras el resto sigue cargando el deterioro pleno que arrancó en septiembre de 2017. (DIB) AL