La decisión todavía no está tomada. Pero el Gobierno define la implementación de un bono extraordinario para los trabajadores del sector privado, estatales y jubilados ante la necesidad de dar una señal frente a los índices de inflación.

Si bien los montos son un secreto aun inexpugnable, fuentes oficiales comentaban el lunes que mientras que el Presidente Alberto Fernández departía con la mesa chica de la CGT, el sector más afín a su gestión, en el sindicato de Sanidad, un grupo de ministros permaneció en Olivos evaluando el temario del Consejo Económico y Social, incluida la alternativa del bono «por única vez».

Uno de los ejes más complicados para definir el adicional se precisaría en cómo anticiparse a la reticencia empresaria, que se basa en sus presupuestos salariales para el corriente y sumaría con el bono una erogación más.

Más allá de que fuentes de Azopardo insistieron ante la consulta de BAE Negocios que en la charla con el Jefe de Estado «no se habló de medida alguna», en la misma órbita cegetista otros voceros deslizaron que «no sería descabellado y además políticamente correcto» otorgar dicha suma extraordinaria.

En las CTA algunos referentes vislumbran, desde su alineamiento crítico al oficialismo, que «no hay demasiadas alternativas que establecer un refuerzo a lo que se podrá negociar en paritarias. Son muchísimos los factores que restan y un bono sería una de las pocas herramientas que sumarían algo».

Otros dirigentes en el cerrado hermetismo de estas horas y habiendo asistido al Consejo Económico y Social no fueron optimistas. «Desanima la abstracción y generalidades en medio de una realidad social tan cruenta. Sería bueno que nos sorprendan con un anuncio concreto en favor de la gente», señalaron.

Los memoriosos, pandemia mediante, recuerdan el aumento que por vía del decreto definió Alberto Fernández a fines de 2019 cuando desarrollaba sus primeras jornadas en la presidencia. Antes del impacto del coronavirus, el Gobierno había otorgado $4.000.

La intención de la Casa Rosada, frente a los registros económicos y situación social que le dejó la gestión Cambiemos fue de alguna manera «dinamizar la economía». A casi tres años de aquella decisión los factores externos como también la disparada de los productos alimenticios vuelven a ofrecer un escenario de alto voltaje para sueldos y jubilaciones arrasados por la inflación.

Frente a ese estado de situación resume preocupaciones oficiales que el porcentaje del incremento sostenido de precios se vislumbre para marzo en el 6%. Llovido sobre mojado luego del 4,7% de febrero que obligó a incrementar la pauta salarial estimada del 40% al 45% en pocas jornadas.

Esos 45 puntos quedaron como precedente tanto en algunas paritarias firmadas, como la de los metalúrgicos y ladrilleros, como también en el monto fijado para aumentar el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM).

Sin perjuicio de los gremios, que como publicó este diario se aprestan a negociar sus paritarias en el menor tramo posible e incluso mediante sumas fijas buscando resguardo en la inflación.

Por Luis Autalán
Diario BAE Negocios