El debate de los candidatos a presidente, arrojó un claro ganador, y fue Sergio Tomás Massa. Para nadie de quienes vieron por TV o en el lugar de los hechos el último debate previo a la segunda vuelta presidencial, hay dudas sobre esa primera conclusión. Las divergencias pueden surgir en torno a cuánta ventaja sacó el referente de Unión por la Patria por sobre el aspirante de La Libertad Avanza. Si fuera boxeo, se diría que la victoria fue por unanimidad de las tarjetas, pero habría diferencias en los puntos de distancia que darían los jurados.

Sobre todo con una contundencia ostensible en la primera parte del debate, que estuvo dedicada a la economía, Massa se mostró ante los millones de argentinos que le dieron niveles de rating inusuales a un debate político (lo que confirma la importancia del mismo y el interés que despertó en el electorado) como lo que buscó siempre en toda la campaña: el dirigente con conocimiento del manejo del Estado, con capacidad de diálogo y de gestión, más la templanza y el control emocional necesarios para ser un presidente. Milei, por el contrario, se mostró dubitativo para poder hilvanar sus oraciones, desaprovechó numerosos flancos que el ministro de Economía tiene, y cedió en más de un pasaje del debate.

Los momentos más graves del libertario fueron cuando debió reconocer que no conoce algo básico como el sistema administrativo del Estado; cuando tuvo que ceder la palabra en un tema tan sensible como la seguridad, demostrando tener pocas cosas para proponer al respecto; cuando confundió fuerzas de seguridad con fuerzas armadas; cuando insistió ingenuamente que el comercio exterior podía ser ejecutado entre privados sin participación del Estado llegando incluso a proponer en su desconocimiento que podía “triangularse” ventas; cuando se enredó en su defensa de la figura de Margaret Thatcher, con todo lo que esto significa para el sentir nacional en el marco de la causa Malvinas (en este punto, Massa no dudó en calificar a la fallecida primera ministra inglesa como un enemigo permanente de la Patria); y cuando no tuvo más remedio que pedir disculpas públicas al Papa Francisco, algo que le fue exigido por Massa.

QUE DIJO MILEI LUEGO DEL DEBATE

En la mañana de este lunes, Javier Milei dio una entrevista a Eduardo Feinmann. En ella, reconoció que no pudo dormir en toda la noche, producto de la adrenalina que le generó el debate. El libertario contradijo al periodista y dijo que se sintió cómodo en el debate, cosa que no se notó en ningún pasaje del mismo. Señaló como algo positivo que Massa buscó “sacarlo” y “ponerlo nervioso” pero afirmó “no lo logró en ningún momento”.

Insólitamente, el dirigente de La Libertad Avanza denunció una táctica que anoche afirmó emplearon tanto Massa como la gente que lo acompañó, en especial cuando le tocó dar su mensaje final: “Cuando yo estoy haciendo el cierre están todos tosiendo. Hubo un cambio de último momento y pusieron de mi lado a la gente de él. Entonces, cuando yo hablaba, todos tosían para perturbarme. Y tampoco lo lograron”.

Milei criticó con dureza a los organizadores del debate: “Las autoridades jugaron todas para Massa, todo lo que tiene que ver con la metodología fueron cambios a favor de Massa y en contra de mi persona. Incluso a nosotros nos pusieron un cupo de invitados inferior al que les dieron a ellos”.

QUE SE DIJO DESDE UNION POR LA PATRIA

Los festejos apenas terminado el debate fueron elocuentes: el peronismo supo en todo momento que había ganado el debate. Los periodistas presentes –incluso los de aquellos medios que ven con buenos ojos a Milei- no dudaron en señalar la mejor performance de Massa.

Otro dato fue demostrativo de esto: apenas terminó el debate, Milei y la totalidad de quienes lo acompañaron se retiraron del recinto de la UBA; apenas si Ramiro Marra brindó unas nerviosas declaraciones al canal TN. Por el contrario, los funcionarios y allegados del peronismo se mostraron exultantes, dando notas a todos los medios, y asegurando lo que fue evidente: Massa ganó el debate.

“Fue un baile de un político profesional. Al indeciso le va a inclinar la balanza a favor de Sergio, que mostró mayor seguridad y propuestas, frente a Milei, que no pudo cerrar un concepto”, indicó un funcionario del Congreso de la Nación. El ministro de Economía se mostró sólido y esquivó los cuestionamientos del libertario sin caer en la chicana y el enojo. Mantuvo el eje emocional, clave en el desarrollo de su campaña, y trató de mostrarlo a Milei como un candidato inestable.