SaludCáncer: cuáles son las principales barreras para acceder al diagnóstico en Argentina y la región
3 febrero, 2023
Infobae accedió a través de la organización sin fines de lucro, All. Can, al resultado de una encuesta a 328 pacientes en Argentina. A nivel regional, el impacto de la falta de acceso en cáncer de mama y de útero
“Por unos cuidados más justos”, es el lema -según detalla la Organización Panamericana de la Salud (OPS)-, en el Día Mundial del Cáncer, que se conmemora mañana, como cada 4 de febrero. Es que el objetivo es justamente impulsar el cierre de la brecha de atención que separa a las personas más desprotegidas de las que cuentan con mayores recursos. Esa brecha tiene relación con la edad, la distancia a los centros de salud y el acceso al diagnóstico y tratamiento. Todos estos son factores que condicionan la atención del cáncer.
All. Can —una organización internacional sin fines de lucro que trabaja para mejorar la eficiencia de la atención del cáncer centrándose en todo el recorrido del paciente— indicó que el cáncer, no es sólo la primera causa de muerte en el mundo, sino que también “representa un grave problema de salud pública dadas las contundentes diferencias en cuanto al diagnóstico, tratamiento y atención de acuerdo a los países”.
El cáncer no es sólo la primera causa de muerte en el mundo -causó casi 10 millones de muertes en 2020- sino que también representa un grave problema de salud pública dadas las contundentes diferencias en cuanto al diagnóstico, tratamiento y atención de acuerdo a los países. Mientras que en el mundo desarrollado, el 90% de la población accede a atención efectiva, esa proporción baja al 30% en lugares más desfavorecidos del planeta. Recientemente, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) presentó un informe que señaló que los países de la Unión Europea (UE) gastaron casi 170.000 millones de euros en atención oncológica en 2018.
All. Can relevó una serie de datos que hablan de esa brecha de equidad. En el sector público de Argentina, dijo la entidad, transcurren en promedio seis meses desde el inicio de los síntomas que podrían hacer sospechar un cáncer y su diagnóstico. Sin embargo, ese retraso se acorta dos meses para quienes tienen un servicio de salud prepago.
Pero la entidad advirtió que el factor económico no es el único determinante de inequidad en el abordaje de las enfermedades oncológicas. La edad (las personas mayores reciben menos atención), los estereotipos de género (por ejemplo, en algunos países las mujeres deben pedir permiso al marido para ir al médico), la pertenencia a minorías étnicas (personas de pueblos originarios), el ser parte de minorías sexuales (gays, lesbianas, trans) y la posibilidad de acceder a los centros (vivir en zonas alejadas de ciudades o en áreas rurales) condicionan la equidad en la atención de la enfermedad.
“En el caso de la Argentina, la fragmentación del sistema de salud —compuesto por más de 16.000 proveedores de salud divididos en tres subsistemas: nacional, provincial y municipal— conspira contra la equidad: las provincias más postergadas tienen menos financiación, capacidad, cobertura y acceso, y eso se refleja en el bajo desempeño relativo en términos de resultados en materia de salud. Por ejemplo: la tasa de mortalidad por cáncer de cuello uterino es 8 veces mayor en las provincias más pobres”, precisó All. Can.
Datos recientes del primer estudio cualitativo y cuantitativo realizado por All.Can Argentina junto con Ipsos Healthcare Cono Sur reveló que transcurren en promedio seis meses desde el inicio de los síntomas que podrían hacer sospechar un cáncer y el diagnóstico para quienes se atienden en un efector público de salud. Sin embargo, ese retraso se acorta dos meses para quienes tienen un servicio de salud prepago, un dato que marca un alto grado de desigualdad relacionado con la pertenencia a diferentes sectores socioeconómicos.
La encuesta incluyó a 328 pacientes con cáncer (con diferentes tipos y estadios) que han sido atendidos en el sistema primario/ambulatorio de salud durante los últimos 6 meses. La encuesta incluyó 20 entrevistas en profundidad a pacientes oncológicos con un enfoque cualitativo.
De todas formas, pese a la inequidad que se evidencia, un segundo estudio de esa organización en Argentina mostró que “la atención en el sistema público es la más elogiada ya que se pondera la calidad de los profesionales, aunque se critica la burocracia y el deterioro edilicio y de infraestructura de ese sector.
Las obras sociales presentan más altibajos: se critica su burocracia y la actitud de los empleados, que pueden ser en algunos casos apáticos e indiferentes”, dijo. Estas organizaciones, además, presentan problemas para acceder a turnos y a medicamentos. Por ese motivo, “en algunos casos, los pacientes con cáncer enfrentan problemas económicos que los obligan a dejar de tomar alguno de ellos”.
“Los datos relevados también mostraron que casi de la mitad de los pacientes con cáncer cree que no existe un trabajo articulado entre los médicos que los atienden lo que afecta a su vez a la eficiencia en la atención”, aseguró All. Can. Los datos obtenidos revelan que las enfermeras son consideradas “pilares emocionales de los tratamientos” y que la mayoría de los médicos son evaluados como “cálidos y solidarios”. Esta es una ventaja teniendo en cuenta que, también según investigaciones, los profesionales fríos y poco comprometidos amenazan la adherencia al tratamiento. Casi la mitad de los pacientes indicaron que la atención médica no está organizada “de una manera que sea funcional a la rutina del paciente”.
“Para quienes trabajamos en la atención del cáncer, la inequidad en la Argentina es realmente una preocupación y un desvelo, y debemos empeñar hasta el último minuto para evitarla o minimizarla”, concluyó Julia Ismael, oncóloga clínica, ex directora del Instituto Nacional del Cáncer (INC), y miembro del Comité Ejecutivo de All. Can Argentina.
Cáncer en América Latina
El tamizaje del cáncer de mama en la mayoría de los países de América Latina no ha alcanzado los niveles establecidos en los programas de los países. Sin embargo, en la última década se han logrado importantes mejoras. En 2019, las tasas de cobertura del cáncer de mama oscilan entre el 24% de todas las mujeres de 50 a 69 años en Brasil y el 45% en México, muy por debajo de la media de otros países de la OCDE, que es del 59%. Lo mismo ocurre con el cáncer de cuello uterino, que alcanza una media del 42% de las mujeres de 20 a 69 años en los países de la región, por debajo de la media del 58% observada en los países de la OCDE.
Las recomendaciones de la OMS para el screening del cáncer de mama difieren según la fortaleza y los recursos disponibles del sistema sanitario. La mayoría de los países de la región siguen la edad objetivo recomendada por la OMS, aunque Chile tiene un rango de edad ligeramente más estrecho y México y Costa Rica tienen un rango de edad ligeramente más amplio.
Según el informe de la OCDE de 2022, Primary Health Care for Resilient Health Systems in Latin America, el método (mamografía) y la periodicidad (cada dos años) siguen las recomendaciones de la OMS. En tanto, para el cáncer cervicouterino, la OMS ha actualizado recientemente las recomendaciones sobre el tipo de prueba de detección y la mayoría de los países de la región aún deben adaptarse. La mayoría de los países utiliza la citología (comúnmente conocida como “Papanicolaou”) cada 3 años.
Se observa una periodicidad más corta en las directrices de México y Perú (anual). Las nuevas directrices recomiendan utilizar una prueba basada en el ADN del VPH en lugar de la inspección visual con ácido acético o la citología, para las mujeres mayores de 30 años cada 5 a 10 años. Las razones del cambio en las directrices se relacionan con que las pruebas de ADN del VPH detectan las cepas de alto riesgo del VPH que causan la mayoría de los cánceres de cuello uterino. Junto con el hecho de que la prueba de ADN del VPH es una prueba objetiva, es más sencilla de aplicar y tiene una tasa de prevención más alta que se traduce en una mejor relación de costo-eficacia.
FUENTE:INFOBAE