El expresidente brasileño Jair Bolsonaro regresará el próximo jueves a Brasil para asumir la presidencia honorífica del opositor Partido Liberal, que le pagará un sueldo de 7.600 dólares mensuales para viajar por el país y organizar a la ultraderecha para las elecciones municipales de 2024, informó este lunes a Télam un allegado al exmandatario.

Bolsonaro retornará a las 7.10 de la mañana del jueves a Brasilia en un vuelo de la aerolínea Gol que despegará desde la ciudad estadounidense de Orlando, Florida, adonde vivió desde el 30 de diciembre, cuando abandonó Brasil antes de terminar su mandato y entregarlo al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien lo derrotó en las elecciones generales de octubre pasado.

«Bolsonaro será presidente de honor por una invitación del presidente del Partido Liberal, Valdemar Costa Neto, con el objetivo de viajar por el país para apuntalar a candidatos y preparar el terreno para las elecciones municipales de 2024», dijo a Télam un allegado de Bolsonaro que está organizando el regreso.

El expresidente y excapitán del Ejército participó durante su estadía en Orlando, en la casa de un empresario, del show de Artes Marciales Mixtas (MMA) y de actos políticos organizados por la extrema derecha estadounidense alineada con el exmandatario Donald Trump.

Bolsonaro tendrá un salario del equivalente a 7.600 dólares y llegará al país luego de protagonizar un escándalo de contrabando de joyas valuadas en más de 150.000 dólares de la marca Chopard que tomó para sí y que habían sido donadas como regalos para el Estado brasileño por parte de la monarquía de Arabia Saudita.

Otras joyas valuadas en 3,5 millones de dólares fueron confiscadas en la aduana de San Pablo cuando el ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, intentó pasarlas ilegalmente luego de haberlas recibido en Arabia Saudita.

Albuquerque dijo que eran para la entonces primera dama, Michelle Bolsonaro.

El Senado abrió una investigación para determinar en una comisión si esas joyas pudieron ser sobornos pagos para la privatización de una refinería de Petrobras en el estado de Bahía, tal como denunció la Federación Única de Petroleros, el sindicato de los trabajadores de la gigante estatal del petróleo.

El regreso de Bolsonaro lo encuentra también bajo investigación por el intento de golpe de Estado que miles de sus seguidores protagonizaron el 8 de enero al invadir y destruir el Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal.

Bolsonaro pidió en las últimas semanas la liberación de los presos por atentar contra el Estado de derecho por considerarlos «gente de bien».

El ultraderechista está incluido en una megacausa de fake news y actos antidemocráticos que lleva adelante Alexandre de Moraes, juez del Supremo Tribunal Federal (STF), la corte suprema de Brasil.

Según los analistas, Bolsonaro corre el riesgo de ser inhabilitado para participar de elecciones en otro proceso que lleva adelante la justicia electoral por una serie de infracciones en la campaña y por haber denunciado fraude a raíz de supuestas fallas en el sistema de urnas electrónicas, al punto que nunca reconoció la derrota ante Lula por los ajustados 50,9% a 49,1%.

El Partido Liberal de Bolsonaro posee 99 bancas en la Cámara de Diputados, conformando el bloque partidario más grande del Congreso, aunque no todos sus integrantes son bolsonaristas.

El regreso de Bolsonaro coincide con el despegue de su ex esposa, Michelle Firmo Bolsonaro, como presidenta de la rama femenina de la fuerza, el Partido Liberal Mujer, con la cual varios dirigentes consideran que puede ser una presidenciable para 2026 para captar un electorado que demostró tener en su mayoría aversión al excapitán del Ejército.

Con su jubilación como parlamentario -rechazó la de expresidente porque era menor-, Bolsonaro también ganará mensualmente otros 6.900 dólares, con lo cual los ingresos mensuales superarán los 14.500 dólares.

Según la prensa local, el partido, como parte del acuerdo hecho al afiliarse, le proporcionará una casa quinta en las afueras de Brasilia para vivir con Michelle Bolsonaro y la hija de ambos, Laura, para la cual la fuerza política paga un alquiler mensual de 2.200 dólares.