Un estudio reciente de la Red Observatorio de Seguridad, publicado el 7 de noviembre, arroja cifras alarmantes sobre el racismo dentro de las fuerzas de seguridad brasileñas, para con los ciudadanos del vecino país. De acuerdo con el informe, el 87,8% de las víctimas de homicidios policiales en 2023 fueron personas negras, lo que representa una proporción desmesurada si se considera que el total de muertes fue de 4.025 personas.

El informe se centró en los datos de raza y color de 3.169 víctimas, de las cuales 2.782 eran negras. Estos números no varían mucho entre los diferentes estados brasileños, aunque algunos muestran una concentración más alta en ciertas regiones. En estados como Pernambuco, la cifra de víctimas negras alcanzó un alarmante 95,7%, mientras que en São Paulo el porcentaje fue del 66,3%.

El informe también resalta que Bahía se posicionó como el estado con el mayor número de muertes provocadas por la policía en 2023, con un total de 1.702 muertes, lo que lo convierte en el segundo estado con mayor tasa desde 2019. Río de Janeiro sigue con 871 muertes, mientras que Pará y São Paulo registraron 530 y 510 muertes, respectivamente.

Otro hallazgo preocupante del estudio es que los jóvenes, especialmente aquellos entre 18 y 29 años, son las principales víctimas de la violencia policial. En Ceará, este grupo representa el 69,4% de las muertes por parte de las fuerzas de seguridad. Además, el informe destaca que al menos 243 de las víctimas tenían entre 12 y 17 años, lo que pone de manifiesto la vulnerabilidad de la juventud frente al accionar policial.

Si bien algunos estados como Amazonas, Maranhão, Piauí y Río de Janeiro han experimentado una disminución en las muertes policiales en comparación con 2022, Bahía y Pernambuco reportaron incrementos notables en las estadísticas de violencia policial. En estos estados, los homicidios aumentaron un 16,1% y un 28,6%, respectivamente.