La reforma laboral propuesta por el Gobierno argentino incluiría la creación de un «banco de horas» en lugar del concepto tradicional de horas extras. Este sistema permitiría a los trabajadores acordar en un contrato escrito la cantidad de horas que trabajarían por semana, más allá de la jornada convencional establecida en sus convenios colectivos. De esta manera, se busca flexibilizar los tiempos de trabajo y adaptarse a las necesidades de las industrias, permitiendo cubrir picos de trabajo y descomprimir la carga laboral en períodos de baja productividad.

Además, se destaca que la aplicación del «banco de horas» sería voluntaria, es decir, el empleado tendría que estar de acuerdo en trabajar jornadas extendidas que luego serían compensadas, ya sea con días de descanso o jornadas más cortas. Esta medida también abarcaría a los trabajadores a tiempo parcial, quienes podrían pactar con sus empleadores la acumulación de horas de trabajo. Por otro lado, se menciona que los convenios colectivos de trabajo podrían retener el poder para fijar la cantidad de personal en esta modalidad en cada empresa, evitando imposiciones unilaterales por parte de los empleadores.

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