23 de julioDía Nacional del Payador en la Republica Argentina
21 julio, 2020
Cada 23 de julio se conmemora el Día Nacional del Payador en homenaje a la primera payada internacional que realizara “el negro” GABINO EZEIZA con JUAN DE NAVA de Uruguay, sucedió en Montevidéo en 1884.
Gabino Ezeiza fue el primer Payador profesional, un moreno de valía, nacido en San Telmo en febrero de 1858, que llegó a ser objeto de respetos y admiraciones en diferentes reuniones de aquella época.
Después del puntapié inicial (por así decirlo) en 1882 de Ezeiza al profesionalismo de un canto que se oía en campaña como pasatiempo, vendrían nombres como el de José Bettinotti, Pablo Vazquez, Ramón Vieytes entre otros que reafirmarían las bases del Negro y posibilitarían a más nombres abrazar ésta profesión.
Fue por iniciativa de Victor Di Santo y José Curbelo a mediados de la década del 80 que se concreta este día mediante Ley Nacional número 24.120.
… diría Curbelo en reciente reportaje:
”Victor Di Santo me expresó la inquietud de que hubiera un día para este arte, lo acompañé en todas la gestiónes y de ahí en más se gestó ese día y que la primera vez que se realizó (Julio de 1987 en Cap. Fed.) Concurrieron 1000 personas y quedaron 2000 afuera”
También acompañaron esta idea, Roberto Ayrala el mítico “Payador Sampedrino” y Aldo Crubellier “El Payador de Lezama”.
Desde aquella institucionalización, el viejo arte de la poesía oral se formalizó recibiendo gran repercusión, desde masificarse los encuentros en todo el País, a la construcción de diferentes monumentos que testimonian la admiración y el cariño del pueblo para con sus voceros.
En 2015 la Payada fue declarada como primer patrimonio inmaterial y cultural del Mercosur.
La Presencia de la Mujer en la payada despertó un atractivo singular, la historia nos habla de Aída Reyna compañera de Gabino Ezeiza en algunas veladas, pero fue Marta Suint la primera mujer en registrar profesionalmente su nombre y su voz para todos los tiempos.
El andar de los Payadores en diferentes rincones de la Patria generaron, generan y generarán sensaciones particulares en los amantes y seguidores del canto, me permito escribir lo que generó en mí hace unos años y que dio origen a un camino inquebrantable y satisfacciones varias.
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“Dice éste mozo pueblero, que quiere ser veterinario”
Así me presentó Hector Atela en su habitual columna de versos -bajo el seudónimo de Juan Sin Rima- que publicaba en El Cronista matutino de Chascomús a comienzos del 90, cuando vio que de verdad quería hacer lo que estaba haciendo.
Hace 30 años fui tocado por el sensible, respetuoso y perpetuo amor al arte del Arte del Payador.
Sucedió en Chascomús, noche del sábado 21 de julio de 1990, tercer encuentro rioplatense de Payadores, yo por ese entonces con trece años llevaba unos meses colaborando en los programas de Hector Alfredo Atela principal organizador, ya sea “El Rincón de Juan Sin Rima”, “Boletín Ganadero” o “Atardecer Sureño” -que conducía con Oar-.
En los días anteriores al evento, la difusión era enfática y entusiasta de un niño que no imaginaba lo que iba a encontrar a partir de ese encuentro. Había en mí un cierto manifiesto artístico y de gran direccionamiento hacia nuestras tradiciones, tal vez mis amaneceres en lo de la tía María Luisa escuchando folklore, mis vacaciones en lo de la abuela Dora con un viejo sombrero de “Marri” cantando en algún rincón del potrero, o quizás aquella recuperación de una hepatitis con mi hermano Horay mal tocando la vieja guitarra “Fernandez” esa zamba “Al Jardin de la república” o mi composición en el 89 de una canción en la primaria sobre una base de ritmo autóctono, no lo sé… Pero nada de eso había sido tan profundo como aquel encuentro.
Aquella noche vi llegar a los artistas, LOS PAYADORES, eran los dueños de las miradas de un teatro lleno, pero por sobre toda las cosas de un niño que los observaba fascinado,
¡No podía creér lo que estaba viviendo!
Estaban a metros míos los mismos nombres que días atrás repetía en esmerada invitación, los que escuchaba mientras desarrollábamos el programa.
¡Los de la Guitarra de Pancho Luna!
¡El de Martincito!
¡El que canta la Pena del Hornerito!,
¡El uruguayo que hace hablar a la guitarra!,
¡El famoso payador de Lezama!,
¡El mismísimo Soccodatto!,
¡por Diós!, era muchísimo el placer de esa noche, Atela lo percibió, por eso siempre fue un incentivo a mis sueños.
Ayrala, Curbelo, Soccodatto, Crubellier, Di Santo, Lopez Terra, Lemble, Marquesini sumado a los locales, Bidegain, Otero, Oar, conformaron el elenco de aquel 21 de julio.
Años más tarde el camino me puso en línea con los nombrados y otros referentes, jamás olvidé esa noche donde mis sueños de veterinario se transformaron en sueños de Payador.
A aquella noche, le debo haber encontrado una profesión, haber conocido personas maravillosas, lugares y momentos.
En fín, a aquella noche le debo 30 años de agradecimientos…
Testimonios del Tercer encuentro de Payadores en Chascomus 21-7-90