Se retiró a los 20 añosJugó en el Real Madrid y trabajó con un campeón del mundo: la historia del DT de El Salvador que sueña con un batacazo ante Argentina
23 marzo, 2024
David Dóniga Lara analizó el amistoso en los Estados Unidos. El recuerdo de su único antecedente contra la Albiceleste y cuál será el plan para detener a la Scaloneta
La conexión de David Dóniga Lara con la Argentina tuvo inicio en su juventud, cuando en cada madrugada de Superclásico se quedaba despierto para ver el talento de Pablito Aimar, Javier Saviola o Juan Román Riquelme en los Boca-River. El primer Mundial que lo marcó, también produjo el mismo efecto en toda una sociedad. La Mano de Dios, el Gol del Siglo y Diego Maradona levantando la Copa en México. La Albiceleste fue la que le dio el puntapié necesario para convencerse de que su camino iba ligado a ser entrenador en la élite, el mismo sendero que lo vuelve a poner frente a frente con la vigente campeona del mundo en Philadelphia.
En vísperas al amistoso de este viernes a las 21 (hora argentina), el DT de El Salvador le concedió un reportaje a Infobae en medio de su ajetreada agenda porque su figura es una cara repetida en los medios de comunicación de todo el mundo para conocer cómo frenará a una de las mejores selecciones del momento sin su máximo exponente: Lionel Messi. Una cuestión que puede transformarse en una desventaja con demasiada facilidad: “Puede complicarse porque si no tienen la definición de Leo, puede aparecer otro jugador que te puede hacer tanto o más daño que él”. Luego de sufrirlo en España, durante sus etapas como asistente en Deportivo de La Coruña, entre otros clubes, lo volvió a enfrentar en el empate sin goles contra Inter Miami en enero pasado, en lo que fue su debut en La Selecta. Su ausencia en la Celeste y Blanca intenta ser un dolor de cabeza menos en la mente de un hombre que tomó una decisión que le cambió la vida a temprana edad.
El fanático del Real Madrid exhibió sus habilidades como delantero en las Inferiores de la Casa Blanca hasta su salto al Club Deportivo Guadalajara, que lo acogió en los inicios del milenio dentro del ascenso español y, con solo 20 años, concluyó que su camino se concentraba en otro lado: “Vas aguantando filtros, vas jugando y hacés buenas actuaciones, pero llega un punto en que ya no es para ti y los que vienen son mejores que tú. Aparte, el desarrollo… Tardé en crecer. Estaba rodeado de futbolistas que eran hombres cuando yo tenía 15 años, era un niño. Con el tiempo, sentí que el fútbol podía ir por el lado del banquillo y está a la vista que acerté”. “No entendía la vida de otra forma que no fuera jugando al fútbol. Fue doloroso”, apuntó sobre el día después de colgar los botines. Un proceso llevado a cabo con equilibrio porque, mientras jugaba, también dirigía en una escuela de fútbol. Se hizo con el título de DT a los 24 años.
El licenciado en Actividad Física y Deporte cruzó el Océano Atlántico para tener su primera experiencia en el cuerpo técnico de Jorge Wilstermann de Bolivia. Tras un breve regreso a España, Gabriel Calderón lo reclutó como preparador físico cuando asumió como director técnico del Al Wasl de los Emiratos Árabes Unidos. A través de los contactos del subcampeón del mundo con la Argentina en el Mundial 1990, cruzó algunos diálogos con Diego Maradona y Claudio Paul Caniggia.
Sus pasos por Qadsia SC de Kuwait y Olympiakos de Grecia engrosan un currículum que lo tuvo compartiendo viajes con el campeón del mundo, Germán Pezzella, en el Betis de España. Sus experiencias le permitieron despuntar su faceta de escritor con la publicación de tres libros con eje en la preparación y la planificación deportiva, que se pueden adquirir a través de su página web personal.
Finalmente, su paso como conductor de la Sub 21 y Sub 23 de Panamá lo marcó a fuego porque le tocó sufrir el poderío de un joven que comenzaba a llamar la atención de los ojeadores internacionales: Alejandro Garnacho. Más allá del empate contra Francia y la derrota ante Argentina en el tiempo reglamentario, David Dóniga confesó que a partir de ese torneo (Maurice Revello 2022, ex Esperanzas de Toulon) se dio cuenta de que era el momento de comenzar su camino como entrenador en el fútbol profesional. Ahora, se enfrentará a la Selección que le dio un empujón para ese fin.
Integró el proceso mundialista de Panamá en las Eliminatorias a Qatar 2022 (quedó cerca de avanzar al Repechaje), afrontó dos procesos en 9 de octubre de Ecuador y Sporting San Miguelito de Panamá, donde se marchó a fin de 2023 para asumir el mando de El Salvador con la meta puesta en devolverlo a un Mundial después de sus participaciones en 1970 y 1982. Será su tercer partido oficial y buscará la primera victoria del ciclo contra la selección argentina (0-0 vs. Inter Miami y 0-2 vs. Costa Rica).
– ¿Con qué Selección te encontraste en El Salvador?
– La conocía de las Eliminatorias para el Mundial de Qatar, donde nos enfrentamos con la selección de Panamá y el contexto lo tenía bastante familiarizado. Han pasado dos años desde que yo competí contra ellos, pero el grueso de los futbolistas del plantel es prácticamente el mismo. Y tienes que añadir algunos futbolistas de la Sub 20 y Sub 17 que ahora son jugadores profesionales. Me ha costado muy poco porque tenemos una forma muy clara y trabajada de estructurar el scouting, que nos permite llegar a todos los futbolistas disponibles para El Salvador.
– Luego de haber entrenado a nivel clubes con una rutina diaria, ¿sentís ansiedad para que lleguen los amistosos?
– Siempre se habla de esa dinámica de selección, donde al no tener partidos semana a semana puede hacer que a alguno le genere algo de ansiedad, pero trabajamos tanto en el día a día que, incluso, el día de descanso que podemos tener en la semana lo valoramos mucho porque la cantidad de volumen de trabajo que manejamos es increíble. Aparte, la preparación de los partidos también tiene cosas positivas: te permite tener más tiempo para analizar más partidos de los que habitualmente tienes. Me siento muy cómodo en esta dinámica de selección, al igual que en los clubes. Me siento muy familiarizado con la dinámica de la selección, y la disfruto al máximo.
– ¿Quién eras antes del fútbol?
– Solo me conozco a mi mismo enganchado a una pelota. Empecé a jugar al fútbol muy temprano. En mi casa somos futboleros y todas las fotos que tengo están asociadas al balón. Empecé a jugar a los seis años en categoría federada y dejé de jugar pronto en la tercera categoría del fútbol español. Quizás, porque vi que el futuro no iba por ahí y entendía que, como técnico, empecé a tener ganas de practicar porque estaba estudiando la Licenciatura. Podía ser un espacio para mí y disfrutar de la profesión que me había dado tanto como jugador.
– ¿De qué jugabas?
– Era delantero. Jugué en el equipo de mi pueblo durante los primeros años. Luego, estuve un par de años en la Academia del Real Madrid con la Quinta de Iker Casillas y compañía.
– ¿Por qué te vas del Real Madrid?
– No, del Madrid nunca te vas (risas). Siempre decide el club. Quizás no estaba al mismo nivel que los demás. Al igual que en las canteras grandes del fútbol español, son filtros constantes a diario de jugadores que vienen desde todos lados del país para mejorar al equipo. Vas aguantando filtros, vas jugando y hacés buenas actuaciones, pero llega a un punto en que ya no es para ti y los que vienen son mejores que tu. Y tienes que salir del sitio. Aparte, el desarrollo… Tardé en crecer. Estaba rodeado de futbolistas que eran hombres cuando yo tenía 15 años, era un niño. Con el tiempo, sentí que el fútbol podía ir por el lado del banquillo y está a la vista que acerté.
– ¿Cuándo decidiste retirarte?
Lo único que hacía era estudiar y jugar al fútbol desde los siete años. No tenía otra cosa en la vida y, cuando a los 20 años, ves que quizás no estás para la élite del fútbol, pensé que podía dedicarme al fútbol de manera profesional a través de ser entrenador o preparador físico. Eso me permitía seguir vinculado. Fue eso lo que me hizo pensar que era un momento para echarse a un lado. No entendía la vida de otra forma que no fuera jugando al fútbol. Fue doloroso.
– ¿Te costó la adaptación?
– Empiezo a entrenar jugando, porque un compañero de equipo dirigía una escuela de fútbol. Me propuso dirigir jugadores de categorías Sub 7 y Sub 12, a la vez que jugaba en la Tercera División. Fue una transición súper lógica. Me gustó mucho cuando empecé a entrenar y, a partir de ahí, dejé de jugar al fútbol y me dediqué a sacarme los títulos y entrenar. Me hice con el título de entrenador de fútbol nacional a nivel UEFA prácticamente a los 24 años. Ya estoy en el fútbol profesional, y con el tiempo he podido cumplir lo que predije en mi cabeza.
– ¿Por qué me dijiste que tu retiro fue doloroso?
– Porque no sabía vivir sin el fútbol. Yo solo me levantaba los fines de semana con la idea de ir a entrenar o jugar un partido. Todo mi universo giraba en torno a eso. Me levantaba por la mañana para ir a la universidad o al colegio cuando me tocara y, por las tardes, tenía que subirme al tren para ir a Madrid o para ir al Club Deportivo Guadalajara, que es donde terminé jugando mi carrera deportiva. Era un día entero en el que lo más importante era el fútbol y, como complemento, estaba el estudio, porque todos tenemos que tener algo en lo que apoyarnos. El levantarte un domingo y que no hhubiera partido, llegar a casa y no tener que hacer la maleta para ir a entrenar, era muy raro y resultó mucho más llevadero sabiendo que debía hacer la mochila para ser entrenador.
– ¿Cómo te surge la posibilidad de irte de España a Bolivia para trabajar en Jorge Wilstermann?
– Se da porque uno de mis compañeros en el Real Madrid, Gerardo García Berodia, había firmado en ese club como jugador. Él me conocía del trabajo compartido en un club donde estuvimos en la Segunda B madrileña, y también me conocía del trabajo a lo largo de toda la vida en las categorías del fútbol nacional español y entendió que podía aportar mi granito de arena en el fútbol boliviano. Vio que había un espacio importante a rellenar con mi conocimiento y mi formación. En ese caso, como asistente y como preparador físico. Ese fue el salto a la Primera División.
– De España te fuiste a Bolivia y de Bolivia te vas a los Emiratos Árabes Unidos. ¿Por qué decidís irte a Al Wasl?
– Esa estancia en Bolivia fue efímera. Cuando llegamos, teníamos retos importantes: Sudamericana contra Peñarol, luchar por el título… No pudimos mantenernos mucho tiempo en el puesto porque la rotación de técnicos sucede y yo caí con él. Regresé a España durante unos meses y surgió la posibilidad de ir a trabajar con Gabriel Humberto Calderón, finalista del Mundial 1990. Gaby tenía una oferta para trabajar en Emiratos Árabes Unidos y necesitaba un preparador físico porque tenían ese hueco y decidieron por mi perfil. Fue maravilloso. Con él aprendí muchísimo de lo que es la élite del fútbol a nivel profesional, seguramente es una de las personas que más me haya enseñado para estar al máximo nivel en esta élite. Me presentó a Claudio Paul Cannigia, pude conocerle a través de él. Hablaba con (Sergio) Goycochea, hace poco de esa posibilidad de estar cerca de ellos, como el propio Claudio o Diego (Maradona).
– En The Coaches Voice, contaste que, entre otras razones, los partidos frente a rivales como Argentina y Francia en el Torneo Maurice Revello 2022, te hicieron dar el paso para dedicarte de lleno a ser entrenador a partir de ese momento. ¿Qué te genera volver a enfrentar a la Mayor de Argentina desde ese rol?
– Una ilusión muy grande. Primero, por la selección a la que represento como El Salvador, que tiene una historia a la que he visto desde la distancia. Mágico González estuvo en España y tuve el placer de conocerlo en persona. Estar y ser responsable de una selección Mayor como esta me permite medirme con equipos como Argentina. Jugar contra la campeona del mundo es un privilegio que no todos los entrenadores pueden llegar a tener, incluso los mejores entrenadores. Me siento muy feliz, espero poder vivirlo en su máxima plenitud con la experiencia que tengo de haber enfrentado a Mascherano y al propio Garnacho, que en esa Selección era uno de los más importantes. Ahora, entra en una selección que es la mejor.
– Vos perdés el partido contra Argentina por 1-0 con gol de Garnacho. Más allá de la baja de Lionel Messi, ¿quién te preocupaba más en la previa de este amistoso: Garnacho o Messi?
– Me preocupa mucho el colectivo porque el colectivo hace mejor a Messi, Garnacho, Julián (Álvarez), a todos. Y puede generar ventajas, que son una oportunidad de cambiar el partido para ellos. Si nosotros estamos mucho mejor a nivel colectivo que ellos en algunas fases del encuentro podemos evitar que, tanto él como Messi o quien sea, reciba con posibilidades de hacer gol de una forma más sencilla. Es difícil, en el duelo son superiores a todos los jugadores a nivel mundial igualados con tres o cuatro selecciones. Tenemos que contrarrestar esa desventaja en el nivel individual.
– ¿Cómo los repercute en el planteamiento que Messi no juegue?
– Son detalles que hay que tener en cuenta puesto que nuestra forma de jugar no la vamos a cambiar. Tenemos una idea de juego que puede tener ciertas variantes, y sobre eso vemos. Arriba, utilizamos referencias para saber cómo tenemos que explotar las debilidades que puedan surgir en la campeona del mundo. Conociendo que hay cosas que le pueden hacer más daño que otras, nuestro juego va a ir por donde ellos pueden sufrir más. Es la idea. Pero no va a cambiar demasiado el planteamiento. Quizá, puede complicarse por otro lado porque si no tienen la definición de Leo, puede aparecer otro jugador que te puede hacer tanto o más daño que él.
– Hacés hincapié en lo colectivo. ¿Cuál es el plan para detener a la Argentina?
– Si nosotros somos contundentes y organizados en defensa, vamos al ritmo de la presión que nosotros estamos trabajando en los últimos entrenamientos y partidos, vamos a reducir las posibilidades de que estén cómodos. Además, si en ataque tenemos la tranquilidad para desarrollar nuestro juego y poder superar la presión… No solamente la de ellos, sino también la presión de los futbolistas que sabés que te pueden hacer mucho daño si te desprotegés en cualquier pérdida. Con esas situaciones de manejo del balón, puede que logremos tener las oportunidades y, a balón parado, entiendo que será otro punto a tener en cuenta porque vamos a tener situaciones y, si las podemos aprovechar, esa forma puede abrir el partido o decantarlo a nuestro favor.
– Tus jugadores de El Salvador fueron a pedirle camisetas y autógrafos a Messi después del partido contra Inter Miami. ¿Cómo hiciste para que esa idolatría no se contagie a la cancha?
– Lo único que puedo transmitir yo es mi propia experiencia. Tengo mucho respeto por los futbolistas a los cuales me enfrento, les tengo mucha admiración y, a la ves, desde el punto competitivo, no tengo ningún interés en fotos o una relación con ellos porque no es mi labor. Lo más importante son los míos, no me importan los rivales. No tengo ninguna necesidad de tener ningún recuerdo de nadie.
– ¿Lo pudiste saludar a Leo en ese partido?
– No, no sé ni cuándo se fueron. Yo jugué contra el Barcelona, he ido a verles entrenar en varias ocasiones para ver a Luis Enrique. No me interesaba tener fotos, no soy de ese estilo. Prefiero guardarme los recuerdos para mí. La satisfacción es competir contra los mejores y poder ganarles.
– ¿Qué diferencia notaste entre el Messi de Barcelona y el de Inter Miami?
– El sistema es muy parecido, ha jugado en una posición similar, el peso con respecto al equipo quizás era mayor todavía en Inter que en Barcelona porque en Barcelona podía recaer la responsabilidad sobre otros futbolistas de máximo nivel que quizás en Inter solo tenían a cuatro (Jordi Alba, Sergio Busquets y Luis Suárez) igual de complicado que en cualquier otro lugar porque es un jugador imprevisible, no puedes darle un centímetro. Tuvo dos opciones nada más y no las materializó (en el amistoso contra El Salvador).
– También te enfrentaste a Cristiano Ronaldo en España. ¿Qué enseñanzas o precauciones te dejaron medirte a los mejores jugadores del mundo de cara a esta labor en El Salvador?
– Que tienes que estar al 100% durante todos los minutos que se jueguen porque cualquier desajuste va a generar la ventaja suficiente para que la aprovechen. Están por encima de los mejores jugadores. Están a otro nivel, y eso hace que no desaprovechen la mínima oportunidad que le dejas. Mi enfoque es tener una estructura colectiva sólida que permita reducir al máximo las situaciones que van a tener. Buscaremos que los grandes futbolistas del rival, no solo Leo, que son estrellas mundiales, reciban en condiciones difíciles y lo más lejos del arco; y sorprenderlos cuando estén desprotegidos.
– Hace unos días, Toni Nadal, tío de Rafa Nadal, comparó la dicotomía Messi-Cristiano con la de Nadal-Federer. Dijo: “Rafael hace lo mismo que hace Federer, aunque Cristiano no puede hacer lo mismo que hace Messi”. ¿Convalidás esa teoría al haberlos visto de cerca?
– En mi experiencia, el fútbol es un colectivo donde las individualidades marcan la diferencia, pero sigue siendo un deporte colectivo. Me he enfrentado tantas veces al Real Madrid como al Barcelona y hemos perdido más de las veces que hemos ganado. Con Barcelona, han sido cuatro empates, pero con Real Madrid no logramos conseguirlo y Ronaldo ha sido máximo protagonista en todos los partidos que hemos jugado contra ellos. Ahora, contra el Inter nos pasó que no fue capaz de marcar Leo. ¿Qué significa? Nada. Los números están ahí y es indiscutible lo que han hecho cada uno de los dos. He podido ver jugar a Maradona, Zidane, Rivaldo, pero lo de Messi y Ronaldo es superlativo. Estamos hablando de, quizás, los dos mejores futbolistas de la historia, que se han retroalimentado en esa competencia brutal porque uno ha crecido gracias a la competencia con el otro. No sé si hubo un duelo tan potente en la historia del fútbol y será difícil que se repita.
– ¿Qué aprendiste de tus pasos como analista, ayudante y preparador físico?
– Todo lo que hace entender la realidad de una manera compleja gracias a que conozco todos los roles de un cuerpo técnico, conozco las perspectivas que cada uno puede tener desde su experiencia a la hora de enfocar el trabajo para mi rendimiento. Eso también me ayuda para ver el impacto de la carga de trabajo a la que sometemos a los futbolistas. Tengo una perspectiva más amplia.
– Además, sos escritor. ¿Por qué tomaste la decisión de escribir tres libros?
– Son momentos puntuales en la vida. Tenía momentos en los cuales tenía espacio para escribir, tenía acumulados conocimientos de mi trabajo desde que dejé de jugar hasta 2013/14, que surgió la posibilidad de dar clases como profesor en el curso de entrenador en España y aglutiné la información que me permitió crear varios libros hablando de la planificación sobre todo; en general, cómo preparar a los futbolistas para entrenar. Son momentos en que la cabeza va a mil por hora con conocimientos acumulados, los vomitás en un papel y lo dejás para que la gente lo pueda utilizar.
– ¿Qué tan importante es la planificación para el logro de los éxitos deportivos?
– Es básica porque si no sabés a dónde vas, cualquier viento te saca de tu camino.
– Tiempo atrás, dijiste que todo entrenador debe estar acostumbrado a manejarse en la incertidumbre como modo de vida si quiere trabajar de esto. ¿Cómo funciona esa contradicción entre la planificación y la falta de ella?
– Así entiendo la realidad. No sabés qué será mañana de ti y tenés que estar preparado para afrontarlo. La vida sigue. En esa organización de tu día a día para poder tener todo preparado y, a la vez, estar listo por si viene cualquier viento, te mueve y poder seguir enfocado en lo que querías.
(Fuente: INFOBAE Por
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