El anuncio del presidente electo Javier Milei, motiva todo tipo de rechazos, tanto en sectores opositores como incluso en espacios políticos aliados al espacio libertario.

La decisión anunciada por el presidente electo Javier Milei de terminar con la obra pública, merece por estos días, todo tipo de rechazos de sectores empresariales del sector, de gremios –en particular de la UOCRA- y de dirigentes políticos de distintos sectores, sobre todo intendentes. Los jefes comunales (de la UCR, vecinalistas, del peronismo e incluso del PRO) coinciden en que la parálisis total de la obra pública tendrá un impacto altamente negativo en sus territorios, dejando un tendal de desocupados y golpeando las economías de los distritos, por la caída de ventas en corralones de materiales y otros rubros.

Quien se diferenció y más allá de difundir su desacuerdo con la medida, avanzó con una propuesta concreta para enfrentar la posición del nuevo presidente, fue el alcalde de Castelli. Francisco Echarren –al frente de un distrito que logró en los últimos años numerosas obras públicas del gobierno bonaerense y también nacional, en particular construcción de viviendas sociales- hizo en sus redes sociales un llamamiento a sus pares.

En la red social X, Francisco Echarren expresó:“Qué lindo si nos juntamos los intendentes de todos los partidos políticos y protestamos unidos para que no frenen la obra pública y nos dejen un cementerio de obras abandonadas con miles de vecinos despedidos. Tenemos que poner freno a la locura”.

De acuerdo a datos oficiales, en la actualidad sólo en la provincia de Buenos Aires hay aproximadamente novecientas obras públicas en ejecución.

Francisco Echarren señaló que si se termina la obra pública, en su municipio (un distrito con poco más de 11.000 habitantes) habrá automáticamente quinientos despidos, además del impacto negativo en el sector comercial que todo ello implicará de forma inmediata.

Se estima que a nivel general, si la propuesta de Milei efectivamente se lleva adelante, se generarían de forma inmediata unos trescientos mil trabajadores cesanteados.