El papa visita Ulán Bator, la capital de Mongolia, donde fue recibido el viernes por el presidente mongol Ukhnaagiin Khürelsükh con un desfile de la guardia de honor.
Francisco se reunirá con la pequeña comunidad católica mongola de cerca de 1 400 fieles en un país de más de 3 millones de habitantes.
Es la primera visita del pontífice al país de mayoría budista ubicado estratégicamente entre China y Rusia, y que mantiene buenas relaciones tanto con Pekín como con otros Estados de la región como Corea del Norte.
Francisco destacó el compromiso del país por la paz mundial, elogiando su determinación por «detener la proliferación de armas nucleares». Jorge Bergoglio evocó, sin embargo, la corrupción y el medioambiente como los principales retos que afronta el país.
El domingo, el papa se reunirá con rector de la iglesia ortodoxa rusa de Ulán Bator y oficiará una misa con peregrinos venidos de diferentes países de la región.