Exposición documentalViolencia y territorio en las dictaduras en Chile y Argentina, una muestra itinerante

Exposición documental

Violencia y territorio en las dictaduras en Chile y Argentina, una muestra itinerante

21 junio, 2023 Desactivado Por Germán Costanzo Castiglione

«La Violencia en el Espacio. Miradas desde Chile y Argentina (1973-2023)», que se presenta hasta el 27 de julio en el Centro Cultural Matta de la Embajada de Chile, aborda las formas de despojo y violencia y propone la hipótesis de que esos gobiernos autoritarios tuvieron una agenda territorial y espacial, en paralelo a la represión y la desaparición de personas.

Una renovada edición de la muestra itinerante «La violencia en el espacio» se presenta en el Centro Cultural Matta de la Embajada de Chile, situando a Chile y Argentina en un diálogo entre 17 colectivos de ambos países que reflexionan sobre políticas territoriales y urbanas concretadas por las dictaduras militares, cuyas secuelas se prolongan en el tiempo y son interpeladas con motivo de conmemorarse los 50 años del golpe militar chileno y los 40 años de vida democrática en Argentina

«La Violencia en el Espacio. Miradas desde Chile y Argentina (1973-2023)», tal su nombre completo, acaba de ser inaugurada y permanecerá disponible al público hasta el 27 de julio en el Centro Cultural dependiente de la embajada chilena en Buenos Aires, mientras que para septiembre se trasladará a la Universidad de Chile, en Santiago. La exposición retoma el enfoque trabajado el año pasado en una muestra presentada en el Centro Cultural Haroldo Conti pero a menor escala, proponiendo un recorrido por las políticas urbanas y territoriales durante la dictadura de Augusto Pinochet a través del trabajo de colectivos chilenos que abordan la hipótesis de que los gobiernos autoritarios tuvieron una agenda territorial y espacial, en paralelo a la represión y la desaparición de personas.

La muestra forma parte de un proyecto extendido y en progreso concebido por la socióloga argentina Pamela Colombo, actualmente radicada en Canadá y el arquitecto doctorado en antropología e investigador del Conicet, Carlos Salamanca Villamizar, curador y coordinador, quien asegura que la propuesta invita a «un ejercicio de arqueología en torno a las formas en que se producen hoy en día nuestras subjetividades y nuestros territorios«.

Cuenta Salamanca en diálogo con Télam que la génesis del proyecto comienza con la «cuestión de la memoria en Argentina» hacia 2003 y 2004, con las políticas de Estado referidas a los derechos humanos, como el gesto del entonces mandatario Néstor Kirchner de bajar los cuadros de los presidentes de facto en la Ex-Esma, el propio predio de tortura y exterminio entregado a los organismos de derechos humanos, así como también el reclamo por «una política de memoria, verdad y justicia».

«»Había mucho por trabajar en esta línea que no tenía que ver con la represión tal como se la conocía tradicionalmente, ni con los detenidos desaparecidos o al menos no directamente. Era un camino paralelo articulado»Carlos Salamanca, curador de la muestra

Pero este «impulso» si bien muy importante «tenía sus zonas de menor luminosidad, periféricas», zonas periféricas en las que estaban trabajando ambos investigadores: Colombo en Tucumán y Salamanca en Chaco y Formosa con las comunidades Qom, Pilagá, Moqoit. De este trabajo surgió la reflexión de que «todas esas narrativas, muy valiosas e importantes, no resonaban familiares en el Chaco«, porque allí se recuerda la masacre de Margarita Belén (el fusilamiento de presos políticos disfrazado como enfrentamiento en 1976) y el copamiento del regimiento en Formosa, «pero esta gran narrativa del detenido desaparecido de los centros clandestinos para las poblaciones indígenas no tenía mucho sentido», explica.

A partir de eso, Salamanca Villamizar y Colombo -que trabajaba sobre pueblos estratégicos creados en Tucumán en el marco del Operativo Independencia-, impulsaron unas jornadas organizadas gracias a una beca llamada «Ciudad y dictadura» que giraron sobre «las villas y su erradicación, el proyecto autopistas, la cuestión del cinturón ecológico como grandes temas de Buenos Aires, en clave de transformación espacial».

«Había mucho por trabajar en esta línea que no tenía que ver con la represión tal como se la conocía tradicionalmente, ni con los detenidos desaparecidos o al menos no directamente. Era un camino paralelo articulado», define el curador.

El origen de la propuesta

Desde allí derivó la propuesta de armar una exposición documental y didáctica, que fue pensada como itinerante y logra proyectarse desde la investigación de los distintos procesos sociales ligados a lo territorial con su debut en 2018 en el Centro Cultural Fontanarrosa de Rosario -creado en dictadura como centro de prensa para el Mundial de 1978- bajo el título «La violencia en el espacio. Políticas urbanas y territoriales durante la dictadura cívico-militar en Argentina (1976-1983)», luego presentada en el Conti en 2019. La pandemia los obligó a permanecer en la Ex-Esma durante 2021 y 2022. Así fue como decidieron ampliar la muestra incorporando lo artístico y realizando exposiciones temporales específicas, como la que tiene lugar ahora en el Centro Cultural Matta y la que tendrá su capítulo especial en septiembre en la Universidad de Santiago.

En su primera formulación, la muestra era más bien documental porque la intención era demostrar la hipótesis de que «cuando (Jorge Rafael) Videla toma el poder y dice vamos a hacer un Proceso de Reorganización Nacional, ese proceso era también territorial -dice Salamanca-. Reorganizar el país, los villeros por aquí, las empresas por acá, los procesos de acumulaciones desiguales, de exclusión de los sectores populares, de exaltación de cierta idea de memoria y del patrimonio en donde los militares ocupan un lugar importante y el resto de los ciudadanos no. Toda una serie de cosas que tienen que ver con una hipótesis que es académica, pero también es política».

La exposición es el resultado de un intenso trabajo colaborativo de colectivos y personas sobre estas temáticas de ambos países y su diagramación recorre el espacio semicircular profusamente iluminado, diferenciado en tres secciones, detalladamente planificadas, con maquetas, fotografías, videos, objetos, instalaciones y obras de dos artistas, repartidos temáticamente en «Ficción, fantasía, espectáculo», «Ciudad justa» y «Violencia, orden, despojo».

Desde el centro, por el que se accede, en una de las paredes, se observa una imagen ampliada que muestra una costanera improvisada con escombros de los restos de la construcción de la autopista tirados en la Reserva Ecológica, lugar de recreo para las clases populares. Allí se lee el texto «Todo lo sólido permanece en el aire» que parafrasea a Marx y como título «Te devuelvo tu imagen», para graficar la idea, según el curador, de «que todo eso que fue profanado vuelve una y otra vez». Mientras que en la base de este afiche se muestran imágenes de la fotoperformance «Imagen Pública – Altas esferas» (1993) de Liliana Maresca, donde se la ve junto a pancartas de Bill Clinton, Carlos Menem, y los militares de la dictadura Jorge Rafael Videla y Emilio Massera.

Tras la pandemia se transmutó «Violencia en el Espacio» a una modalidad de plataforma en el edificio de la Ex-Esma. Desde allí presentaron muestras temporales como «Que hace un camino» sobre la carretera Austral del lado chileno, que representó la expropiación y venta de tierras públicas, por ejemplo

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En «Ficción…» se exploran las mediaciones producidas por representaciones de la realidad que promueven el respaldo al régimen dictatorial desprendido de la realidad, con maquetas, fotos y documentación del parque «Mundo Mágico» de Chile, y el porteño «Parque Interama», cuya torre puede verse aún en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires.

La segunda sección bucea en las iniciativas sobre reparto equitativo de los bienes comunes, la igualdad, la vivienda y «la ciudad como un derecho«, donde se ubica entre otras cartografías de Villa San Luis con «Cómo se Recuerda un Crimen», del colectivo chileno homónimo que trata de una experiencia de memoria barrial.

En el núcleo «Violencia» abordan «el estigma, el prejuicio y la violencia sistemática y estructural contra los sectores populares», sobre las políticas, normas y reglamentaciones que institucionalizan y legitiman «la producción injusta y desigual de la ciudad y del territorio».

Aquí se presentan cartografías relacionadas con políticas y normas, y se exhibe el video «The Plot» y el interesante proyecto «Stadium» de la arquitecta Alejandra Celedón -envío oficial chileno a la Bienal de arquitectura de Venecia de 2018- donde 37.000 beneficiarios de los sectores populares pasan a ser deudores de títulos de propiedad.

Y complementando están las formas persistentes del despojo expuestas con procesos de extractivismo en el caso Mapuche o los barrios cerrados en Tucumán, como persistencia de la violencia y su alusión a «Tucumán arde» de 1969; así como un diagramado plano en escala real dibujado en el piso de los «Núcleos Habitacionales Transitorios», como viviendas imposibles para erradicar las villas.

Los cambios que trajo la pandemia

Tras la pandemia se transmutó «Violencia en el Espacio» a una modalidad de plataforma en el edificio de la Ex-Esma. Desde allí presentaron muestras temporales como «Que hace un camino» sobre la carretera Austral del lado chileno, que representó la expropiación y venta de tierras públicas, por ejemplo. También fue el momento en que se incorporaron los artistas Luis Martínez (Valparaíso, Chile, 1969) y Sebastián Chillemi (Buenos Aires, 1968), ambos radicados en Buenos Aires.

Martínez y Chillemi le dieron a la muestra una dimensión ausente, la del arte con esa subjetividad que solo lo introspectivo vomitado como expresión, metáfora, puede otorgar a un locus documental aparentemente distante, provocado también por las violencias vividas de ambos lados de la cordillera y la amplían con nuevas obras en el Ccmatta. Ambos presentan la Instalación «Muro» con dos grandes telas «Entre Cuatro Paredes» de Martínez y una homónima a la exposición de Chillemi, más otras ocho obras de menor formato.

También desde las rejas que protegen la plaza sobre la Avenida del Libertador y Tagle están los paneles con imágenes de las obras acompañados por frases del poeta chileno Raúl Zurita, en ese espacio exterior llamad «Muro + Zurita», una intervención que «formula preguntas humanas acerca de un devenir compartido», define el curador, y habla sobre «la existencias, nostalgia, territorio y los sueños».

Entre los colectivos y propuestas están las del fotógrafo Pablo Piovano con «El retorno de las voces antiguas», y por Chile el Colectivo Ciudades de Octubre, los proyectos sobre allanamientos masivos a las poblaciones por la dictadura; otro de «Cartografías de la Memoria bajo el período dictatorial. 1973-1990» y el caso del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli (Cofomap) que aún buscan la reparación por la privatización, entre los nueve proyectos exhibidos.

«Una de las virtudes de la muestra es que navega entre la academia y el arte y no se sabe muy bien donde está la frontera», concluye Salamanca.

 

FUENTE:TELAM/Por Marina Sepúlveda